Monday, August 24, 2009

Tres textos inéditos, de Alejandro Fonseca

Miel y Pacotilla

Mientras los muertos
rasgan sus plegarias
Sésamo abre las puertas:
comparte insultos y profecías
sopesando las monedas de los ladrones.
A intramuros la ciudad oficiosa
convierte la miel en pacotilla.
Y el hijo del archivero
temeroso pero partidario
aprende a falsificar su nombre.
A punto de convertirme en avestruz
la primavera me interroga
y no puedo revelarme.
Agradecido por el paisaje
tendré que seguir fingiendo
ante la náusea del espejo.
Por el camino mis argumentos
no se sabe cuándo llegarán.
Será larga y tediosa la partitura
para el lenguaje del sinsonte.


Tragaluz


Siempre mi cabeza
acumulando pueblos
que se entrecruzan
y esconden sus archivos
en la boca de los muertos.
Es triste ausentarse
de los espejos que tuvimos:
cartografía ahogada en el mar
municipios y lecturas
y aquella otra piel espía
en el devenir de las sombras.
Mi cabeza se divide
pero con la astucia de mi perro
es posible morderse la cola.
Cómo vendrán las lluvias
los signos sigilosos
sin el ojo del cíclope
ni la paranoia suficiente.
La madrugada tiene ruidos
emboscadas que se extienden.
Al unísono mis instintos
se acercan a la hendidura
de las horas que se truncan
sin poder arrancar la fruta.
Entre los días adivino vestiduras:
círculo de uno que me aborda
en la demencia de los que duermen.
Justo en el tragaluz del techo
me sueño culpable cruzando
jardines y limbos prohibidos.
El animal mismísimo se aburre
en las manos de la mucama.
Entre islas y ciclones
desaparecen los nombres
en la miseria que ilumina.
Del otro lado de los tabiques
se aumenta la furia travestida:
ventanales de la casa que aún tengo
adyacentes al rumor de las lomas.


Noticias

Ya no puedo mirar
por los ojos del Almirante:
el único recuerdo de viajes
se trunca en la noria que persiste.
Entre pueblos que se extinguen
remontamos florestas de hojalata
y en los recintos hispanos
inhalamos cursilería literaria.
Lo patético serían las exhumaciones
pero el pasado ilumina estrecheces.
Alcohólico asistí al derrumbe
y crucé espejos y proclamas
y funerarias con jóvenes tendidos..
Ahora escapan playas del verano.
El deseo contamina las neuronas.
Las arengas revisten universos.
Los días traen idénticos abismos.
En casa un fantasma devora
ideologías y bancarrotas
y su pobreza falsifica las noticias..
Cuánta venganza en los archivos.
Los herederos comienzan a mutilarse...

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