Viernes Santo
La procesión camagüeyana del Viernes Santo es una tradición religiosa que se remonta (al menos) al siglo XVIII y que es famosa en toda Cuba por su solemnidad y elegancia. Este viernes el Santo Sepulcro recorrió por oncena ocasión (desde 1998) las viejas y laberínticas calles principeñas, luego que de que fuera prohibida al igual que todos los actos públicos religiosos en el país, por (el entonces) joven gobierno revolucionario en los (ya lejanos) albores de la década de 1960.
Desde fines de la década de 1990, el (mismo) gobierno revolucionario empezó a consentir la celebración de (algunos) actos públicos religiosos en el país. Autorización que concede, o no, de manera (sólo) puntual para cada ocasión y en cada lugar que se le solicita por parte de los Obispos. La concesión de estas autorizaciones aumentan paulatinamente, de acuerdo a como la Iglesia católica va moderando progresivamente sus expresiones críticas públicas, e incrementa a su vez los gestos de apoyo al gobierno.
La procesión comienza, a las 8 de la noche, con los toques de las campanas de la Iglesia de La Merced. El sepulcro con la imagen del Jesús yacente, va precedido por los niños de las catequesis de la ciudad, portando cirios encendidos, y al centro una inmensa cruz de madera. Detrás del sepulcro se ubican el Arzobispo, los sacerdotes y los diáconos. Les sigue la imagen de la Virgen Dolorosa, secundada por las religiosas y la Banda Provincial. La multitud escolta la procesión cantando solemnemente y rezando. Al llegar a la Catedral, el silencio envuelve al impresionante saludo de despedida entre el Sepulcro y la imagen de la Virgen. Luego la procesión continúa su recorrido, con la imagen de la Virgen Dolorosa hasta Iglesia de la Soledad. Finaliza el acto religioso con una prédica, que dirige el Arzobispo o un sacerdote al pueblo allí congregado.
El Santo Sepulcro está considerado como una de las más valiosas piezas de orfebrería religiosa del país. Alrededor de las circunstancias en que fue construido, se teje el misterio de una de las tantas y hermosas leyendas camagüeyanas. Se sabe con exactitud que fue fabricado por el joyero mexicano Juan Benítez Alfonso, en el patio del Convento de la Merced en el año 1762.
En su base se lee la siguiente inscripción:
SIENDO COMENDADOR EL R.P. JUAN IGNACIO COLON A DEVOCION DEL R.P. MANUEL DE LA VIRGEN AGUERO S.V. ARTIFICE Dn. JUAN BENITEZ ALFONSO. AÑO DE 1762.
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Fragmento del discurso de Fidel Castro el 19 de setiembre de 1961 (
texto completo):
¡Ciento treinta y un curas falangistas fueron remitidos ya hacia España! Sin embargo, en prueba de que la Revolución sabe distinguir y que no es contra la religión la lucha, han permanecido en el país sacerdotes cubanos y sacerdotes extranjeros contra los cuales no hay ninguna acusación, contra los cuales no hay ninguna medida. ¿Por qué? Porque se han limitado a ejercer el culto, y mientras lo respeten, serán respetados; el que falte, sea extranjero o sea cubano, va para España, o va para cualquier otro lugar. Le privaremos de la ciudadanía, privado de la ciudadanía todo aquel sacerdote nacional que, al servicio del extranjero, conspire contra la patria. Así que le quitaremos la ciudadanía.
Esa será nuestra actitud. Y los sacerdotes que actúen correctamente y se dediquen al culto, serán respetados, los que ejerzan su verdadera misión. Los que la alteren, tendrán que salir del país. Si, desgraciadamente, se redujera el número de sacerdotes tanto que no pudieran permitir los servicios, trataremos de resolver de alguna manera, o que algún sacerdote revolucionario dé sus misas todos los domingos, y le brindamos incluso la televisión para que la dé y no se quede nadie sin misa . Es decir que el pueblo, la parte creyente del pueblo, no se vea privada del culto.
Ahora, esa es nuestra actitud. Conforme es una actitud razonable, una actitud de principios que hemos mantenido, también nosotros actuaremos enérgicamente frente a la contrarrevolución, y le vamos a dar batalla dondequiera que salte. Y entonces, cuando quieran “show”, ¡tendrán las masas en la calle!; y si los permisos que se concedieron para la procesiones han sido utilizados por los contrarrevolucionarios para crear “show”,
¡se acabaron los permisos para procesiones! Se acabaron, sencillamente, los permisos; que ejerzan su culto dentro de la iglesia, que actúen dentro de la iglesia, ¡y se acabó!
Porque no les vamos a estar autorizando a los agentes de la Agencia Central de Inteligencia los permisos, porque con la ayuda de la Revolución no van a hacer nada aquí; para hacer algo aquí, ¡tiene que ser peleando, a brazo partido, contra la Revolución!
Fotos/ Camaguey. Viernes Santo 2008
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