(Semana). Sexo, mentiras y licor. Eso y más han presenciado en la Casa Blanca los encargados de la seguridad de los Presidentes, según el libro In the President's Secret Service (En el servicio secreto del Presidente), escrito por Ronald Kessler, un antiguo reportero de The Washington Post, autor de varios textos que han encabezado la lista de best-sellers de The New York Times.
Según sus agentes de seguridad, Kennedy tenía un apetito sexual desaforado. En su colección de mujeres estaba la jefe de prensa de su esposa Jackie. De Lyndon Johnson dijeron que era malgeniado, mujeriego y borracho, y de Jimmy Carter, que fingía trabajar mientras se encerraba a dormir en su oficina.
En el libro de Kessler salen muy mal librados Hillary Clinton y Al Gore, que como primera dama y vicepresidente trataban a los empleados a las patadas. De Bill Clinton se habla poco. Al parecer, se las ingeniaba para ocultarse del servicio secreto y hacer locuras.
Los dos Bush, en cambio, gozan del cariño de los agentes. Las fuentes de Kessler sostienen que se trata de personas sencillas, siempre preocupadas por quienes les sirven. (sigue)
Según sus agentes de seguridad, Kennedy tenía un apetito sexual desaforado. En su colección de mujeres estaba la jefe de prensa de su esposa Jackie. De Lyndon Johnson dijeron que era malgeniado, mujeriego y borracho, y de Jimmy Carter, que fingía trabajar mientras se encerraba a dormir en su oficina.
En el libro de Kessler salen muy mal librados Hillary Clinton y Al Gore, que como primera dama y vicepresidente trataban a los empleados a las patadas. De Bill Clinton se habla poco. Al parecer, se las ingeniaba para ocultarse del servicio secreto y hacer locuras.
Los dos Bush, en cambio, gozan del cariño de los agentes. Las fuentes de Kessler sostienen que se trata de personas sencillas, siempre preocupadas por quienes les sirven. (sigue)
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