Thursday, March 26, 2009

en la presentación del libro de Carlos García (update)

El libro de arte CARLOS GARCIA fue presentado esta noche, 25 de marzo,
en la librería Books and Books de Coral Gables.

Carlos García
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Elena Tamargo
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Palabras para Carlos


Una poesis de sus signos


Por cortesía (que mucho agradezco) de Elena Tamargo, publico,
sus Palabras en la presentación del libro.


Desde que hace ya unos cuantos años Carlos me pidió que escribiera las primeras letras sobre sus cuadros, hasta ahora, no he dejado de hacerlo desde la misma perspectiva, la poética; de este modo he leído sus espacios, sus signos, sus tonos, que el mar no sea azul, la metáfora de sus contornos, sus distancias entre el trazo y el sentido virtual, las paradojas con que chocan sus figuras; las violaciones de sus códigos, que es la única forma en que se genera poesía.

Una persistencia en la forma parecería una contradicción en un pintor como Carlos García de la Nuez, quien se sitúa entre los más grandes y connotados abstractos de la historia de Cuba; un abstracto-expresionista, como él se define, sin embargo, esa persistencia la explica su propia poética de la imagen, su noción de principio, su reconocimiento del presente. Porque el acto creador, para este pintor, no tiene pasado, no tiene al menos un pasado próximo, remontándose al cual se podría seguir su preparación y su advenimiento. Aún cuando esta pintura establece de antemano una relación entre una imagen poética nueva y arquetipos dormidos en el fondo del inconciente -- relación que no es causal porque la imagen del artista no está sometida a un impulso-- no es el eco de un pasado, es más bien lo contrario: en el resplandor de sus formas, resuenan los ecos del pasado lejano, sin que se pueda ver hasta qué profundidad van a repercutir y extinguirse. Su novedad en la forma responde a una imagen que tiene ser propio, dinamismo propio.

Una transubjetividad opera en su esencia, únicamente por los hábitos de las referencias cultas que habitan al artista. Carlos es lenguaje joven. Como suele ocurrir en el poeta, la novedad de sus imágenes es siempre origen de su lenguaje. Su obra tiene cada vez más un origen en el alma, en esa palabra inmortal, de aliento, imprescindible para retener por sí sola la atención, y para determinar el tono del artista. Para comprender, para sentir y amar sus mensajes, hay que lanzarse al centro, a la encrucijada, a esa visión íntima que el pintor conoce y traduce en el mundo de los colores de la tierra y en el mundo de la luz del sol. Sus cuadros participan de una luz interior que no es el reflejo de una luz del mundo exterior. Donación tal vez de sus largos años en tierra mexicana, de grandes pintores, asistida siempre por el sol como un dios, grabado en su calendario, inmortalizado por Octavio Paz en Piedra de sol. En México Carlos se ha apropiado de esa noción de significación que queda en suspenso, por eso la opacidad de su discurso estético se identifica de forma inmediata con la ausencia de referencias. Si como suele decirse, frente al discurso transparente de un cuadro existe el opaco, tan cubierto de signos que no deja entrever sus propósitos, estaríamos ante un lenguaje que se basta a sí mismo, como le ocurre al poeta.

El ADN de mi Modernidad; Vuelo Infinito; Siete Pausas; Lágrimas cardinales; La Noche, su caligrafía, sus signos de puntuación, sus encuentros figurativos, que son desencuentros, sus paisajes, sus flores, sus caminos, sus casas vacías que no invitan a entrar, todo, todo es un rompimiento de la convención iconográfica que ha sido aceptada tácitamente para instaurar una tranquilizante serenidad, en armonía con lo exasperante de la percepción con que Carlos embiste la forma y luego queda silencioso ante el espacio. Así es fácil defender la alta usura poética de Carlos García de la Nuez, pues él sabe que el acto creador siempre es un alma inaugurando una forma, que viene a habitarla, a complacerse en ella.

Su lenguaje artístico nos pone en estado de emergencia. Viviendo sus cuadros se tiene la experiencia saludable de la emergencia.

Carlos García de la Nuez reclama que la obra le ofrezca tanta sorpresa como la vida; por eso sus cuadros son una especie de emulación en la sorpresa, que excitan su conciencia artística y le impiden repetirse. Carlos no crea como vive, vive como crea. Encerrado en sus formas prepara sus explosiones o sus proezas, y todos los espacios de soledades pasadas, de goces, de deseos, de compromisos, de influencias, se hacen imborrables, se convierten inconcientemente en materia dispuesta. El artista sabe por instinto que esos espacios son constitutivos. Entonces, cuando Carlos García de la Nuez llega a las regiones más profundas de la ensoñación conoce, tal vez, reposos antihumanos, y toca así lo inmemorial.

Muchas gracias


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Aldo Menéndez
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Heriberto Hernández, Arturo Cuenca y Pancho Céspedes
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Fotos/Blog Gaspar, El Lugareño

1 comment:

  1. Parabéns Carlos....Desde Belo Horizonte-Brasil!
    Um abraço,
    Carla

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