Saturday, August 15, 2009

«Eso no lo arregla ni el médico chino»

CAMAGÜEY.— La frase aferrada a través del tiempo en el habla popular, que recorre de punta a cabo al país: «Eso no lo arregla ni el médico chino», posee huellas más allá de una leyenda.

Cuentan generaciones completas de agramontinos que un enigmático personaje, «El chino Sián», llegó desde Pekín en calidad de médico, con la suerte de tener el conocimiento oriental acerca de la medicina, muy avanzada y diferente para la época del Puerto Príncipe de entonces.

La figura de Sián se convirtió con el paso del tiempo en toda una leyenda, porque además se ligó a otra historia del Camagüey legendario que aún hoy causa admiración en quienes la descubren en las páginas de los libros.

Importantes autores, como Ángela Inés Pérez de la Lama en su libro El Camagüey Legendario, editado en la década de los años 40 del siglo pasado, y Roberto Méndez en Leyendas y Tradiciones del Camagüey, publicado en 2004, documentan que El chino Sián era muy popular debido a sus curaciones, a pesar de despertar temor en no pocos lugareños por considerarlo curandero, a causa de la ignorancia de sus procedimientos profesionales.

Ambos escritores narran que El chino Sián, en medio de una de las procesiones de la Veracruz, allá por el año 1850, mientras la imagen recorría las calles principeñas, súbitamente se abalanzó a la vía y se arrodilló ante esta a la vista de todos. ¡El misterioso brujo oriental se había convertido en cristiano! ¡Qué milagro!…

Ahora nuevos indicios acerca de su huella genética han sido descubiertos, por lo que JR, tras el hallazgo, pone a consideración de los lectores los últimos detalles de su existencia en la Santa María del Puerto del Príncipe.(detalles en Juventud Rebelde)

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