¿Continuarán los obispos la estrategia fallida del tontorrón Moratinos, del locuaz cardenal Bertone o asumirán el riesgo de reeditar la Carta “El Amor todo lo espera”? ¿Tendrán la valentía de denunciar los crímenes de hoy como denunciaron el cometido con las víctimas del Remolcador 13 de Marzo o habrá más cartas lastimosas como la escrita ante la muerte de Zapata Tamayo?
A los obispos de hoy les toca escoger entre arriesgarlo todo o conservar lo conseguido, difícil situación para unos hombres que han pasado la vida peleando los centímetros de un espacio que el régimen no ha estado dispuesto a ceder. En esta disyuntiva yo me inclino a pensar que el riesgo merece la pena, existe un imperativo moral y el peligro evidente de que si las cosas continúan así, poca cosa podremos conservar a no ser una ingente cantidad de cadáveres. No obstante a eso son ellos los que están en el filo de esa navaja, son ellos los que permanecen en esa Isla nuestra que vive en un perenne peligro de naufragio. (ver texto completo en la Casa Cuba)
A los obispos de hoy les toca escoger entre arriesgarlo todo o conservar lo conseguido, difícil situación para unos hombres que han pasado la vida peleando los centímetros de un espacio que el régimen no ha estado dispuesto a ceder. En esta disyuntiva yo me inclino a pensar que el riesgo merece la pena, existe un imperativo moral y el peligro evidente de que si las cosas continúan así, poca cosa podremos conservar a no ser una ingente cantidad de cadáveres. No obstante a eso son ellos los que están en el filo de esa navaja, son ellos los que permanecen en esa Isla nuestra que vive en un perenne peligro de naufragio. (ver texto completo en la Casa Cuba)
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