Nota: Cada lunes la poesía de Félix Luis Viera. Puedes leer todos sus textos, publicados en el blog, en este enlace. Traducción al italiano de Gordiano Lupi.
Del poemario Poemas de amor y de olvido (Editorial Capiro, Cuba, 1994)
En el invierno
A Alberto Batista; hoy, in memóriam
A esta hora un amor de papelitos
escondidos, de
leve temblor en las pestañas, de susurros
en los parques, en los cines
particularmente clandestinos.
A esta hora un amor de “ya creía
que me habías olvidado, estuviste
dos horas sin llamarme”, un amor, a esta
hora, de “sólo de saber que este lápiz
lo tocaron tus manos, ya lo amo”. A esta hora
un amor tan cercano a los barquitos de papel,
a las muñecas, a los globos
y pelotas de colores.
Un amor así, increíblemente así, precisamente
así,
a esta hora, muchacho, en el invierno
de 1983, cuando ya
se acerca el otro, el otro
Invierno.
Enero 1984
Nell’inverno
A Alberto Batista; oggi, in memoria
In questo momento un amore di bigliettini
nascosti, di
lieve tremore nelle ciglia, di sussurri
nei parchi, nei cinema
specialmente clandestini.
In questo momento un amore di “ormai credevo
che mi avessi dimenticato, sei stata
due ore senza chiamarmi”, un amore, in questo
momento, di “mi basta sapere che questa matita
la toccarono le tue mani per amarla”. In questo momento
un amore così vicino alle barchette di carta,
alle bambole, ai globi
e ai palloni colorati.
Un amore così, incredibilmente così, proprio
così,
in questo momento, ragazzo, nell’inverno
del 1983, quando ormai
si avvicina l’altro, l’altro
Inverno.
Gennaio 1984
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Félix Luis Viera (El Condado, Santa Clara, Cuba, 19 de agosto de 1945), poeta, cuentista y novelista, es autor de una copiosa obra en los tres géneros.
En su país natal le fue otorgado el Premio David de Poesía, en 1976, por Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia; el Premio de Novela de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en 1987, por Con tu vestido blanco, que recibiera al año siguiente el Premio de la Crítica, distinción que, en 1983, le fuera concedida a su libro de cuentos En el nombre del hijo.
En 2019 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura Independiente “Gastón Baquero”, auspiciado por varias instituciones culturales cubanas en el exilio.
Su libro de cuentos Las llamas en el cielo retoma la narrativa fantástica en su país; sus novelas Con tu vestido blanco y El corazón del rey abordan la marginalidad; la primera en la época prerrevolucionaria, la segunda en los inicios de la instauración del comunismo en Cuba.
Su novela Un ciervo herido —con varias ediciones— tiene como tema central la vida en un campamento de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros.
En 2010 publicó el poemario La patria es una naranja, escrito durante su exilio en México —donde vivió durante 20 años, de 1995 a 2015— y que, como otros de sus libros, ha sido objeto de varias reediciones y de una crítica favorable.
Una antología de su poesía apareció en 2019 con el título Sin ton ni son.
Es ciudadano mexicano por naturalización. En la actualidad reside en Miami.
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Gordiano Lupi, periodista, escritor y traductor, nació en Piombino, Italia, en 1960. Fundador, en 1999, junto con Maurizio y Andrea Maggioni Panerini de la editorial La Gaceta Literaria, ha traducido del español a varios autores cubanos, como Alejandro Torreguitart Ruiz, Guillermo Cabrera Infante, Félix Luis Viera y Virgilio Piñera, entre otros. Cuenta en su haber con un amplio trabajo sobre figuras del cine, entre ellas Federico Fellini, Joe D´Amato y Enzo G. Castellari. Ha publicado más de una decena de libros que abarcan diversos géneros, como Nero tropicale, Cuba magica, Orrore, ertorismo e ponorgrafia secondo Joe d´Aamto y Fidel Castro – biografia non autorizzata.
Gordiano Lupi es un luchador por la democracia para Cuba y un promotor de las artes y la cultura de la Isla.
Nota del blog: Sección semanal dedicada al Ballet y la Danza, a cargo de la la ballerina, coreógrafa y profesora Florencia Guglielmotti.
El ballet “El cascanueces” fue estrenado el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, Rusia. La música fue compuesta por Piotr Ilich Tchaikovsky y la coreografía a cargo de Marius Petipa, aunque se enfermó y fue concluida por su asistente, Lev Ivanov. La obra fue protagonizada por Antonietta Dell'Era (Hada del Azúcar), Pavel Gerdt (Príncipe Coqueluche), Stanislava Belinskaya (Clara), Sergei Legat (Príncipe Cascanueces), Timofey Stukolkin (Drosselmeyer) y Vassily Stukolkin (Fritz). El libreto está basado en la adaptación que Alejndro Dumas realizó sobre el cuento “El Cascanueces y el Rey de los ratones” escrito por Ernst Theodor Amadeus Hoffmann en 1816.
En el primer acto encontramos a la familia Stahlbaum (o Silberhaus), en la víspera de Navidad. Clara (o Marie), Fritz (su hermano) y sus padres están terminando de decorar el árbol para esa noche. Llegan los invitados y los festejos comienzan, los niños juegan y bailan, hasta que el reloj de búho da las ocho. En ese momento un misterioso personaje entra en la sala, es Drosselmeyer, mago, padrino de Clara y talentoso fabricante de juguetes, que ha traído regalos para los niños. Todos están felices salvo Clara, quien no ha recibido su regalo aun. Drosselmeyer les enseña entonces tres muñecas de tamaño natural que bailan. Cuando terminan su danza, Clara se acerca a Drosselmeyer pidiendo su regalo. Drosselmeyer tiene otro juguete, es un Cascanueces con la forma tradicional de un soldado con su uniforme. Clara está encantada, pero su hermano siente envidia y lo rompe.
