Tuesday, March 31, 2009

vuelvo con lo mismo del Domingo

El domingo comentaba sobre una de las (des)informaciones tardías de Cubaencuentro.com, (consecuencia de ser eco acrítico de las agencias de prensa extranjeras). Los diligentes comentaristas enviados, aparte de lanzar sus acostumbrados improperios (haciendo gala de incapacidad para polemizar), se enredaron en desacertadas refutaciones (desde sus camufladas ignorancias) de lo que expuse en el post cosas de Cubaencuentro.com: La Anunciación fue estrenada en Camagüey, y no en La Habana como afirmaba Cubaencuentro.com.

Hoy cito a Joel del Río, quien en su crónica del Taller Taller Nacional de la Crítica Cinematográfica, comenta el estreno de la película La Anunciación en Camagüey:
Pero el Taller de Camagüey no fue solo encuesta y nostalgia por los años 60. Allí se recreó un espacio para la fraternidad y el examen, sobre todo entre críticos y creadores. Debo decir que nunca había conversado tanto y tan fructuosamente con Mirtha Ibarra (allá estaba presentando tanto su hermoso documental Titón de La Habana a Guantanamera como el emocionante y sutil epistolario Titón. Volver sobre mis pasos), ni había tenido ocasión de escuchar las reflexiones teñidas de sabiduría de Enrique Pineda Barnet y Verónica Lynn (ambos estuvieron en el estreno de esa noble película titulada La anunciación, que pronto se verá en la capital) ni tampoco había logrado antes estar tan cerca y tanto tiempo de esa pareja de seres humanos generosos y lúcidos, creadores esenciales en la historia del cine cubano, que son el realizador Manuel Herrera y la actriz Eslinda Núñez. (el texto completo en Juventud Rebelde)
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