Thursday, September 3, 2009

Mensaje radial del Obispo de Guantánamo-Baracoa con motivo de la fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre

Foto/Flickr-Clarous Maximus
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Mensaje de Monseñor Wilfredo Pino Estévez,
Obispo de la Iglesia Católica de Guantánamo-Baracoa,
con motivo del 8 de septiembre, fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre



(Será transmitido por la Radio Provincial de Guantánamo
este viernes 4 de septiembre del 2009, 9.30 a.m.)


Queridos hijos e hijas de esta amada provincia: El próximo martes, 8 de septiembre, y en cualquier lugar donde nos encontremos, los cubanos celebraremos la fiesta de nuestra Madre del cielo, la Virgen María de la Caridad del Cobre. ¡Qué bueno poder tener hoy esta oportunidad para dirigirles unas palabras de saludo y afecto!

Desde 1,511 (pronto hará 500 años), y por la ciudad de Baracoa, llegó a nuestra patria la fe en Jesucristo y, con ella, la devoción a la Virgen María, Madre de Jesucristo. Desde esa fecha esta Ciudad Primada de Cuba lleva el nombre de Nuestra Señora de la Asunción, una bella devoción universal a la Virgen. Pero desde 1,612 (pronto hará 400 años) la Virgen María quiso regalar a Cuba un nombre propio, especial, para los cubanos. La historia nos dice que, en ese año, un niño negro de 10 años de edad, hijo de esclavos y nombrado Juan Moreno, y dos hermanos cubanos blancos, obreros de las minas de cobre y llamados Juan y Rodrigo de Hoyos, encontraron flotando, en la Bahía de Nipe, hoy provincia de Holguín, una pequeña imagen de la Virgen María. En la tabla que la sostenía podía leerse: “Yo soy la Virgen de la Caridad”. Y de acuerdo con la documentación que se posee, ellos la llevaron, con mucha devoción, pasando por el Hato de Barajagua y por Hatillo, hasta El Cobre, donde ha quedado para siempre.

Desde entonces, El Cobre ha venido a ser, para la gran mayoría de los cubanos, una meta a alcanzar. ¡Los cubanos, o hemos hecho ya el camino del Cobre o soñamos con poder hacerlo algún día!

Por la importancia que tiene, conviene saber que, en el pasado mes de agosto y en una reunión en la que participaron especialistas en historia, arqueología, geografía y cartografía, además del Arzobispo de Santiago de Cuba y del Obispo de Holguín, se pudo trazar, auxiliándose de mapas y escritos de la época, la Ruta de la Virgen, o sea, el camino que hicieron estos tres afortunados cubanos con la imagen de la Virgen de la Caridad desde Nipe hasta El Cobre.

Y ahora hace solamente dos semanas, y gracias a Dios y a tanta gente buena que nos acogió y nos animó, 65 jóvenes cristianos católicos (acompañados por tres obispos) hicimos a pie, durante cinco días, ese mismo recorrido. Fue una linda peregrinación por el camino del Cobre. Camino que en el ya cercano 2,012 cumplirá 400 años. Por eso quiero invitarlos ahora a escuchar y cantar este bello canto del músico cubano Jesús Llanes en el que se repite: “Por el camino viejo del Cobre marcha un buen hombre buscando a La Caridad”.

CANTO A LA CARIDAD

Por el camino viejo del Cobre marcha un buen hombre buscando a La Caridad (bis)

-¡Qué bueno es peregrinar por un camino divino que nos conduce a un destino lleno de amor y de paz!

Convoca la Virgen buena a todo el pueblo cubano, que marcha, unido de manos, por el camino del Cobre.

Por el camino viejo del Cobre marcha un buen hombre buscando a La Caridad (bis)

-¡Virgen buena! Llegaré para darte muchas gracias. Todo lo que te pedí has puesto en mi corazón.

El odio no cabe en mí, ahora puedo perdonar. ¡Qué bueno es poder amar sin
prejuicios ni rencores!

Por el camino viejo del Cobre marcha un buen hombre buscando a La Caridad (bis)

-Con este ramo de flores, Virgen de mi devoción, amarillos girasoles, Virgen de la Caridad,

En nombre de mi familia, en nombre de mi mamá, ¡muchas gracias, Virgencita de la Caridad del Cobre!

Queridos hijos e hijas: ¡Cuántos cubanos de toda clase, raza, ideología, van a rezar diariamente al Santuario del Cobre! El canto afirmaba: “Convoca la Virgen bella a todo el pueblo cubano que marcha, unido de manos, por el camino del Cobre”. Ella es signo de unidad para nuestro pueblo. Ante su imagen rezamos cubanos blancos y negros, mujeres y hombres, jóvenes y viejos, orientales y occidentales, sanos y enfermos, obreros y profesionales, artistas y deportistas… ¿Qué cubano no ha dicho alguna vez en su vida: “Virgencita de la Caridad”? Ella ya es tan cubana como nuestra palma real, nuestro tocororo y nuestra flor de la mariposa. Y decir “Virgen de la Caridad” en cualquier parte del mundo equivale a decir “Cuba”.

A nosotros nos corresponde ser agradecidos con ella. Escuchábamos en el canto: “Llegaré para darte muchas gracias…con este ramo de flores… en nombre de mi familia… en nombre de mi mamá. ¡Muchas gracias, Virgencita!”.