La fiesta termina y la familia Stahlbaum se acuesta. Mientras todos duermen, Drosselmeyer arregla el Cascanueces y cuando el reloj toca la medianoche Clara se despierta. De repente, los ratones comienzan a llenar la sala, el árbol de Navidad comienza a crecer y el Cascanueces cobra vida. Clara se encuentra en medio de una batalla entre un ejército de soldados y los ratones dirigidos por el Rey de los ratones. El Cascanueces conduce a los soldados, a los que se suman soldaditos de plomo y muñecas que sirven como médicos para atender a los heridos. Cuando el Rey de los ratones avanza hacia el Cascanueces aún herido, Clara agarra al Rey de la cola, le tira un zapato y el Cascanueces aprovecha la oportunidad y apuñala al Rey, que muere.
Los ratones se retiran y el Cascanueces se transforma en un príncipe. Clara y el príncipe viajan hacia un bosque de pinos en el que los copos de nieve bailan a su alrededor. Las hadas y reinas bailan para darles la bienvenida.
En el cuento original de Hoffmann y en algunas versiones coreográficas, el príncipe es el sobrino de Drosselmeyer, a quien el Rey de los ratones había convertido en un cascanueces. Tras la fiesta de Navidad, todo se soluciona cuando Drosselmeyer elimina el hechizo.
En el segundo acto, Clara, el Cascanueces y Drosselmeyer llegan al Reino de los Dulces donde los recibe el Hada del Azúcar (o Hada del Confite), su caballero y el resto de los dulces. Se suceden una danza española (que representa el chocolate), una danza china (en alusión al té), una danza árabe (recordando el café) y una danza rusa (que simboliza a los bastones de caramelo) que es, en realidad, una danza tradicional ucraniana denominada Trepak. También danzan Mamá Jengibre y sus polichinelas, las flautas de lengüeta (pastoras de marzipan o mirlitones), el Hada del Azúcar y el Vals de las Flores. Todas estas danzas pueden variar su orden dependiendo de la versión coreográfica.
Aquí se presentan dos desenlaces posibles. En uno, luego de las celebraciones, Clara se despierta bajo el árbol navideño con su Cascanueces de madera, feliz por su maravillosa aventura onírica. En otro, Clara no se despierta: luego de todas las danzas, ella y el príncipe parten en un trineo tirado por renos. El sueño ha sido real...
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Florencia Guglielmotti reside en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Es Profesora de Danza (titulada en la Escuela Nacional de Danzas "María Ruanova"), Licenciada y Profesora de Artes (recibida en la Universidad de Buenos Aires). Cursó estudios en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba. Es Miembro de International Dance Council CID (UNESCO).
Actualmente se desempeña como Profesora de Danza Clásica y como Profesora Titular de Historia de la Danza en la Escuela Superior de Enseñanza Artística "Aída V. Mastrazzi". Email: florenciagu@gmail.com
Finaliza 2024, Cuba necesita urgente de una renovación de su episcopado católico.
En Cuba varios de los obispos han presentado su renuncia reglamentaria por cuestión de edad (75 años), pero el Papa los mantiene en su posición, sin nombrar sucesor.
Los obispos cubanos que han rebasado la edad límite de los 75 años: Card. Juan García (76), arzobispo de La Habana. Mons. Dionisio García (79), arzobispo de Santiago de Cuba. Mons. Alvaro Beyra (79), obispo de Bayamo Manzanillo. Mons. Juan de Dios Hernández (76), obispo de Pinar del Río.
Cercanos a la edad de retiro: Mons. Wilfredo Pino (74), arzobispo de Camagüey. Mons. Emilio Aranguren (74), obispo de Holguín-Las Tunas. Mons. Domingo Oropesa (74), obispo de Cienfuegos. Mons. Silvano Pedroso Montalvo (71), obispo de Guatánamo-Baracoa.
Unicamente dos obispos titulares están distantes de la barrera de los 75 años de edad: Mons. Arturo González (69), obispo de Santa Clara y Mons. Juan Díaz (65), obispo de Matanzas y los dos obispos auxiliares: Marcos Pirán (63), obispo auxiliar de Holguín y Mons. Eloy Ricardo Domínguez Martínez (47), obispo auxiliar de La Habana.
La diócesis de Ciego de Avila carece de obispo, desde el año 2022, lo que se conoce como sede vacante, año en el que Mons. Juan Díaz fue trasladado a la diócesis de Matanzas.
¿Por qué el Papa no renueva el episcopado católico cubano? ¿Considera que dentro del clero cubano no existen sacerdotes que puedan ser obispos? ¿Tendrá Cuba que importar obispos? No tengo la respuesta. (JEM)
Nota del blog: Sección semanal en el blog Gaspar, El Lugareño, gracias a la cortesía de la psicóloga Orlanda Torres, quien ha aceptado la invitación a compartir con los lectores sus consejos y reflexiones sobre los conflictos cotidianos.
En esta etapa muchas personas tememos revelar la edad, normalmente suele sucedernos más a las mujeres, pero con el transcurrir del tiempo he comprendido que los años además de dejarnos ciertos cambios físicos inevitables, también nos han regalado fortaleza, sabiduría, una enorme escuela de enseñanzas y de satisfacciones en nuestro proceso evolutivo personal.
Es en esta etapa donde se entiende mejor la vida y se procesan los acontecimientos como hechos ineludibles que transcurren para dejarnos un destello de aprendizajes acompañados de fragilidad y a la vez de firmeza.
Se comprende que envejecer no solo significa despojarse de una hermosa cabellera, de unos pechos firmes y de un cuerpo escultural.
Envejecer es la otra etapa de la vida donde acontecen los mejores momentos del ser humano, albergando sabiduría, tolerancia y conformidad.
Es en ese momento donde se empiezan a hospedar los gratos eventos vividos, y el reconocimiento de nuestros más grandes desaciertos que marcaron quizás nuestra vida.
En este periodo se aprende a disfrutar más a nuestra pareja, nuestros nietos y se evoca el grato recuerdo de la infancia de nuestros hijos que en algún momento compartieron con nosotros el lecho familiar.
