
Cuba huele a sal, a mar y a tabaco. Sabe a ron. Se deja escuchar en guajiras y boleros, en las voces de la Vieja y de la Nueva Trova; en el son cubano. Se lee en el periódico Granma, y también en el blog contestatario Generación Y, de la filóloga Yoani Sánchez, que acaba de adjudicarse el prestigioso premio Ortega y Gasset. Se palpa en las plazas donde la gente se reúne a conversar, en el Malecón donde buscan el atardecer, en las casas chorizo apuntaladas, de escalinatas semiderruidas y ropa colgando al sol. Se siente en las voces de Compay Segundo, Pablo Milanés o de la moderna dupla Buena Fe. (sigue)
Foto/AFP-Getty Images