Quien vaya a visitar a la Virgen de la Caridad en su Santuario del Cobre no se extrañará de encontrar allí muchísimos testimonios de amor agradecido dejados por sus hijos cubanos.

Y junto con las gracias también debemos esforzarnos en imitar a la Virgen. ¡Cuánto orgullo siente una madre cuando alguien le dice que su hijo se le parece! Ella puso a Dios en el primer lugar de su vida. Ella no perdió su confianza en Dios en los momentos de dificultad. Ella fue la primera cristiana. Ella no dejó de indicarnos que hiciéramos todo lo que Jesucristo nos dijo. Ella fue la primera en cumplir las enseñanzas de Jesucristo. ¡Cuánto bien le haría a Cuba que las enseñanzas de Jesucristo fueran vividas fielmente por cada cubano! Éstas son algunas de ellas:

“Amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todo tu ser; y a tu prójimo como a ti mismo” (Lc.10, 27)
“Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn. 14, 6)
“Vengan a mí los que se sientan cansados y agobiados, y yo los aliviaré” (Mt. 11, 28)
“El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga” (Mt. 16, 24)
“¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?” (Mc. 8, 36)
“Si alguno quiere ser el primero que se haga el último de todos y el servidor de todos” (Mc. 9, 35)
“Cuando ustedes quieran hablar con Dios, digan: Padre nuestro” Lc. 11, 2)
“Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque de los que son como ellos es el reino de los cielos” (Mt. 19, 14)
“El que viene a mí, nunca tendrá hambre; el que cree en mí, nunca tendrá sed” (Jn. 6, 35)
“Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no caminará en tinieblas” (Jn. 8, 12)
“Permanezcan unidos a mí, y yo permaneceré en ustedes” (Jn. 15, 4)
“Cuando el mundo los odie, recuerden que primero que a ustedes, el mundo me odió a mí” (Jn. 15, 18)
“Si ustedes cumplen mis enseñanzas conocerán la verdad, y la verdad los hará libres” (Jn. 31b-32)
“Ámense los unos a los otros como yo los he amado” (Jn. 15, 12)

También el bello canto que nos ha servido de reflexión nos dice cómo debemos ser los hijos de la Virgen de la Caridad: “El odio no cabe en mí, ahora puedo perdonar. ¡Qué bueno es poder amar sin prejuicios ni rencores!”. ¿Por qué no pedirle a la Virgen de la Caridad que nos ayude a sanar nuestro corazón y nuestra memoria? Hay cubanos que tienen una “memoria de elefante” para recordar por años a los que los ofendieron. ¡Seamos sinceros al rezar el Padre Nuestro, donde le pedimos a Dios que nos perdone las ofensas que hemos hecho, de la misma manera que nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido! Perdonar es muy difícil, pero no imposible. Jesucristo nos dio su ejemplo.

El propio Jesucristo, clavado en la cruz, nos dejó a la Virgen María como Madre. Allí le dijo al discípulo Juan lo mismo que nos dice hoy a nosotros: “Ahí tienes a tu Madre” (Jn. 19, 27). Y ella, a su vez, nos repite a los cubanos de hoy la frase que dijo en Caná de Galilea: “Hagan lo que Jesucristo les diga” (Jn. 2, 5).

Sólo me resta invitarlos a las celebraciones que habrá en cada comunidad el 8 de septiembre o en los días cercanos. Este año en la provincia, Dios mediante, tendremos cinco Procesiones en honor de la Virgen de la Caridad. El municipio Caimanera la tendrá pasado mañana, domingo 6, a las cinco de la tarde. La de la ciudad de Guantánamo será este próximo lunes 7 de septiembre, a las 7 de la noche, saliendo de la Iglesia de la Milagrosa, en la calle Paseo, hasta la Iglesia Catedral, en el Parque Martí. Y las de Baracoa, Imías y San Antonio del Sur serán el martes 8 de septiembre, a las 7 de la noche. ¡Preséntenle a la Virgencita en las Procesiones de ese día a sus hijos y nietos y pídanle su protección para ellos! ¡La velita encendida y nuestras flores serán signos de nuestro amor por ella!

Aprovecho la ocasión para decirles que, si alguno de ustedes desea tener una estampa grande de la Virgen de la Caridad, puede venir al Obispado o ir a la iglesia más cercana, entre hoy y mañana, y se la podrán regalar.

Pido a la Virgen de la Caridad que consiga muchas bendiciones de Dios para cada uno de sus hijos cubanos, los que estamos aquí y los guantanameros que viven o trabajan en otros países. Que la Madre de Cuba proteja también a nuestros hermanos de otras religiones. Que la Virgen de la Caridad inspire a las autoridades del país para que todas las decisiones que tomen tengan la bendición de Dios y sean siempre para el bien de nuestro pueblo. Que Ella cuide de manera especial a los niños, ancianos, presos, enfermos, a los que viven solos, a los que se sienten tristes o abandonados, y a los que se alejaron de la Iglesia y quieren volver a ella pero no saben cómo hacerlo.

Y que la bendición de Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre cada uno de ustedes y los acompañe hoy y siempre. AMÉN.

(Canto: Y si vas al Cobre quiero que me traigas una Virgencita de la Caridad…)

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