Ya en esta fase se busca intensamente la tranquilidad para vivir reposadamente los años que nos quedan, disfrutándolos cómodamente rodeados de un buen libro, una amena música, esperando el atardecer en compañía de tu grata pareja elegida para transitar tus días.
Es aquí donde sabemos que vivir agobiados y turbados no causará más que desestabilizar y enfermar nuestro cuerpo, es por eso por lo que decidimos reducir las cargas y tensiones que nos producen los elementos externos de los cuales muchas veces no podemos tener control.
Aprendemos a preservar nuestro interior buscando sosiego y tranquilidad, esquivando todo lo que perturbe nuestra serenidad y lo que ensombrezca nuestros días.
Es ahora donde nos enfocamos más en querer dejar un legado que trascienda, eso que alimente nuestro ser, porque sabemos que estamos haciendo la diferencia y a la vez estamos dejando huellas que marcarán una historia.
Ya no necesitamos competir con nadie, no hay necesidad. Ya en esta fase de la vida no tiene relevancia, sabemos lo que deseamos, lo que valemos y hacia dónde nos dirigimos.
En esta etapa dorada tenemos muy presente que lo más valioso y gratificante es consolidar la justicia y la paz interior en nuestro transitar.
Autora del libro "Volando en Solitario" año 2015, Guayaquil - Ecuador. (Disponible en Amazon Kindle)
-Estudió en Miami Dade College: Certificate of Florida “Child Development Associate Equivalency”. Maestra de Educación Preescolar e Infantil en la ciudad de Miami.
-Licenciada en Psicología graduada en el 02/2017 - Atlantic International University.
-Orientadora Motivacional y Conferencias pueden contactar a Orlanda Torres a través de la página que administra www.fb.com/vivencialhoy
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2016
-La Estancia en el Paraíso de los Sueños
-Relación de Pareja y su gran Desafío
-Es la Felicidad una Elección
Conferencia en Radio - Miami, Florida
-Positivo Extremo Radio: Entrevista 123 Teconte “Regreso a Clases y La Adolescencia”
-¿Como aprender a ser feliz?- Edificio Trade Building-.Innobis Coworking, Guayaquil - Ecuador
-La Inteligencia Emocional en la Relacion de Pareja- WENS Consulting Group, Guayaquil - Ecuador
Publicaciones en Revista Sapo - Santiago de Chile – 2018
- Ser Mujer
Florida National University
- Podcast - Un dia con Bereshit la silla VIP - Conferencia Sobre mi libro " Volando en Solitario"
-Panelista en los Foros literarios Books and Books
-Participacion en el Primer Encuentro de Escritores "Mision Gratitud" - Barnes & Noble
Hay personas a las que la Navidad les provoca tristeza, melancolía y nostalgia. Añoran épocas mejores, familiares o personas significativas que han perdido, parientes que han emigrado, la tierra que han dejado atrás, etc.
Tal vez te esté pasando a ti que me lees. Puede ser que todavía estés en duelo por la pérdida de un ser querido. Puede que estés viviendo la llamada "depresión blanca”.
Tal vez no logras olvidar a quien amaste y ya no está en tu vida. Este es el caso de un EX, por ejemplo, sobre todo si la ruptura fue decidida por esa otra persona.
Te puede molestar la música, esos alegres villancicos y Christmas Carols que te recuerdan que "It's the most wonderful time of the year" (es la época más maravillosa del año). Te fastidia la algarabía de las decoraciones y celebraciones. Mucho antes de que lleguen las fechas ya empiezas a temerlas. Así empieza tu ansiedad y nostalgia por lo que pudo ser y no fue.
Evitar las situaciones de celebración no resuelve el dolor, lo aumenta o hace crecer con el tiempo. Dar espacio a la tristeza va a ser fundamental, pero también intentar no quedarse enganchado en ella.
En el caso de la pérdida de un ser querido por fallecimiento, conviene hacer una reunión familiar previa a las fechas navideñas para “ensayar” y ver cómo se sienten ante la ausencia del ser amado. Es importante que cada miembro de la familia pueda expresar cuáles son sus sentimientos respecto a las celebraciones y qué quiere hacer al respecto.
Busquen una manera simbólica y bonita de recordar a la persona ausente o fallecida a lo largo de estas fechas. Por ejemplo, poniendo una silla para él en la mesa familiar, poniendo su foto en un lugar visible, o poniendo una figura en el nacimiento que simbolice a esa persona.
Individualmente, aprende a expresar tus sentimientos y a ser asertivo. No hace falta que vayas a todas las reuniones familiares y de amigos, si no quieres. Toma tú la iniciativa: aprovecha para quedar con gente que hace tiempo que no ves. Comunícate por video llamada con los seres queridos que están lejos. Intenta ser un poco más sociable. Eso te hará bien.
Focaliza en todo lo que tienes de bueno en tu vida y no en lo que te falta.
Y no olvides que el verdadero sentido de la Navidad es espiritual y que, inclusive en medio de la tristeza y la melancolía, el Niño Jesús puede nacer en tu corazón.
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Para terapia individual o de pareja contacta a La Dra. Amor a través de su website www.ladoctoraamor.com
Cecilia Alegría, La Dra. Amor (www.ladoctoraamor.com): Consejera de Parejas, Love and Life Coach, Conferencista Internacional, Periodista y Conductora de Radio y TV. Destaca en los Latinos en Miami dando consejos sobre cómo triunfar en el terreno amoroso y ayudando a miles de parejas a resolver sus problemas. Forma parte del grupo fundador de profesores del programa Universidad de la Familia.
Ha publicado doce libros entre los que se encuentran: Comunicación Afectiva=Comunicación Afectiva (Espasa Calpe, España, 2000). 120 preguntas y respuestas para ser mejores personas (Editorial Norma, Colombia, 2004), No hay amor más grande (Editorial Aragón, USA, 2012), Amando un Día a la Vez (Ediciones Varona, U.S.A. 2015), Al rescate de tu comunicación de pareja (Ediciones Varona, USA 2017), Sexo Sagrado y Lazos del Alma (Indie Publishingnbsp, 2018), Alessia (Book Master Corp. 2019), El Poder del Amor Grape: como restaurar tu matrimonio después de una infidelidad (2021). Amanecer con Dios (2021), Del Amor Tóxico al Amor Extraordinario (2022). El continuo aprendizaje de la felicidad (Editorial El Shaddai, 2023). La Caridad empieza por la casa (2024).
