... la Palabra de Dios es el fundamento de todo, es la verdadera realidad. Y para ser realistas, debemos contar con esta realidad. Debemos cambiar nuestra idea de que la materia, las cosas sólidas, que tocamos, sean la realidad más sólida, más segura. Al final del Sermón de la Montaña el Señor nos habla de las dos posibilidades de construir la casa de nuestra propia vida: sobre la arena y sobre la roca. Sobre la arena construye quien construye solo sobre las cosas visibles y tangibles, sobre el éxito, sobre la carrera, sobre el dinero. Aparentemente estas son las verdaderas realidades. Pero todo esto un día pasará. Lo vemos ahora en la caída de los grandes bancos: este dinero desaparece, no es nada. Y así todas estas cosas, que parecen la verdadera realidad con la que contar, y que son realidades de segundo orden. Quien construye la vida sobre estas realidades, sobre la materia, sobre el éxito, sobre todo lo que parece ser, construye sobre arena. Solo la Palabra de Dios es el fundamento de toda la realidad, es estable como el cielo y más que el cielo, es la realidad. Por tanto debemos cambiar nuestro concepto de realismo. Realista es quien reconoce en la Palabra de Dios, en esta realidad aparentemente tan débil, el fundamento de todo. Realista es el que construye su vida sobre este fundamento que queda permanente. (texto completo de la meditación del Papa durante la apertura de la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos)
Foto/AFP-Getty Images
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