Fotos: Kaloian (La Jiribilla)
Empecé en la radio al mismo tiempo que ejercía de profesor de inglés. El inglés me fue muy fácil siempre y me hice profesor de dos academias muy importantes de Santiago, a las que les tengo un recuerdo muy grato. Una fue la Academia Videaux, que fue de mucho prestigio, y la otra la Academia Pérez Acosta. Tuve en ellas a dos profesoras magníficas, con las cuales yo, al tiempo que enseñaba, aprendía. Me gusta mucho el magisterio. Siempre he dicho que al final de mi carrera me siento feliz porque vivo de las tres cosas que me gustan: la música, la poesía y el magisterio. Sin quererlo me dediqué a enseñar, tal vez porque tenía esa vocación que se desarrolló viendo a mi mamá y a mis hermanas. Tengo fama de maestro, pero en realidad no me considero así, aunque sí me acostumbré a corregir, a enseñar y a repertorizar a muchos artistas. Para ello tuve la facilidad que me dieron las circunstancias cuando fui director artístico de la CMKC. Todo esto fue antes de los 23, porque cuando llegué a esa edad, como a todo muchacho, ya Santiago me resultaba pequeño. Ya había actuado en todas las emisoras y había recitado —siempre en contra de la voluntad de mamá. (sigue)
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