Universidad de Oriente (1988 o 1989). Creo, sucedió en el segundo piso del Edificio F, donde ella dormía (yo en F y 3ra -Becas Quintero).
Balcón con vista a la ciudad de Santiago de Cuba, su bahia y la Sierra Maestra (vista maravillosa). Era de noche, no llovía, eramos amigos, se fue la luz. Nos miramos, un beso, otro beso, un Beso, ... , regresó la luz. Seguimos siendo amigos.
Hace unos días lo comentamos. Pensaba era uno de mis sueños, pero ella bien lo recuerda. Mi memoria guarda el sabor de sus labios. En mi corazón su mirada, tierna y ardiente.
Con estas palabras de Zacarías, el padre de san Juan Bautista, nos dirigimos a todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, para invitarlos a abrir los corazones a Jesucristo en esta Navidad. En efecto, la llegada del Señor a la vida personal, familiar y de cada pueblo, se experimenta como la visita del Sol, que ilumina todas las circunstancias, también las difíciles y angustiosas, porque nos ofrece el consuelo, la fortaleza, la sabiduría del Espíritu Santo y la serena alegría de Aquel que nos ama, nos acompaña y nos sostiene siempre en nuestro camino. Dios viene a nosotros en Su Hijo Jesús para liberarnos del pecado, del poder de la muerte, de la tristeza de vivir sin Amor. Cuando Cristo entra en nosotros, nuestra vida se renueva, se sanan las heridas, redescubrimos el gozo de ser hijos de Dios y hermanos unos de otros, mientras se enciende la esperanza de un mundo mejor.
El sol ilumina y también calienta. Hay momentos de la existencia en que sentimos apatía, desánimo, incluso como si se hubiera enfriado nuestra relación con Dios, con la familia, con los vecinos y los amigos. Estos días en los que celebramos el Nacimiento del Redentor se nos ofrece una ocasión maravillosa para volver a encender en el corazón la llama de la fe, que se vigoriza cuando nos acercamos a Cristo a través de la oración, la meditación de la Palabra de Dios, las celebraciones en nuestros templos y el servicio caritativo a los hermanos.
El pasado 15 abril, los Obispos de Cuba les dirigimos una invitación a la oración, a rezar por este pueblo nuestro al final de todas las misas, en la Adoración del Santísimo, a nivel personal y comunitario. Renovamos ahora ese llamado, siendo conscientes de que la oración tiene el poder de transformar los corazones, las realidades de muerte, y volvernos a Dios. Perseveremos en la oración por Cuba, no dejemos de hacerlo por nada. La oración es el servicio propio y más eficaz que la Iglesia puede ofrecer a nuestro pueblo, junto a todas las iniciativas caritativas y solidarias que generan esperanza, en medio de las dificultades que afrontamos.
Este año la Navidad tiene una connotación singular, porque se inaugura en toda la Iglesia un Año Jubilar o Año Santo. Cada 25 años, los católicos celebramos un tiempo especial para experimentar con más fuerza el poder de la Misericordia de Dios, que nos acoge y perdona, invitándonos a acoger y perdonar a todos, como el mismo Señor hace con nosotros. El Papa Francisco nos convoca a vivir este Jubileo con el lema: “Peregrinos de Esperanza”.
Todo ser humano espera. En nuestros corazones hay un anhelo profundo de amor y paz, de perdón y reconciliación, de verdad y justicia, de libertad y prosperidad. Para colmar esos deseos, la Iglesia, también en Cuba, invita a todos los hombres a dejarse encontrar por Jesucristo, “nuestra esperanza”. (1 Tim 1,1) y a trabajar juntos buscando el bien de todos, construyendo así una Nación donde todos vivamos como hermanos.
Ya cercana la Navidad, como pastores del pueblo de Dios, queremos hacer llegar a las familias cubanas un mensaje de cercanía y aliento antes las difíciles realidades que, demasiadas de ellas, tienen que afrontar cada día.
Que la Virgen Santa y su esposo san José, que nos entregaron al Niño Dios en la primera Navidad de la historia, nos ayuden a vivir auténticamente estos días santos, para que todas las situaciones de oscuridad y tinieblas que pesan sobre este pueblo nuestro y la humanidad toda, se abran a la esperanza que brota, porque “nos visitará el Sol que nace de lo Alto”.
¡Feliz Navidad, sí, feliz Navidad! porque nace Dios para todos.
Mi mirada no se cansa de rastrearlas en este entorno floridano donde tan altas y esbeltas se les ve por “calles y avenidas del Southwest" parafraseando al cantor.
Y mi emoción no es poca. Enhiestas en esa lozanía que acá les es proverbial, su vista me conecta de golpe con las de la Isla penumbrosa y fatigada, donde igual de desafiantes se les ve crecer todavía libres si el adjetivo es todavía apropiado, y si por casualidad las “califica” suficientemente.
La que me mueve al relato la contemplé en la vera del camino que hace senda al condado de Lee; y un poco mas allá de la intersección del Tamiami y la carretera que se bifurca con rumbo a Lehigh.
Su visión salvando distancias, me conecta con aquella del poeta Heredia cuando creyera avistarlas en la imponente catarata del Niágara.
Pero definitivamente mi humilde avistamiento ocurre en otra coordenada, en medio de los impenetrables Everglades floridanos donde el tiempo parece atraparlo todo.
Y para lo que me queda de la emoción resultante, me complazco entonces, en esa apacible lotananza, con la sencilla palma del pantano que se yergue indemne y airosa sobre el humedal recurrente del que escapa hacia el límpido cielo que la acuna.
