La Virgen María de la Caridad del Cobre
"Raíz y Ala" del Pueblo Cubano
"Raíz y Ala" del Pueblo Cubano
Colaboración de Ignacio M. Ruiz Díaz, para el blog Gaspar, El Lugareño
En el año 1608 según algunos historiadores y 1612 sugerido por la Iglesia Católica Cubana, se registra la aparición de la imagen de Nuestra Señora de la Caridad en una Cuba colonial constituida por un grupo de cinco núcleos urbanos y numerosos caseríos regados por la Isla.
Es en ese momento cuando ocurre el hallazgo de esa pequeña imagen de la Virgen María flotando sobre las aguas de la Bahía de Nipe que fue encontrada por tres hombres de pueblo: un negro esclavo Juan Moreno y dos indios los hermanos Juan y Rodrigo de Hoyos que iban a buscar sal a las salinas de Cayo Francés. La historia informa que muy de mañana, estando el mar en calma, vieron una figura blanca sobre el agua, pero no distinguían lo que era. Finalmente los viajeros, vieron lo que les pareció una niña y llegando a su lado encontraron la imagen de Nuestra Señora la Santísima Virgen, con un niño en los brazos, sobre una tablita de madera y envuelta en hermosas vestiduras. En la tablita de madera Rodrigo de Hoyos pudo leer”: “YO SOY LA VIRGEN DE LA CARIDAD y con asombro observaron que sus ropas no estaban mojadas.
Al recoger la imagen llenos de alegría y con una parte de la sal regresaron al Hato de Barajagua lugar donde vivían y donde el administrador del término Real del Cobre, Don Francisco Sánchez, ordenó levantar una ermita para colocar la imagen y nombró a Rodrigo de Hoyos su capellán.
Esta aparición fue consideraba por algunos durante un tiempo como leyenda, hasta que en 1973, el historiador Levi Marrero, indagando en el Archivo General de Indias, Audiencia de Santo Domingo en Sevilla, en el legajo 363, encontró el testimonio de Juan Moreno, con la versión original del esclavo sobre la aparición de la imagen . La leyenda pasó a ser historia.
En 1611, se traslada la imagen de Nuestra Señora para el pueblo de El Cobre donde desde mediados del siglo XVI se explotaban las minas de cobre de Santiago del Prado, como era normal en esos tiempos, con trabajo de los esclavos. Pero aquellos esclavos gozaban de un régimen de relativa libertad pues poseían chozas independientes, conuco para la alimentación familiar y otros beneficios. Pertenecían al Rey de España, y por la bondad del Capitán Francisco Sánchez de Moya, se les otorgó esos beneficios, bajo la mirada de las Virgen.
Sin embargo en 1677 el Comisionado Real Don Antonio Ortiz, quiso imponerles el sistema de esclavitud de la colonia, Aquellos hombres, los cobreros, no lo aceptaron y se rebelaron . No pudo el poderío colonial reducirlos. Los cobreros rebeldes guiados por el sacerdote Alejandro Ascanio, Capellán del Santuario, lograron tras años de esfuerzos que por la Real Célula del 19 de mayo de 1801, leída frente a la Virgen, donde su Majestad el Rey de España se comprometía a respetar los beneficios de los cobreros y su derecho a la tierra. De esta manera entra en la historia de Cuba la Virgen de la Caridad haciendo del poblado de El Cobre el primer lugar en la isla donde se proclamó la libertad de los esclavos.
La devoción a la Virgen se extendió por campos y ciudades y era al mismo tiempo señal de cubanía. Fue normal que el 10 de octubre de 1868, al iniciar Carlos Manuel de Céspedes la ”guerra de los diez años” para romper con España, marchara con su estado mayor, en noviembre de 1868 a la Ermita del Cobre para colocar las armas cubanas a los pies de la Virgen de la Caridad pues la sentían solidaria con la lucha por la libertad.
El 12 de agosto de 1898, cuando los jefes del ejército firman en Santiago de Cuba el Acta de Capitulación de España y el fin de la Guerra Hispano Americana, el General Calixto García, el General Agustín Cebreco y su Estado Mayor con miembros del Ejército Libertador,“celebran el triunfo de Cuba sobre España con misa solemne y Te-Deum a los pies de la Virgen de la Caridad del Cobre.”
El 24 de septiembre de 1915, el General Jesús Rabí con más de dos mil hombres a caballo llegó al Cobre para ofrecer la Santa Misa en la Casa de la Madre. Después el General Padró Griñán subió al púlpito para leer la petición de los Veteranos del Ejército Libertador dirigida al Santo Padre Bendicto XV (Papa de 1914 a 1922) para que proclamara Patrona de Cuba a la Virgen de la Caridad. El Santo Padre accedió y fijó la festividad el 8 de septiembre de cada año, fecha en que la Iglesia celebra el nacimiento de la Santísima Virgen.
