Wednesday, July 8, 2009

Entrevista al director internacional de los Patrocinadores de las artes en los Museos Vaticanos

--Algunos opinan que tanto arte en las iglesias sólo distrae. ¿Es así?

--Padre Haydu: Si uno no lo sabe "leer", puede ser que se distraiga, pero si lo ve como un camino hacia Dios, sucede lo contrario. El arte hace referencia a lo que la liturgia celebra y proclama, y esto es una ayuda. Podemos, por ejemplo, ver los cuadros de una iglesia que muestran las vidas de los santos y pensar que todos esos santos ofrecieron su vida por Cristo; y de esta contemplación podríamos pasar al propósito de querer ser santos también. O volver la mirada al Santísimo Sacramento y pedir la gracia de ser santos. Se trata, por tanto, de unir con un mismo puente dos cosas que pudieran parecer separadas. El arte puede también ser una valiosa ayuda para el fervor cuando el peregrino no habla la lengua del país en el que se encuentra la iglesia que visita: el peregrino podría ir apreciando el arte e ir recordando las predicaciones que ha escuchado sobre las escenas de la vida de Cristo o de los santos que se encuentran representadas en esa iglesia. El arte está ahí para ayudarnos a rezar, no sólo para que lo veamos y salgamos igual que como entramos.

--¿Cómo son las personas que visitan el arte de Roma?

--Padre Haydu: Con frecuencia podemos encontrar dos actitudes. Una es la del turista que viene a amontonar experiencias para después comentarlas con sus familiares y amigos: "Pasé por las cuatro basílicas de Roma"; "fui a los Museos vaticanos"; "vi esto y lo otro"; "¡qué bonito estaba todo aquello...!", y ya. De ahí no pasa. La otra actitud es la del peregrino. Es alguien que quiere hacer una pausa en la vida, analizar su alma delante de Dios, salir enriquecido. Es alguien que busca una gracia: un cambio de vida... Yo creo que hoy en día la gente que viene a visitar estos lugares busca eso. Necesita que el arte le eleve hacia Dios. El arte sagrado puede ser el medio que propicie la conversión del corazón hacia quien es el Autor de la Belleza. Y es que el arte pone al hombre delante de Dios, lo lleva a ver su vida a la luz de las realidades eternas y trascendentes. De hecho, una de las tareas principales de los Patrocinadores de las artes en los Museos vaticanos es restaurar las obras para que su inspiración e impacto originales sean más evidentes. De esta manera, los que ven estas obras pueden apreciarlas en toda su belleza. El impacto puede ser la diferencia entre uno que ve la obra como turista y otro que la ve como peregrino. Y cuando las personas hacen este click, todo les cambia. Se les abre un mundo nuevo, como fue en mi caso con aquel cuadro de Vermeer. (ver entrevista completa en Zenit)

No comments:

Post a Comment