Este pasado 6 de diciembre el Teatro Trail, de Miami, ha sido el escenario donde se produjo el estreno mundial de la versión teatral de un guión concebido originalmente para la gran pantalla por parte de Rolando Díaz, figura indispensable del cine cubano, quien ha sido guionista y director de una de las comedias cinematográficas de mayor éxito y popularidad dentro del cine de su país: Los pájaros tirándole a la escopeta.
Desde el mismo momento de su estreno en el año 1984, dicho filme gozó de la simpatía tanto del público como de la crítica nacional, por abordar de manera relajada, fresca y envuelta sobre todo de mucho amor, de situaciones cotidianas dentro de la vida del cubano del momento, mostrando a través de imágenes una Cuba donde aún se construían edificaciones, habían fábricas que producían algo, existían hospitales en condiciones higiénicas aceptables, los trabajadores tenían todavía la posibilidad de disfrutar de vacaciones en lugares turísticos, tener leche y huevos para el consumo humano dentro del refrigerador, entre otras muchas realidades inexistentes en dicho país desde hace ya demasiado tiempo.
De igual modo, el filme se hacía eco del discurso político del régimen imperante, mostrando de manera directa esa realidad socio-política, sirviendo más de promoción que de crítica al mismo, aunque de igual manera nos dejase ver casi por demasiado evidente, los descalabros de la “siempre en construcción sociedad socialista”.
La obra cinematográfica está construida a un ritmo interesante, donde la banda sonora, a cargo de la icónica orquesta de música popular cubana Los VanVan se convierte en un personaje más que va contribuyendo a narrar el desarrollo de la acción, sirviendo de perfecto fondo a muy buenas y logradas escenas mudas, donde las acciones encuentran sus palabras en las letras de las propias canciones. Cabe destacar que la dramaturgia del filme estuvo a cargo de la destacada directora teatral, ya fallecida, Miriam Lezcano.
El argumento, de carácter popular y enmarcado con total cubanía, va a girar entorno al machismo como concepto fuertemente arraigado en la sociedad, poniendo de relieve como a pesar de los cambios políticos, ideológicos, educaciones y de valores de la nueva sociedad socialista que supuestamente se estaba creando, continúa siendo parte integral de la misma. El tratamiento de dicho tema se lleva a cabo de manera directa, pero sin discursos adoctrinantes e ideologizantes, llevándolo a buen puerto con los ingredientes propios de la comedia, perfectamente manejados en este guión.
El filme contó con un elenco de muy conocidas y populares figuras del ámbito artístico nacional, integrado por los consagrados Consuelo Vidal y Reynaldo Miravalles, encabezando el reparto, además de la gran Silvia Planas, así como los jóvenes Beatriz Valdés, Alberto Pujol y Néstor Jiménez, sumándole a estos la participación Filiberto Romero -longevo actor este quien tuvo sus inicios en el mundo del espectáculo como el payaso Tilin dentro del programa Circo en TV- en los personajes de Hilda, Felo, la abuela, Magdalena, Emilio, Braulio y el enamorado de la abuela, respectivamente.
Demás está hablar sobre la excelente recepción que desde su estreno ha acompañado a este filme, convirtiéndose en uno de los trabajos más populares del cine cubano, llegando a obtener varios galardones en festivales como Tercer Premio Coral en el Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana, Premio Catalina de Oro en el Festival de Cartagena de Indias, ambos en 1984, Premio al mejor filme de habla hispana en la Semana de Cine de Benalmádena, España, en 1986 y Tercer Premio del Festival de Cine de Harare, Zimbabwe, 1987. De igual manera la actriz Consuelo Vidal fue reconocida con el Premio a la mejor actuación femenina en el Festival Internacional de Cine de Bogotá, Colombia, de 1986.
Con tan exitoso recorrido, para el año 2015 el propio autor del guión del filme, Rolando Díaz, concibió la idea de llevar el mismo a las tablas, para lo cual escribió la adaptación del texto original, pero lamentablemente en aquel momento, tal proyecto no llegaría a ver la luz.
No obstante ese primer fracasado intento, gracias al interés del actor Alberto Pujol, aquella primera adaptación teatral llega a las manos de Yusnel Suárez, quien toma “al toro por los cuernos”, decidiendo sacar adelante el proyecto con la venia de su autor, quien le ofrecería toda la libertad para llevarlo a buen término.
Para esta propuesta escénica, se ha llamado a un elenco en el que no podían faltar Beatriz Valdés y Alberto Pujol, quienes en la versión cinematográfica asumieron el rol de la pareja de jóvenes enamorados, para en esta oportunidad incorporar a sus padres, marcando con ello un hermoso recorrido dentro de las respectivas carreras de ambos conocidos actores y dejando constancia sobre el escenario del por qué de los continuos éxitos en todas sus participaciones tanto en producciones de cine, televisión o teatro.
Como parte del elenco, la reconocida actriz Susana Pérez, se pone en la piel del muy ocurrente personaje de la abuela, el cual para este trabajo toma mayor preponderancia, siendo el encargado de exponer determinadas planteamientos de carácter político que marcan al pueblo cubano de hoy en día: la crítica a la actual sociedad cubana y la necesaria emigración como única forma de salida posible a la misma. La actriz regala un delicioso personaje de anciana -primero en su larga carrera-, el cual incorpora con precisión durante todo el tiempo de la representación, teniendo su momento cumbre cuando, rompiendo la cuarta pared y dirigiéndose al público, asume una caricatura de arenga política al estilo del régimen castrocomunista.
El veterano Carlos Cruz, actor de larga y exitosa carrera, poseedor de una excelente vis cómica, asume un personaje nuevo en la historia, pero que va ofreciendo la oportunidad de ir matizando las situaciones que se van presentando en el transcurso de la acción, trabajo que logra con el acierto a que tiene acostumbrado a su público.
Jennifer Rodríguez y Jeffry Batista, quienes han sido los encargados de incorporar a la joven pareja que desata el conflicto de la obra, lo hacen teniendo en cuenta la responsabilidad de tal proyecto, al cargar sobre sus espaldas la mirada de los actores que en el pasado crearon dichos personajes, pero lo enfrentan saliendo airosos de tal difícil encomienda, otorgándoles propios aires a sus respectivos trabajos.