El 20 de mayo de 1951, la Virgen Mambisa salió del Santuario Nacional del Cobre para bendecir las ciudades y campos de Cuba. La Virgen llegó a todos los rincones de la isla de oriente a occidente.
El 28 de noviembre de 1959 la imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre viajó a La Habana, para el Congreso Católico Nacional, en la Plaza de la Revolución. Un pueblo devoto que ansiaba una nación nueva, más cubana por más cristiana, pues también los católicos contribuyeron, se puso a los pies de la Patrona de todos los cubanos para pedir Justicia Social Cristiana y decir NO al comunismo.
Fue una noche donde no interpretamos como presagio el clima frío, lluvioso y hostil; pero así fue, pues a partir de ese momento el Gobierno inició medidas radicales. Entre muchas otras: intervención de las escuelas católicas y privadas, eliminación de la prensa radial, escrita y televisada, intervención de la propiedad privada y de los negocios, supresión de las fiestas de Navidad y toda actividad religiosa fuera de los templos, culminando con la expulsión del Obispo Eduardo Boza Masvidal y 134 sacerdotes.
Se estableció un clima hostil para los católicos que forzó a cientos de miles de católicos cubanos a emigrar hacia el norte y todo el continente. Se iniciaban los tiempos de la diáspora y de esconder las imágenes religiosas en los hogares también del disimulo para miles de fieles.
Transcurrieron más de diez años para que la Iglesia cubana diera sus primeros pasos y reagrupara sus metas evangélicas, aceptando la realidad político,- económica y social que fue el ENEC (Encuentro Nacional Eclesial Cubano) ; prólogo de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba y los nuevos horizontes que propició esta visita.
La Virgen de la Caridad del Cobre que convocó a sus hijos en la isla, también en el destierro extendió su manto, ya que desde 1961, llegó al exilio la imagen de la Iglesia de Guanabo, de la Arquidiócesis de La Habana. La Ciudad de Miami, se convirtió en el corazón de un pueblo en diáspora, que tiene a la Virgen de la Caridad como raíz y ala de su existir. Se construyó la Ermita de la Virgen de la Caridad del Cobre (actualmente Basílica Menor) junto a las aguas de la bahía de Byscane, que es considerada el centro espiritual de la nación cubana en el destierro.
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* El Padre Nicanor Valdés desterrado de su patria con otros 133 sacerdotes, se estableció en Puerto Rico donde desarrolló una intensa y efectiva labor misional -Luquillo, San Mateo de Cangresos, Torrimar, fueron testigos de su labor. No podemos dejar de mencionar su labor en las Jornadas Juveniles y sobre todo cada año desde 1963 organizó y recordó la Festividad de la Patrona de Cuba y al publicar este trabajo en su memoria, queremos recordar al misionero cubano -uno de tantos- que descansa en Puerto Rico.
Es en ese momento cuando ocurre el hallazgo de esa pequeña imagen de la Virgen María flotando sobre las aguas de la Bahía de Nipe que fue encontrada por tres hombres de pueblo: un negro esclavo Juan Moreno y dos indios los hermanos Juan y Rodrigo de Hoyos que iban a buscar sal a las salinas de Cayo Francés. La historia informa que muy de mañana, estando el mar en calma, vieron una figura blanca sobre el agua, pero no distinguían lo que era. Finalmente los viajeros, vieron lo que les pareció una niña y llegando a su lado encontraron la imagen de Nuestra Señora la Santísima Virgen, con un niño en los brazos, sobre una tablita de madera y envuelta en hermosas vestiduras. En la tablita de madera Rodrigo de Hoyos pudo leer”: “YO SOY LA VIRGEN DE LA CARIDAD y con asombro observaron que sus ropas no estaban mojadas.
Al recoger la imagen llenos de alegría y con una parte de la sal regresaron al Hato de Barajagua lugar donde vivían y donde el administrador del término Real del Cobre, Don Francisco Sánchez, ordenó levantar una ermita para colocar la imagen y nombró a Rodrigo de Hoyos su capellán.
Esta aparición fue consideraba por algunos durante un tiempo como leyenda, hasta que en 1973, el historiador Levi Marrero, indagando en el Archivo General de Indias, Audiencia de Santo Domingo en Sevilla, en el legajo 363, encontró el testimonio de Juan Moreno, con la versión original del esclavo sobre la aparición de la imagen . La leyenda pasó a ser historia.
En 1611, se traslada la imagen de Nuestra Señora para el pueblo de El Cobre donde desde mediados del siglo XVI se explotaban las minas de cobre de Santiago del Prado, como era normal en esos tiempos, con trabajo de los esclavos. Pero aquellos esclavos gozaban de un régimen de relativa libertad pues poseían chozas independientes, conuco para la alimentación familiar y otros beneficios. Pertenecían al Rey de España, y por la bondad del Capitán Francisco Sánchez de Moya, se les otorgó esos beneficios, bajo la mirada de las Virgen.
