De esta manera El Tiempo presenta a 'La rosa blanca de los Jardines del Rey':
Un territorio que parece ajeno a horarios y fechas se despliega al llegar al Cayo Santa María. Los cambios que agitan las calles de las ciudades cubanas desde la llegada de Raúl Castro al poder no se asoman por ese paraíso de aguas azul turquesa, donde el turista no tiene más remedio que entregarse al placer.
Grupos de música tradicional ofrecen espectáculos por doquier y los bailarines del lugar siempre están dispuestos a compartir su ritmo con los visitantes. Los huéspedes pueden bucear, hacer paseos en catamarán o disfrutar del primer spa de Cuba que ofrece terapias con chocolate y algunas especiales para parejas.
Hace poco se abrieron hoteles, líneas celulares y venta de electrodomésticos para los nacionales, que aún en voz baja siempre están prestos a contarle al extranjero su verdad. Esa calidez del pueblo que se sobrepone a las adversidades hace que el viajero se despida enamorado del país. Y quede con ganas de volver. (sigue)
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