Presidente de los Estados Unidos de América
La Casa Blanca
Washington, D. C.
Con motivo de su toma de posesión como el presidente cuadragésimo cuarto de los Estados Unidos de América le ofrezco mis más cordiales buenos deseos, y le aseguro al mismo tiempo mis oraciones para que el Dios Todopoderoso le conceda sabiduría y fuerza indefectibles en el ejercicio de sus altas responsabilidades. Que bajo su mandato puedan los americanos seguir encontrando en su impresionante herencia religiosa y política los valores espirituales y principios éticos para cooperar en la construcción de una sociedad realmente libre y justa, marcada por el respeto a la dignidad, la igualdad y los derechos de cada uno de sus miembros, especialmente los pobres, los marginados y los que no tienen voz. En una época en la que muchos hermanos y hermanas nuestros en todo el mundo claman por su liberación del flagelo de la pobreza, el hambre y la violencia, rezo para que usted confirme su resolución de promover la comprensión, la cooperación y la paz entre las naciones, para que todos puedan participar en el banquete de la vida que Dios ha preparado para toda la familia humana (cf. Isasías 25, 6- 7). Invoco de corazón sobre usted, su familia y sobre todo el pueblo americano las bendiciones de Dios de la alegría y la paz.
Benedictus PP. XVI
La Casa Blanca
Washington, D. C.
Con motivo de su toma de posesión como el presidente cuadragésimo cuarto de los Estados Unidos de América le ofrezco mis más cordiales buenos deseos, y le aseguro al mismo tiempo mis oraciones para que el Dios Todopoderoso le conceda sabiduría y fuerza indefectibles en el ejercicio de sus altas responsabilidades. Que bajo su mandato puedan los americanos seguir encontrando en su impresionante herencia religiosa y política los valores espirituales y principios éticos para cooperar en la construcción de una sociedad realmente libre y justa, marcada por el respeto a la dignidad, la igualdad y los derechos de cada uno de sus miembros, especialmente los pobres, los marginados y los que no tienen voz. En una época en la que muchos hermanos y hermanas nuestros en todo el mundo claman por su liberación del flagelo de la pobreza, el hambre y la violencia, rezo para que usted confirme su resolución de promover la comprensión, la cooperación y la paz entre las naciones, para que todos puedan participar en el banquete de la vida que Dios ha preparado para toda la familia humana (cf. Isasías 25, 6- 7). Invoco de corazón sobre usted, su familia y sobre todo el pueblo americano las bendiciones de Dios de la alegría y la paz.
Benedictus PP. XVI
Texto tomado de Zenit.org
Foto/Reuters
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