Por Dios que cansa
Tanto poetín que su dolor de hormiga
Al Universo incalculable cuenta.—
¿Qué al mar, qué a los pilares de alabastro
Que sustentan la tierra, qué a las cumbres
Que echan el hombre al cielo, qué a la mole
Azul que enrubia el Sol, qué al orbe puro
Donde se extingue en pensamiento el hombre
Y el mundo acaba, acrisolado, en ala,
Qué al festín de los astros doler puede
Que porque a Francisquín prefiere Antonia
Un recio Capitán, Francisco, llore?
Que engaña Antonia? ¡Antonia siempre engaña!
A trabajar! a iluminar! piqueta
Y pilòn, astro y llama, y obelisco
De fuego, y guía al Sol, el verso sea!
Ya las mieles de amor llegan al cuello.
Con la mujer del brazo, ámese al hombre.
Quien pida amor ha de inspirar respeto.
Y si una pena bárbara, ceñuda,
Y vasta como el mar, te invade y come,
Muere, muere en silencio, como muere,
Sorbida por el mar, una montaña.
José Martí
-------------------------------------------------------
dos opiniones: José Prats Sariol y Heriberto Hernández
Tanto poetín que su dolor de hormiga
Al Universo incalculable cuenta.—
¿Qué al mar, qué a los pilares de alabastro
Que sustentan la tierra, qué a las cumbres
Que echan el hombre al cielo, qué a la mole
Azul que enrubia el Sol, qué al orbe puro
Donde se extingue en pensamiento el hombre
Y el mundo acaba, acrisolado, en ala,
Qué al festín de los astros doler puede
Que porque a Francisquín prefiere Antonia
Un recio Capitán, Francisco, llore?
Que engaña Antonia? ¡Antonia siempre engaña!
A trabajar! a iluminar! piqueta
Y pilòn, astro y llama, y obelisco
De fuego, y guía al Sol, el verso sea!
Ya las mieles de amor llegan al cuello.
Con la mujer del brazo, ámese al hombre.
Quien pida amor ha de inspirar respeto.
Y si una pena bárbara, ceñuda,
Y vasta como el mar, te invade y come,
Muere, muere en silencio, como muere,
Sorbida por el mar, una montaña.
José Martí
-------------------------------------------------------
dos opiniones: José Prats Sariol y Heriberto Hernández
2 comments:
Y Martí siempre con el sermón, regañando a alguien.
En este poema hay tres momentos que me hacen olvidar el regaño: el de Antonia que engaña siempre (me suena muy gracioso el verso), el que dice: Ya las mieles de amor llegan al cuello (muy jodedor el verso también) y la idea de "muere en silencio" que me resulta cercana porque comparto que ciertas verdades o ultrajes deben quedarse en uno. Hay cosas que se nos dan para conservarlas, y no para propagarlas.
En fin, lo demás es enojo apostólico.
Saludos.
Jajaja, Sosa, tú como siempre, agudo. Pues a mí me gustó mucho este enfado martiano, es un Martí diferente del de los versos sencillos, bastante almibarado por cierto. Me gusta ese matiz amargo en la figura de Martí, que no siempre fuera el enamorado que lloraba por las esquinas. Muchas gracias por ponerlo, Gaspar.
Post a Comment