por Geovanys F. García VistorteLa tercera noche del 2do Festival Internacional de Videoarte tuvo como eje inicial el transporte y se apropió de un lugar poco común para las exhibiciones artísticas en la ciudad de Camagüey, la Terminal de Ómnibus Nacionales Astro.
En una de las paredes del recinto donde se agrupan los pasajeros que esperan abordar un ómnibus mediante el socorrido recurso de la lista de espera, justo encima de las taquillas de venta, se proyectó la obra Una flor para el camino que mostrando una flor de romerillo mecida apenas por el viento dejó constancia del propósito del Festival de estar en todos los espacios posibles.
La flor que muestra la obra del cubano Norberto Pérez Carmona tenía todo el tiempo del mundo, lo que contrastaba con un grupo de posibles pasajeros que se reunían en torno a un ventanillo a la espera de comprar su boleto para emprender viaje. Dicho contraste podía tener efectos encontrados, ya sea el relajarse ante la serenidad visual o acentuar la incertidumbre de ser llamado, nombres y apellidos mediante, para acceder a una de las capacidades puestas en oferta en la terminal.
Nosotros, los participantes, también llenamos el recinto y como flores silvestres nos agrupamos en torno a una obra sui-géneris que para algunos apenas fue un instante en todo el tiempo, el gran tiempo, que vivimos a la espera de algo o alguien. Una flor para el camino incluía el texto “No tiene nada / ni choza en primavera / lo tiene todo.”
La segunda acción de la noche ocurrió en el Casino Campestre, ahí en medio de una de sus calles iluminadas, donde un camión de los llamados particulares esperaba a sus pasajeros para darles un viaje audiovisual.
En dicho camión uno podía subir y sentarse a apreciar diversas tomas que databan de finales del 2008 hasta casi la el otro día con la certeza de compartir experiencias cotidianas entre sus creadores y el público. Esta video-instalación, titulada 2008: Efemérides, solo tuvo en su contra la no asistencia del público citadino, que viendo raro un camión en medio del parque prefirió no tenerlo en cuenta. Sus autores Celia-Yunior, Javier Castro, Luis Gárciga, Reñiré Quer, y Grethell Rasúa, todos de Cuba mostraron una visión coral reunida en un entorno aparentemente incómodo pero sumamente interesante.
Acto seguido toda la “tropa” se movió desde el Casino hacia la Plaza del Carmen para presenciar la exhibición pública de la tercera sesión de obras en concurso, donde se apreció un adecuado balance de temas, maneras de contar y presupuestos estéticos.
El cierre estuvo a cargo de una intervención de Giorga Volpe en una de las casas que integran el entorno del Carmen donde mediante la proyección de su obra La chambre da Fabulation en un refrigerador se pudo constatar cuan implicadas se sienten las artes plásticas del siglo XXI con su público.
En una de las paredes del recinto donde se agrupan los pasajeros que esperan abordar un ómnibus mediante el socorrido recurso de la lista de espera, justo encima de las taquillas de venta, se proyectó la obra Una flor para el camino que mostrando una flor de romerillo mecida apenas por el viento dejó constancia del propósito del Festival de estar en todos los espacios posibles.
La flor que muestra la obra del cubano Norberto Pérez Carmona tenía todo el tiempo del mundo, lo que contrastaba con un grupo de posibles pasajeros que se reunían en torno a un ventanillo a la espera de comprar su boleto para emprender viaje. Dicho contraste podía tener efectos encontrados, ya sea el relajarse ante la serenidad visual o acentuar la incertidumbre de ser llamado, nombres y apellidos mediante, para acceder a una de las capacidades puestas en oferta en la terminal.
Nosotros, los participantes, también llenamos el recinto y como flores silvestres nos agrupamos en torno a una obra sui-géneris que para algunos apenas fue un instante en todo el tiempo, el gran tiempo, que vivimos a la espera de algo o alguien. Una flor para el camino incluía el texto “No tiene nada / ni choza en primavera / lo tiene todo.”
La segunda acción de la noche ocurrió en el Casino Campestre, ahí en medio de una de sus calles iluminadas, donde un camión de los llamados particulares esperaba a sus pasajeros para darles un viaje audiovisual.
En dicho camión uno podía subir y sentarse a apreciar diversas tomas que databan de finales del 2008 hasta casi la el otro día con la certeza de compartir experiencias cotidianas entre sus creadores y el público. Esta video-instalación, titulada 2008: Efemérides, solo tuvo en su contra la no asistencia del público citadino, que viendo raro un camión en medio del parque prefirió no tenerlo en cuenta. Sus autores Celia-Yunior, Javier Castro, Luis Gárciga, Reñiré Quer, y Grethell Rasúa, todos de Cuba mostraron una visión coral reunida en un entorno aparentemente incómodo pero sumamente interesante.
Acto seguido toda la “tropa” se movió desde el Casino hacia la Plaza del Carmen para presenciar la exhibición pública de la tercera sesión de obras en concurso, donde se apreció un adecuado balance de temas, maneras de contar y presupuestos estéticos.
El cierre estuvo a cargo de una intervención de Giorga Volpe en una de las casas que integran el entorno del Carmen donde mediante la proyección de su obra La chambre da Fabulation en un refrigerador se pudo constatar cuan implicadas se sienten las artes plásticas del siglo XXI con su público.
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Información relacionada (en el blog): Festival Internacional de Videoarte Camagüey
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