Saturday, March 1, 2008

Estampas Camagüeyanas (IV)


Foto/ simon_white. Flickr


IV

El aparcador de la plaza es un hombre ya entrado en años. Nadie le ha dado ese trabajo oficialmente. El se lo ha apropiado. El espacio de la susodicha plaza es público, pero para este ingenioso señor, todos y cada uno de sus espacios de parqueo, pueden ser ofrecidos a los turistas que allí se ubicarán para desembolsar luego alguna cantidad dolarizada por el servicio. A los nacionales no les ofrece espacio. Mas bien los espanta con gesto adusto, cuando descubre sus intenciones de parquearse en esos predios que considera de su propiedad. Contra aquellos avanza, a paso rápido, y levanta amenazante una especie de pancarta, y los conmina a marcharse. —No hay parqueo, les dice adusto. Los más crédulos se marchan, los que ya lo conocen, lo amenazan con llamar al policia…entonces transige; pero sólo lo hace porque ha descubierto con el rabillo del ojo aquel Audi impecable de negro que se acerca, y a cuyos confiados turistas habrá de inmediato de ofrecerles sus servicios, siempre por alguna cantidad de la moneda fuerte al uso.

Carlos A. Peón-Casas

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Estampas Camagüeyanas (III)

Estampas Camagüeyanas (II)

Estampas Camagüeyanas (I)

1 comment:

  1. Y hasta puede que el aparcador sea un reflejo de lo que nos pasa...

    un pequeño tirano que reproduciendo en su 'lucha diaria' la mueca que desde arriba le hacen por el solo hecho de ser cubano.

    Su vida de traqueteo me recuerda aquellos muñes...
    !LA CALABAZA ES MIA!


    nos vemos, tony.

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