Nota mía: En proceso de edición se encuentra el libro Los cocozapatos no eran de rosas, de Denis Fortún.
Como primicia (que agradezco) para los lectores de este blog, Denis Fortún comparte aquí uno de los textos y la portada (con ilustración de Omar Santana) de su nuevo libro.
Como primicia (que agradezco) para los lectores de este blog, Denis Fortún comparte aquí uno de los textos y la portada (con ilustración de Omar Santana) de su nuevo libro.
Gaspar, El Lugareño
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El Cambio
La revuelta era inminente. Los campesinos ultimaban los detalles del ataque a Palacio y el entusiasmo crecía por la oratoria inflamada de sus líderes al anunciar el cambio como necesario e idílico. Por su parte, sus graciosas majestades hacían gestiones bien urgentes con los reinados vecinos para refugiarse con sus familiares y más allegados acólitos. El Príncipe, en medio de tanta locura, intentaba calmar a la Princesa; que veía la pobrecita como se desmoronaba su final feliz y no precisamente por un maldito hechizo. Cuanta injusticia; después de ella soportar la miseria, el terrible dolor de la orfandad y además la compañía de dos crueles hermanastras, amenazaban con despojarla de todas su riquezas, según decían, para repartirlo entre los pobres. Para colmo, su hada madrina le aseguraba que vendrían “transformaciones” en extremos radicales y que ni la magia misma lograría devolverle su corta placidez; y por supuesto, el confort, al que ya se habituaba tan fácilmente, se acabaría. Los consejos de su protectora se resumían en uno: HUIR.
Hoy día, un par de zapatos de cristal se exhiben en medio de fuertes medidas de seguridad en uno de los salones principales del opulento museo en que las nuevas autoridades han convertido al Palacio, para más que nada demostrarle al mundo, la desfachatez, el impúdico derroche, y el egocentrismo malintencionado de la realeza; y una anciana de aspecto desagradable, que suelen llamar “La Madrastra”, cuenta a los turistas la trepidante partida de los monarcas viles y traidores, y en especial, con insana satisfacción, la triste historia de la desdichada Princesa.
7 comments:
¡Paren las prensas, y quítenle un poco de adjetivos!
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No, en serio, todo esto juega con la ironía del relato, pero algunos sobran. Gracias.
Gracias Joaquin por el dato.
Yo le quitaria "un poco de" sustantivos tambien. Que cursileria!!!
Manuel Sosa no entiende que el kitsch es la estetica de moda; que estamos en unos tiempos en los que el posmodernismo ha evolucionado hacia el kitsch, el hodgepodge, la mezcolanza predecible con lo chocante y risible.
Este autor esta publicando en el momento apropiado para asi ser considerado casi casi un pionero. Claro, mas pionero que el es Alejandro el del Arca de NoE. Ese es el precursor. Y en poesia está Santiago Martin, otro gran precursor del kitsch exilico en su variante gay. Pero las corrientes estéticas nunca vienen solas, y a este escritor le va a ir muy bien.
Saludos,
Maria Eugenia de las Saudades y Gonzalez de Villejas.
(gaspar no me censures por favor, que soy una amiga tuya "in disguise")
Sosa, lamento que en tu obsesión por la forma, no entiendas a plenitud la intención del contenido y te quedes en el borde por ese apego visceral que tienes por la perfección, que a veces, lastra a la literatura,y a la vida misma,y al final aburre. De todas formas, gracias por comentar.
Lo mismo mi agradecimiento a los anónimos
Denis Fortun
a Sosa lo que le pasa es que, en su busca por la perfeccion filologica y de estilo, se le ha montado el mueto de Vivaldi con su libro de redaccion, y se olvida que en la literatura, vale todo, siempre y cuando se justifique la intencion del autor, y en esto Fortun ha sido claro; se burla de un cuento infantil,se lo apropia, y se burla ademas de los que aplauden a las revoluciones; no hay que ser tan pretensiosos al momento de escribir ni preocuparse tanto por las formas que, como dice el Fernandino Denis, lastran muchas veces a la idea y la vuelven fria, y que en el caso del cuento que publica este blog, me parece justificado el hecho de la adjetivacion excesa, porque forma parte de la ironia, como lo mismo es una muestra de una literatura diferente, que bien pude ser kicht, desde una arista, pero es valida. Peor es ser oscuro o creerse lezamiano, cuando solo se es tallerista eterno, como algunos diletantes que publican en Miami y Europa y se creen preclasicos. Y una excelente ilustracion de Santana, lo que hace al libro interesante. El titulo es el que confieso, me parece raro. Pero bueno, he visto muchos mas raos que este. Veremos que sucede.
Hola a todos. Hice un comentario personal y quise sustentarlo. Por eso incluí los ejemplos. No deja de ser mi opinión. No conozco la obra de Fortún, ni creo que esa opinión específica esté desvirtuando su literatura. Y es verdad que tengo obsesión por la forma. Quizás porque fue mi trabajo de muchos años. Pero no vayan a creer que soy un corrector de estilo ni un buscador de lagunas. Y por supuesto que me equivoco muchas veces. La crítica de la esencia es lo que buscamos, aunque no siempre la sepamos adjudicar. Bueno, quizás todo esto me sirva para comprar el libro y leerlo, ¿no?
Saludos, y parabienes a todos.
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