Por último, Yusnel Suárez, en su doble función de autor y director de esta nueva adaptación, además sube al escenario en carácter de actor, tomando el relevo de Néstor Jiménez en el filme, asumiendo al amigo del joven protagonista, pero de igual manera reelaborando dicho personaje, ofreciéndole mayor participación e incidencia dentro de la historia.
Varios elementos convergen para que esta puesta llegue como un trabajo de buena factura, como lo es la muy acertada participación de extras para ambientar y darle vida a las escenas, así como para llevar a cabo movimientos escenográficos y de utilería durante el transcurso de la obra, con lo que le proporciona al puesta dinamismo y modernidad. Igualmente hacer que algunos actores expresen sus ideas en momentos determinados por medio de canciones, le da ese excelente toque de teatro musical muy bien logrado y recibido. Tanto los dúos de Jennifer y Jeffry, como el de Beatriz y Alberto, se adaptan encomiablemente a la acción dramática y son defendidos con toda profesionalidad por parte de estos cuatro actores.
De la misma forma el concepto utilizado para presentar la escenografía aporta armonía a la idea de mostrar la cubanidad sobre el escenario, con unas gigantescas y hermosas fotografías de reconocibles calles, barriadas y lugares de la Ciudad de la Habana cubriendo todo el ciclorama del fondo del escenario, así como ya mencionamos anteriormente, la acertada utilización de elementos de ambientación sencillos pero efectivos, en forma de paredes que se desplazan, entrando y saliendo de escena, para crear los variados espacios donde se realizan las diversas escenas y que son movidas por los actores-extras utilizados, como ya señalamos.
En la obra, mucho más que en el filme, debido a la utilización de las nuevos temas musicales interpretados en vivo sobre el escenario, la música, amén de la excelente banda sonora creada por la famosa orquesta Los VanVan, forma parte integral del espectáculo, pasando a integrar el entramado actoral con voz propia dentro de la historia.
Resumiendo, podríamos llegar a la conclusión que con la llegada a los escenarios de Miami, en su versión teatral, de un filme de tanta popularidad dentro de la comunidad cubana y que ahora puede ser disfrutado por parte de una comunidad internacional más amplia, marca un nuevo hito dentro del persistente quehacer teatral en la lengua de Cervantes dentro del panorama artístico de esta ciudad.
Aunque sin dudas estamos hablando de una comedia -género que siempre cuenta con la preferencia por parte del público que acostumbra a ir al teatro en nuestro entorno- con esta puesta en escena, tanto su director Yusnel Suárez como el escenario del Teatro Trail han demostrado que con dicho género también se puede hacer arte.
Era la década de 1950 en que tantos cantantes y orquestas cubanas estaban en el mejor momento de nuestra historia musical. Yo era aún una niña y me iba a pasar los fines de semana a casa de mi abuela paterna en la Habana Vieja. En la esquina de la calle había un bar con una vitrola que amenizaba la vida del barrio, y digo del barrio porque los decibeles eran tan altos, que sonaban a casi una cuadra de distancia, sobre todo en las tardes. Aquella vitrola tocaba día y noche, y fue por ella como llegué a conocer muchos ritmos cubanos y a sus intérpretes. Ya por entonces amaba la música. Mi madre era aficionada a la radio, y le gustaba oír noticias, actualidades, pero sobre todo música, y luego tarareaba aquellas melodías de moda. Como estaba con ella en la casa, mi oído se acostumbró a escuchar aquellas canciones.
Tuve la gran suerte de vivir esa década fabulosa de Cuba, antes de la debacle, en la que los boleros, sones, guarachas y chachachás fueron los reyes de la música. En aquella vitrola del barrio oí cantar a Olga Guillot “Miénteme”, a Miguelito Valdés y su “Bruca maniguá”. También a Celia Cruz interpretar “Caramelo”, y a Ñico Membiela “Muñeca de Cristal”. Y por supuesto sonaban La Sonora Matancera, el gran Beny Moré, “el bárbaro del ritmo”, con “Cienfuegos es la ciudad que más me gusta a mí...”; a la orquesta Aragón y sus chachachás; la Riverside y su solista Tito Gómez quien inmortalizó “Vereda Tropical”, y así muchos, muchísimos más. La música cubana de entonces era un verdadero disfrute con tantos géneros y buenos cantantes y músicos; fue su época de oro. Nuestra música era tan buena que llegó allende los mares, dicen que a comienzos del siglo XX el bolero se oyó en Yucatán y en España, concretamente llegó a Santander donde también nuestras melodías eran gustadas y bailadas por muchos.
Quiero ahora narrarles la historia del bolero y para ello debo ir a la década de 1960 en Miami, cuando el exilio cubano se nutría más y más con cada avión que llegaba de la isla.
El exilio cubano del siglo XX
Programa de una función de
“Añorada Cuba”, de julio 1965.
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Al triunfo de la revolución comenzó en Cuba el éxodo político de cubanos a otras tierras. Los cubanos llevaron al exilio sus pocas pertenencias, pero también llevaron la música. A mediados de 1965 más o menos, se empezaron a establecer en Miami emisoras de radio, a emitirse programas de televisión, y más tarde pudimos disfrutar de espectáculos musicales en el Dade County Auditórium, único teatro de la ciudad entonces, que presentaba a los grandes de la música del mundo entero, no solo popular, sino también clásica. Allí muchos exiliados acudíamos con nostalgia a ver el festival folclórico musical conocido como "Añorada Cuba", cuyo fundador y director fue el Rev. padre Jorge Bez Chabebe, junto con Pili de la Rosa y Demetrio Menéndez. Al entrevistarlo años después el padre Chabebe describió a “Añorada Cuba” como “un mensaje musical y patriótico afinado en el amor de Dios y a la patria inolvidable: Cuba.”(1) El fin de esa obra, en parte, era ayudar a las nuevas generaciones de cubanoamericanos, los hijos de los exiliados, a conocer y apreciar la cultura, música y arte de la Isla. No podíamos dejar que muriera.
