Queridos Hermanos en el Episcopado:
1. Con gran gozo les recibo al término de esta visita ad limina, que les ha traído hasta las tumbas de los Apóstoles san Pedro y san Pablo para estrechar aún más los lazos de comunión que siempre han caracterizado la relación de los Obispos cubanos con esta Sede Apostólica. Para mí es un motivo particular de alegría encontrarme con ustedes, queridos Hermanos, que están al cuidado de una Iglesia a la que me siento muy cercano espiritualmente...
2. Conozco bien la vitalidad de la Iglesia en su amado País, así como su unidad y su entrega a Jesucristo...
En este momento de la historia, la Iglesia en su País está llamada a ofrecer a toda la sociedad cubana la única esperanza verdadera: Cristo nuestro Señor, vencedor del pecado y de la muerte (cf. Spe salvi, 27). Ésta es la fuerza que ha mantenido a los creyentes cubanos firmes en la senda de la fe y del amor.
Todo ello exige que el fomento de la vida espiritual tenga un puesto central en sus aspiraciones y proyectos pastorales. Sólo a partir de una experiencia personal de encuentro con Jesucristo, y con una preparación doctrinal sólida y enraizada en la comunidad eclesial, el cristiano podrá ser sal y luz del mundo (cf. Mt 5, 13), y saciar así la sed de Dios que se advierte cada vez más entre sus conciudadanos.
3. En esta tarea evangelizadora los presbíteros tienen un papel fundamental. Conozco la dedicación y celo pastoral con el que se entregan a sus hermanos, a pesar de su reducido número y aún en medio de grandes obstáculos. Por ello, a través de ustedes quiero expresar a todos los sacerdotes mi gratitud y mi aprecio por su fidelidad y su incansable servicio a la Iglesia y a los fieles. Confío también en que el incremento de las vocaciones, y la adopción al mismo tiempo de justas medidas en este campo, permitan pronto a la Iglesia cubana contar con un número suficiente de presbíteros, así como de los templos y lugares de culto necesarios, para cumplir con su misión estrictamente pastoral y espiritual ...
4. Uno de los objetivos prioritarios del Plan de Pastoral que ustedes han elaborado es justamente la promoción de un laicado comprometido, consciente de su vocación y misión en la Iglesia y en el mundo. Les invito, por tanto, a promover en sus Iglesias Particulares un auténtico proceso de educación en la fe en los diversos niveles, con la ayuda de catequistas debidamente preparados ...
... hago votos para que la Iglesia en Cuba, conforme a sus legítimas aspiraciones, pueda tener un normal acceso a los Medios de Comunicación Social.
5. De un modo especial deseo confiarles la atención pastoral de los matrimonios y las familias. Sé cuánto les preocupa la situación de la familia, amenazada en su estabilidad por el divorcio y sus consecuencias, la práctica del aborto o las dificultades económicas, así como por las separaciones familiares a causa de la emigración u otros motivos ...
Asimismo, es necesario alentar y ofrecer los medios pertinentes para que las familias puedan ejercer su responsabilidad y su derecho fundamental a la educación religiosa y moral de sus hijos.
6. He podido comprobar con gozo la generosidad con que la Iglesia en su querida Nación se entrega al servicio de los más pobres y desfavorecidos, recibiendo por ello el aprecio y el reconocimiento de todo el pueblo cubano. Les exhorto de corazón a seguir llevando a todas las personas necesitadas, a los enfermos, a los ancianos o a los encarcelados, un signo visible del amor de Dios hacia ellos, conscientes de que «la mejor defensa de Dios y del hombre consiste precisamente en el amor» (Deus caritas est, 31). De esta manera, ofrecen a toda Cuba el testimonio de una Iglesia que comparte profundamente sus gozos, esperanzas y penalidades.
7. ... Que la próxima beatificación del Siervo de Dios Padre José Olallo Valdés les dé nuevo impulso en su servicio a la Iglesia y al pueblo cubano, siendo en todo momento fermento de reconciliación, de justicia y de paz.
Les ruego que transmitan mi afectuoso saludo y mi cercanía espiritual a todos, en particular a los Obispos Eméritos, a los sacerdotes, diáconos permanentes, comunidades religiosas, seminaristas y fieles laicos, y díganles que el Papa reza siempre por ellos, al mismo tiempo que les anima a crecer en santidad para dar lo mejor de sí mismos a Dios y a los demás.
A Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, cuando se disponen a preparar la celebración del Cuarto Centenario del hallazgo de su venerada imagen, les encomiendo a ustedes y sus intenciones, y le pido que les proteja y les dé fortaleza, al mismo tiempo que les imparto una especial Bendición Apostólica.
------------------------
Texto completo en (español)
No comments:
Post a Comment