"En este proceso de la inserción social de la Iglesia se ha seguido un camino lleno de obstáculos en muchas ocasiones y no completado aún, pero siempre ascendente.
A veces, mirando la trayectoria recorrida, pienso que este camino de la Iglesia en la sociedad cubana podría ser paradigmático para continuar avanzando en otras esferas sociales, políticas y económicas del país, donde se necesitan y se esperan mejoramientos que implican también pasos nuevos, quizás audaces, pero que estoy seguro redundarán en bien para todo el pueblo cubano.
Valga pues, también, esta experiencia vivida por la Iglesia, a veces dolorosamente en estos años, como un humilde servicio a gobernantes y gobernados en la nación cubana para alcanzar metas difíciles tal vez, pero necesarias, en otros ámbitos de la vida nacional". (sigue)
A veces, mirando la trayectoria recorrida, pienso que este camino de la Iglesia en la sociedad cubana podría ser paradigmático para continuar avanzando en otras esferas sociales, políticas y económicas del país, donde se necesitan y se esperan mejoramientos que implican también pasos nuevos, quizás audaces, pero que estoy seguro redundarán en bien para todo el pueblo cubano.
Valga pues, también, esta experiencia vivida por la Iglesia, a veces dolorosamente en estos años, como un humilde servicio a gobernantes y gobernados en la nación cubana para alcanzar metas difíciles tal vez, pero necesarias, en otros ámbitos de la vida nacional". (sigue)
Homilía pronunciada por S.E.R. Cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana , en la celebración de la Jornada por la Paz S.M.I. Catedral de La Habana, 1 de enero de 2009.
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