Dúo de Mara y Orlando c. 1990, en el Dade County Auditórium. Cortesía de Orlando González Esteva. Todos los derechos reservados.
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Un día me enteré de que iban a cantar en el Auditórium el dúo de Mara y Orlando, una pareja de jóvenes cubanos orientales, quienes montaban maravillosos espectáculos de música cubana y en los que daban al público, no solo una verdadera clase de música, sino que era también un recorrido por la historia de nuestro país. A mi madre le encantaba asistir a esos conciertos, y cuando anunciaban que estarían actuando, enseguida iba a comprar los boletos para asegurar las butacas. Aparte del deleite musical y de la clase y la profesionalidad de sus intérpretes, aquellos eran espectáculos muy emotivos pues Mara y Orlando nos hacían recordar la Cuba feliz de otros tiempos. Por un par de horas nos trasladábamos de forma imaginaria a nuestra querida isla. Más tarde empecé a asistir a los conciertos que ofrecía el dúo de Carlos y Marta. Estuve presente en el espectáculo que presentaron el 28 de enero de 2001 en el teatro Bellas Artes, y que dedicaban todos los años a honrar la memoria de José Martí. En ese concierto el dúo explicó al público que el primer bolero de la historia había sido compuesto e interpretado en Santiago de Cuba en 1883, por José “Pepe” Sánchez. Se titula “Tristezas” y es una melodía romántica, tristona, pero armoniosa y con mucha cadencia. La letra dice así:
Tristezas me dan tus quejas, mujer
Profundo dolor que dudes de mí
No hay prueba de amor que deje entrever
Cuanto sufro y padezco por ti…
La suerte es adversa conmigo
no deja ensanchar mi pasión.
Un beso me diste un día
Yo lo guardo en el corazón.
Un poco de historia
¿Cómo surge Tristezas? Veamos primero el marco histórico en el que se desenvuelve la historia. Con el arribo de los franceses a Santiago de Cuba a fines del siglo XVIII, se establecen en la ciudad varios artistas de diversos géneros quienes en su mayoría, eran muy buenos profesores de música. Así es como comienza a enriquecerse el panorama musical santiaguero que hasta entonces era casi nulo, a no ser por la música en la iglesia a cargo del presbítero y músico habanero, Esteban Salas y Castro, y de algunos otros músicos amateurs que tocaban en bailes pero que eran escasísimos, como Manuel Villalón, Sánchez Cisneros, Pedro Miyares, Francisco de Soto y otros pocos más. Con los franceses comenzaron a darse conciertos de cuartetos y orquestas. Las selectas familias dominicanas emigradas a Cuba acudían a ellos; eran lo más culto que se había avecindado en Santiago. Y también asistían las acomodadas familias santiagueras de los Polanco, Anaya, Portuondo, Miyares, Hierrezuelo y otras. Estas estaban organizadas al extremo de producir buenas voces, más entre los hombres que entre las mujeres, “y su oído – como vulgarmente se dice – no común”(2), explica Juan Manuel Carbonell y Rivero.
El siglo XIX siguió con un avance paulatino de las artes. Se daban conciertos en casas particulares. Comenzaron las tertulias literarias que casi siempre terminaban con música, bien fuera de alguien que en la casa tocaba el piano, o de un trio o cuarteto que improvisaba un repertorio en segundos. El presbítero habanero Esteban Salas (1725-1803), comenzó a enseñar a un grupo de la juventud acomodada de la ciudad. También compone preciosas piezas que forman parte de nuestro repertorio musical religioso. Salas compra también algunos instrumentos musicales para formar una orquesta en la catedral y poder ofrecer conciertos. Al fallecer Salas, continuaría la labor el padre Juan Paris, natural de Barcelona, quien también ofrecería clases de canto y de piano a un grupo de seminaristas. Poco a poco la vida cultural en Santiago de Cuba fue evolucionando y mejorando en calidad y variedad.
Los trovadores y la música popular
A mediados del siglo XIX surge un movimiento de músicos itinerantes llamados “trovadores” los cuales se desplazaban usualmente de un sitio a otro con el propósito de ganarse la vida cantando y acompañándose con la guitarra. Adquirieron gran relevancia como compositores e intérpretes, y sus canciones fueron adaptadas a muchos géneros de la música cubana. Entre ellos se encontraba José Vivanco Sánchez Hecheverría, más conocido como Pepe Sánchez, quien había nacido en Santiago de Cuba el 19 de marzo de 1856 en una casa cercana a los lugares donde trabajaban los integrantes de las congas "Los Hoyos" y "Carabalí Suama".
Aunque para ganarse la vida se desempeñaba como sastre, desde muy joven Pepe Sánchez había estado en contacto con el ambiente musical popular de Santiago. Pertenecía a la pequeña burguesía santiaguera, probablemente sin formación académica alguna, pero con ciertos conocimientos musicales, y cantaba con voz de barítono acompañándose a la guitarra las tonadas que se aprendía. Pepe invitaba a su casa a músicos de renombre como el gran inmigrante alemán, Germán Michelsen(3), y al violinista habanero, Claudio Brindis de Salas(4).
El Primer bolero
En 1883 Pepe Sánchez compone el primer bolero de la historia de Cuba y del mundo que se llamó “Tristezas”. También compuso numerosas canciones, muchas de las cuales nunca fueron transcritas y se perdieron para siempre, aunque otras sobrevivieron gracias a que amigos y alumnos lograron transcribirlas. Entre ellas están: la trilogía “Rosa N°1”, “Rosa N°2”, “Rosa N°3”; “Cristinita”, “Te vi, te amé”, “Cuando escucho tu voz”, “Caridad” y “Naturaleza”, que se encuentran entre las más famosas de su repertorio. Los temas pueden versar sobre el amor, la mujer, la belleza de la isla de Cuba. Hay otras también de temas patrióticos como el “Himno a Maceo” y “Cuba, mi patria querida”, ya que Pepe estaba muy identificado con el movimiento revolucionario porque por entonces se libraba la Guerra de Independencia, y él se había vinculado a las grandes figuras orientales: Guillermo Moncada, los hermanos Maceo, Quintín Bandera. Por aquellos años pensó en irse a la manigua, pero sus amigos lo disuadieron ya que decían que él era más necesario en la ciudad.
