"Yo era muy joven, con lo cual tenía mucho más aguante y necesitaba menos tiempo de dormir. Y me recuperaba muy pronto. En ese momento, yo trabajaba en la compañía telefónica (trabajo que tuve por doce años) y me tenía que levantar a las siete menos cuarto todos los días, lo cual me daba una obligación que, yo creo, incluía en mis rutinas una dosis de sentido común que mis otros compañeros no tenían. Ellos, mis compañeros de marcha, no tenían necesidad de trabajar".
"Bueno, entonces yo me levantaba muy pronto y trabajaba hasta las tres de la tarde y durante toda la tarde, primera hora de la tarde, y la noche y la madrugada, por ejemplo, escribía y dirigía películas, en súper 8, continuamente. Siempre había varias casas abiertas de amigos donde había una especie de orgía perpetua. Y uno siempre sabía donde acudir si quería divertirse cada día. Después terminábamos en cualquier local, pero había uno mítico que se llamaba Rockola, que para mí fue como la universidad. Ahí aprendí casi todo".
"Las noches interminables de Madrid, con verdaderamente todos esos tópicos, sexo, drogas y rock and roll, pues eran absolutamente reales. Entonces yo no sólo disfrutaba con el placer, sino que también reflexionaba sobre ello. Aunque parezca kitsch. Afortunadamente tengo un diario sobre aquellas noches, me inventé un personaje alternativo que se llamaba Pathy Dhyfusa, que era una actriz-estrella de cine porno y en la cual yo volcaba todas las experiencias disparatadas de aquellos años".
Pathy Dhyfusa alcanzó difusión en revistas "del momento" como dice Almodóvar y después hubo una selección de fragmentos que salieron publicados vía Anagrama. "Pero sabes, eran años y días muy enriquecedores porque no era sólo la libertad con la que actuábamos. Yo estaba en contacto con mucha gente, gente más joven que yo, que se expresaba con toda libertad en el terreno de la música, en el terreno del diseño, del vestuario, de la literatura, en el cine no porque es un medio muy caro. Y la mera compañía en absoluta libertad con toda esta gente para mí fue absolutamente esencial".
-¿Y no hubo costos de esos días sin restricción?
"Muchas de estas personas murieron en el camino y yo he tenido la suerte también de tener un enorme sentido común para retirarme a tiempo de todo. Tuve suerte de no morir por los excesos de juventud. Desgraciadamente gente con enorme talento se ha quedado a mitad de camino. Pero las cosas se entienden mejor en retrospectiva, en ese momento Madrid acababa de pasar una etapa horrible y muy oscura que fue el franquismo y esto correspondía a los primeros años de la libertad absoluta en España".
"Fueron tiempos inolvidables. Pero no fui sólo un testigo, sino que participé en todo tipo de cosas y sé de lo que hablo" (risas). (ver entrevista completa en El Mercurio)
Foto/AP
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