-No, nunca. Él no era responsable por la situación.
-¿Por qué en su relato parece que los grandes problemas en la selva se dan entre los propios cautivos y no entre éstos y los guerrilleros?
-Porque la guerrilla nos mantiene hacinados; además, la presencia militar, lo malsano del clima, los dolores físicos y emocionales, todo eso unido hace que la gente reaccione. Los guerrilleros, en cambio, se mantienen muy distantes. A los guardias uno los ve a unos cuantos metros y la persona que trae la comida simplemente la entrega y se va. "Nunca le hice reclamos personales a Ingrid"
-¿Cómo explica su separación de Ingrid Betancourt?
-Hay situaciones que no son explicables. Yo misma no me las explico. No fue una situación puntual, sino varias que se fueron sumando.
Clara Rojas cuenta que después de dos fugas frustradas durante el primer mes de cautiverio, comenzaron a culparse mutuamente. El castigo tras el segundo intento fallido -fueron descubiertas después de los gritos de Ingrid al ser atacada por avispas- fue el encadenamiento.
Pocos días después, tras enterarse de la muerte de su padre, Ingrid se consumió en "la apatía y la agriedad". Clara sintió que su ex amiga ya no tenía ganas de vivir y, entonces, la distancia y el silencio entre ambas fueron abrumadores.
-Ingrid Betancourt le impidió asistir a las clases de francés que ella dictaba a algunos cautivos. ¿Por qué?
-A mí me impresionó... Esos pequeños momentos pudieron ser una oportunidad para reparar nuestro conflicto, por lo menos en algo. En verdad, me impactó y no entendí su negativa. (ver entrevista completa en El Mercurio)
Foto/Reuters
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