Foto/Victoria, prensa de la Isla de la Juventud
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Ayer ocurrió algo verdaderamente conmovedor en este país, que afortunadamente no tiene nada que ver con política, aquí donde en vez de comer alimentos, tragamos política y dictadura.
Resulta que los linieros de las torres de alto voltaje, que tratan denodadamente de restablecer la electricidad en la Isla de la Juventud son de Camagüey. Como tu sabes, estando en las tareas de restablecimiento de los daños de Gustav, pues hizo su entrada el otro huracán, el Ike y el muy hijo de perra acabó de sepultar las esperanzas de la gente víctima del otro huracán.
El Ike tambien pasó sobre Camagüey, entonces se les dijo a los linieros camagüeyanos que podían volver a su provincia y ellos respondieron que no, pues la magnitud de los daños que habían sufrido la gente de la Isla era tan grande, que aunque sea debían tener un poco de luz en las chábolas donde han quedado viviendo.
Ahora, cada vez que vuelve la electricidad en una pequeña cuadra de la isla, cada vez que uno de estos pobres seres ve encenderse un bombillo la gente sale a la calle y gritan ¡Camagüey! ¡Camagüey! saludando a estos hombres que se negaron a ser egoístas.
Esto me lo contó ayer un periodista de (...) que (...) regresó traumatizado de lo que vió allí, lo tuve que calmar porque hizo una catarsis hablandome de los horrores que vió y de la desesperación de estas personas.
Resulta que los linieros de las torres de alto voltaje, que tratan denodadamente de restablecer la electricidad en la Isla de la Juventud son de Camagüey. Como tu sabes, estando en las tareas de restablecimiento de los daños de Gustav, pues hizo su entrada el otro huracán, el Ike y el muy hijo de perra acabó de sepultar las esperanzas de la gente víctima del otro huracán.
El Ike tambien pasó sobre Camagüey, entonces se les dijo a los linieros camagüeyanos que podían volver a su provincia y ellos respondieron que no, pues la magnitud de los daños que habían sufrido la gente de la Isla era tan grande, que aunque sea debían tener un poco de luz en las chábolas donde han quedado viviendo.
Ahora, cada vez que vuelve la electricidad en una pequeña cuadra de la isla, cada vez que uno de estos pobres seres ve encenderse un bombillo la gente sale a la calle y gritan ¡Camagüey! ¡Camagüey! saludando a estos hombres que se negaron a ser egoístas.
Esto me lo contó ayer un periodista de (...) que (...) regresó traumatizado de lo que vió allí, lo tuve que calmar porque hizo una catarsis hablandome de los horrores que vió y de la desesperación de estas personas.
(Colaboración recibida por email)
Joaquín, como camagüeyano quiero agradecerte la información que has estado brindando a lo largo de estos desastres naturales.
ReplyDeleteComo Camagueyano esto que acabo de leer me llena de orgullo asi la gente se quita esa idea ancestral de que los camagueyanos nos creemos superiores a los demas arriba mi gente.
ReplyDeletey yo te lo agradezco como cubano compadre.
ReplyDeletesaludos, tony.
Bella historia.
ReplyDeletegracias a todos, si creo que la historia es bella, y mucho mas al ser una bella realidad
ReplyDeletesaludos