Sin embargo en 1677 el Comisionado Real Don Antonio Ortiz, quiso imponerles el sistema de esclavitud de la colonia, Aquellos hombres, los cobreros, no lo aceptaron y se rebelaron . No pudo el poderío colonial reducirlos. Los cobreros rebeldes guiados por el sacerdote Alejandro Ascanio, Capellán del Santuario, lograron tras años de esfuerzos que por la Real Célula del 19 de mayo de 1801, leída frente a la Virgen, donde su Majestad el Rey de España se comprometía a respetar los beneficios de los cobreros y su derecho a la tierra. De esta manera entra en la historia de Cuba la Virgen de la Caridad haciendo del poblado de El Cobre el primer lugar en la isla donde se proclamó la libertad de los esclavos.
La devoción a la Virgen se extendió por campos y ciudades y era al mismo tiempo señal de cubanía. Fue normal que el 10 de octubre de 1868, al iniciar Carlos Manuel de Céspedes la ”guerra de los diez años” para romper con España, marchara con su estado mayor, en noviembre de 1868 a la Ermita del Cobre para colocar las armas cubanas a los pies de la Virgen de la Caridad pues la sentían solidaria con la lucha por la libertad.
El 12 de agosto de 1898, cuando los jefes del ejército firman en Santiago de Cuba el Acta de Capitulación de España y el fin de la Guerra Hispano Americana, el General Calixto García, el General Agustín Cebreco y su Estado Mayor con miembros del Ejército Libertador,“celebran el triunfo de Cuba sobre España con misa solemne y Te-Deum a los pies de la Virgen de la Caridad del Cobre.”
El 24 de septiembre de 1915, el General Jesús Rabí con más de dos mil hombres a caballo llegó al Cobre para ofrecer la Santa Misa en la Casa de la Madre. Después el General Padró Griñán subió al púlpito para leer la petición de los Veteranos del Ejército Libertador dirigida al Santo Padre Bendicto XV (Papa de 1914 a 1922) para que proclamara Patrona de Cuba a la Virgen de la Caridad. El Santo Padre accedió y fijó la festividad el 8 de septiembre de cada año, fecha en que la Iglesia celebra el nacimiento de la Santísima Virgen.
El 20 de mayo de 1951, la Virgen Mambisa salió del Santuario Nacional del Cobre para bendecir las ciudades y campos de Cuba. La Virgen llegó a todos los rincones de la isla de oriente a occidente.
El 28 de noviembre de 1959 la imagen de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre viajó a La Habana, para el Congreso Católico Nacional, en la Plaza de la Revolución. Un pueblo devoto que ansiaba una nación nueva, más cubana por más cristiana, pues también los católicos contribuyeron, se puso a los pies de la Patrona de todos los cubanos para pedir Justicia Social Cristiana y decir NO al comunismo.
Fue una noche donde no interpretamos como presagio el clima frío, lluvioso y hostil; pero así fue, pues a partir de ese momento el Gobierno inició medidas radicales. Entre muchas otras: intervención de las escuelas católicas y privadas, eliminación de la prensa radial, escrita y televisada, intervención de la propiedad privada y de los negocios, supresión de las fiestas de Navidad y toda actividad religiosa fuera de los templos, culminando con la expulsión del Obispo Eduardo Boza Masvidal y 134 sacerdotes.
Se estableció un clima hostil para los católicos que forzó a cientos de miles de católicos cubanos a emigrar hacia el norte y todo el continente. Se iniciaban los tiempos de la diáspora y de esconder las imágenes religiosas en los hogares también del disimulo para miles de fieles.
Transcurrieron más de diez años para que la Iglesia cubana diera sus primeros pasos y reagrupara sus metas evangélicas, aceptando la realidad político,- económica y social que fue el ENEC (Encuentro Nacional Eclesial Cubano) ; prólogo de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba y los nuevos horizontes que propició esta visita.
La Virgen de la Caridad del Cobre que convocó a sus hijos en la isla, también en el destierro extendió su manto, ya que desde 1961, llegó al exilio la imagen de la Iglesia de Guanabo, de la Arquidiócesis de La Habana. La Ciudad de Miami, se convirtió en el corazón de un pueblo en diáspora, que tiene a la Virgen de la Caridad como raíz y ala de su existir. Se construyó la Ermita de la Virgen de la Caridad del Cobre (actualmente Basílica Menor) junto a las aguas de la bahía de Byscane, que es considerada el centro espiritual de la nación cubana en el destierro.
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* El Padre Nicanor Valdés desterrado de su patria con otros 133 sacerdotes, se estableció en Puerto Rico donde desarrolló una intensa y efectiva labor misional -Luquillo, San Mateo de Cangresos, Torrimar, fueron testigos de su labor. No podemos dejar de mencionar su labor en las Jornadas Juveniles y sobre todo cada año desde 1963 organizó y recordó la Festividad de la Patrona de Cuba y al publicar este trabajo en su memoria, queremos recordar al misionero cubano -uno de tantos- que descansa en Puerto Rico.
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