Foto/Blog Gaspar, El Lugareño
Raúl Ortega leyendo estos textos el pasado sábado en la inauguración de la nueva sede de la
tienda/galería The Golden Raccoon, ubicada en la 12314 SW 224 st, de Carlos Diaz Barrios.
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Raúl Ortega leyendo estos textos el pasado sábado en la inauguración de la nueva sede de la
tienda/galería The Golden Raccoon, ubicada en la 12314 SW 224 st, de Carlos Diaz Barrios.
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Un cuento que no es cuento
A Carlos A. Díaz Barrio
De niño coleccionaba amebas, hojas secas, piedrecillas mordidas por el mar, instrumentos que tenían que ver con la ternura. En cuanto le llamaron hombre, le obligaron a tirar su colección por la taza del baño, y comenzó a juntar erizos, alambres de púas, aguijones, ponzoñas, dardos envenenados que tenía que disparar de cuando en cuando; pero sobre todo se rodeó de cactus, chicos, medianos y enormes cactus, y él parado en el centro, así, vigilante, con un pico en el hombro… por si acaso.
Fue la única manera que encontró para defender lo que había sido.
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Demoliendo un teatro para ganarme el pan
Le doy a la pared hasta con los colmillos que me faltan. El odio se conserva mejor envuelto en la desgarradura.
Dicen que a la última función no vino ni el silencio, y los actores terminaron devorándose entre ellos para sobrevivir.
Prohibido trabajar para la creación.
En su lugar sembrarán un McDonalds. Floreciente. Atestado. Chorreando la grasa sobre la que resbala felizmente la ignorancia.
Miami y octubre y 2008
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El viaje
Ya no nos vamos a reunir nunca más: ni tú, ni yo, ni éste o aquél. Puede que nos volvamos a encontrar arrinconados contra cualquier esquina de la Tierra, pero juntarnos como antes a decir que era redonda y que giraba, ni soñando. Ahora estaremos muy entretenidos en la manera más exacta de utilizar el odio.
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Las cosas
No se pueden decir todas las cosas que a veces pretendemos decir. De nada nos valdría llenar con ellas la palabra, si nadie escucha lo que no quiere que le digan. Así que hay que tragárselas como el buche de ácido que echamos en un caño para quitar la tupición. Y así nos vamos embutiendo. Y las cosas se vuelven una costra que se nos pega en las costillas, una especie de sarro que algunos llaman el rencor. Los más afortunados, quiero decir, los cínicos, logran que estas cosas pasen al intestino.
Algunos no podemos.
Algunos reventamos.
O nos llega la lamentable idea de vomitar las cosas, minutos antes de que llegue el desprecio.
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Canciones desde el páramo
Cuando sabes que eres anormal nunca pretendas ser como los otros. Tienes que seguir viviendo como el monstruo que eres. Olvídate del árbol, del hijo, mucho menos de tocar en la luz y que te abra una mujer, y ni pensar en escribir el libro.
Hazle el manicuro a tus garras; cuida tu pedazo de luna sin el ojo y el gato en el portal; tu estrella de relámpago, tu amanecer de noche. Vomita sin salpicar a nadie. No hagas como los otros: caza sólo para comer. Mientras seas auténtico te mantendrás a salvo y tu colmillo brillará sin la sombra del odio.
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Arte poética
Si el hombre huele a mierda, la poesía tiene que tener un olor diferente porque el hombre y la poesía se odian como dos boxeadores, o como ese rencor que se cocina dentro de un hermano contra el hermano mayor que le quitó la novia. La poesía, repito, huele a lo que sale cuando partimos un pedazo de luz por la mitad, quiero decir que huele a mar, y el mar huele como el blúmer que acaba de quitarse una muchacha en cualquier esquina de lo que fue mi barrio.
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Raúl Ortega en el blog: El hueco
Raúl Ortega Alfonso, La Habana, Cuba, 1960. Mexicano por naturalización desde 1995. Reside entre la Ciudad de México y Miami. Publicación del poemario Las mujeres fabrican a los locos, Editorial Abril, La Habana, Cuba, 1992. D. F. Publicación del poemario Acta común de nacimiento, Editorial Praxis, México, D. F. Publicación del poemario Con mi voz de mujer, Editorial Arlequín, Fonca, Guadalajara, México. Segunda edición del poemario Las mujeres fabrican a los locos, Editorial Praxis, México, D. F. Publicación del poemario La memoria de queso, Editorial La Torre de Papel, Miami, Florida. Publicación del libro-objeto de poemas y grabados Desde una isla, en colaboración con el pintor Carlos Alberto García, México, D. F.
5 comments:
Me sorprenden positivamente estos poemas en prosa de Raúl. En ellos está el mismo estilo que en sus textos anteriores, la crudeza "pura" y aun la escatología. Todo depende del gusto del lector para calificar estas piezas; es decir, de la subjetividad que todos padecemos.
En mi humile opinión el primero sobresale --quizás por su tremenda carga de nostalgia--, sin dejar de valorar las bondades de los demás. Todos son buenos y, lo mejor: aunque cambia el molde es el mismo poeta.
Gracias:
Félix Luis Viera
Felix, gracias por visitar el blog, y dejar tus comentarios
saludos
Gracias Joaquin, yo la pase super bien, y la poesia de Raulito y de Carlos me gusto muchisimo. Saludos, Manny
Raulito: poemas de una madurez sorprendente; tu idiolecto crudo y lleno de esa filosa ironía que tanto me conmueve. La palabra al servicio de la rabia y el desamparo que nos acosa. Tu poesía ha crecido. Levantaran la mierda donde la belleza intente respirar, tienes razón , hermanito. CARLOS OLIVARES BARÓ
Manny y Carlos, gracias igualmente a Uds. por vuestra visita y comentarios
saludos
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