El Quinteto de "Pepe" Sánchez hacia 1910. De izquierda a derecha, sentados "Pepe" y Emiliano Blez, y en la segunda fila Luis Felipe, "Pepe" Figarola y Bernabé.
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Desde fines del siglo XIX estuvo Sánchez al frente de un cuarteto y luego de un quinteto integrado por Emiliano Blez y el propio Sánchez como guitarristas, con las voces de Pepe Figarola, Bernabé Ferrer, y Luis Felipe Porte. Se dice que en 1911 grabó con este quinteto algunos títulos en La Habana pero que no han sido encontrados. También creó música para anuncios comerciales que se difundieron antes del nacimiento de la radio. Las primeras grabaciones de bolero se hicieron en los primitivos cilindros Edison inventados por Tomás Edison en los Estados Unidos, y que fueron muy populares entre 1887-1915. Los boleros de Pepe Sánchez estuvieron también cantados por el tenor Adolfo Colombo, primera voz del quinteto de Alberto Villalón. Pero cuando en 1922 llegó la radio a Cuba, entonces sí que la música tuvo una difusión importante que no ha cesado desde entonces.
El quinteto de Villalón, junto al compositor Sindo Garay, fueron los responsables de llevar el bolero no sólo a la capital cubana, sino fuera de la isla: Villalón a México, concretamente a Veracruz, y en ciudad México se grabó “Tristezas” con el nombre de “Un beso”. Por su lado Sindo Garay y Emiliano Blez lo llevaron a San Juan de Puerto Rico. Por esta época también se distinguió la cantante y guitarrista María Teresa Vera, quien comenzó a cantar boleros y sones a los 15 años, y en 1918 se presentó en el Teatro Apolo de Nueva York. Pero ella se merece un artículo aparte.
José “Pepe” Sánchez falleció en Santiago de Cuba el 3 de enero de 1918. Pocos cubanos conocen su vida y su contribución a la música de nuestro país, por eso hoy he querido rendirle este homenaje.
Para concluir, y recordarles nuestro pasado musical en estas fechas navideñas, nada como escuchar el danzón “La Mora” de Eliseo Grenet(5), compuesto en 1920 y grabado por la orquesta de Antonino María Romeu con el gran Barbarito Diez como solista, y escuchar el estribillo que dice:
Cuando llegará la Nochebuena,
cuando llegará el lechoncito, bien asadito,
los rabanitos, la lechuguita,
cuando volverá, ¡ay! los traguitos,
el lechoncito, bien asadito,
la Nochebuena.
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La Voz Católica, diciembre 2018.
Juan Manuel Carbonell Rivero, (1880-1968), Las bellas artes en Cuba, Imprenta el Siglo XX, La Habana 1928. Fue un escritor y diplomático cubano, hijo del patriota Néstor Leonelo Carbonell.
Germán Michelsen, (1851 Oldemburgo, Alemania- Santiago de Cuba 1928), además de gerente y de las grandes fundaciones y mejoras a la ciudad de Santiago, incursionó en la esfera artística, específicamente en la música y la pintura, y creó y sostuvo en su casa una sociedad artística para el cultivo de la música clásica alemana cuyo nombre fue Sala Haydn, en la cual actuaba como pianista acompañante y dirigida por el maestro Rodolfo Hernández Soliliac.
Claudio Brindis de Salas y Garrido (La Habana, 1852 - Buenos Aires, 1911) fue un músico y violinista cubano conocido como el «Paganini negro» y considerado uno de los mejores violinistas de su época, también llamado "El rey de las octavas".
Eliseo Grenet Sánchez (La Habana, 1893 - 1950) pianista, compositor y arreglista cubano. Compuso música para revistas musicales y películas. Es autor de famosas piezas de música bailable cubana.
Nota: Agradezco al cantante, poeta y escritor Orlando González Esteva, su colaboración con algunos datos y con la foto del dúo de Mara y Orlando.
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Para disfrutar más este legado, les dejo “Tristezas” interpretado por el dúo de Carlos y Marta y también por el de Willy Chirino y Lissette. Y también “La Mora” interpretado por Barbarito Diez.
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Dúo de Carlos y Marta.
“Tristezas” de José Pepe Sánchez.
28 enero 2001. Teatro Bellas Artes.
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Willy Chirino y Lissette
“Tristezas”
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Barbarito Diez y la
Orquesta de Antonio María Romeu
"La Mora"
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Miami, 15 de diciembre, 2024
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Teresa Fernández Soneira (La Habana 1947), es una historiadora y escritora cubana radicada en Miami desde 1961. Ha hecho importantes aportes a la historia de Cuba con escritos y libros de temática cubana, entre ellos, CUBA: Historia de la educación católica 1582-1961, Ediciones Universal, Miami, 1997, Con la Estrella y la Cruz: Historia de las Juventudes de Acción Católica Cubana, Ediciones Universal, Miami, 2002. En los últimos años ha estado enfrascada en su obra Mujeres de la Patria, contribución de la mujer a la independencia de Cuba, (Ediciones Universal, Miami 2014 y 2018). El volumen I dedicado a la mujer en las conspiraciones y la Guerra de los Diez Años, y el volumen 2, de reciente publicación, trata sobre la mujer en la Guerra de Independencia. En estos dos volúmenes la autora ha rescatado la historia de más de 1,300 mujeres cubanas y su quehacer durante nuestras luchas independentistas. En el verano del 2022 publicó La Bella Cubana, rostros de mujeres en la Cuba del siglo XIX (Alexandria Library Pub. House, Miami) que recoge 150 daguerrotipos del siglo XIX de mujeres cubanas de todas las edades y razas, acompañados de poemas de la época. Es un homenaje a la mujer cubana de todos los tiempos. Relatos y Evocaciones. Antología 1986-2023.