Cauley Square & The Golden Raccoon*
Texto y fotos por Ena LaPitu Columbié
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
Cauley Square fue en algún tiempo la última parada del tren de Flagler. Es una antigua y mágica villa, otrora refugio y vivienda de trabajadores del ferrocarril. Tiene en su entrada un edificio Art Noveau de hiedras y rejas añejas que muestran su pasado de restaurante y burdel; y antes de adentrarnos por los senderos adoquinados en busca de sorpresas, un tren detenido en el tiempo nos avisa que hemos llegado al paraíso.
Este viejo y clásico pueblito sureño de principios del siglo pasado, fue fundado en 1903 por William Cauley como base de embarque para el envío de su producción de tomate al norte. El multimillonario escogió 10 acres de terreno bordeados por las líneas de tren y creó una aldea de ensueños con casitas encantadas y pintorescas, hechas a mano para sus obreros blancos. Al frente, cruzando la US1, habitaban los negros, mismos que se rompían el lomo en las tomateras pero que nunca tuvieron oportunidad de entrada al lugar, ni siquiera al burdel en busca de desahogo. Cuenta la leyenda que hace unos pocos años atrás, uno de aquellos negros trabajadores cumplía su centenario, le dijeron que escogiera un regalo para festejarlo y casi sin pensarlo el anciano pidió visitar la villa, para saber, qué había escondido allí entre el follaje. Tanto fue el lastre y la ignominia del racismo, que en la actualidad los descendientes de aquellos negros esclavos y jornaleros ni siquiera miran hacia el lugar. En 1992 el huracán Andrew se ensañó con la zona dañándola casi totalmente, quedando en el abandono junto a sus ruinas como una venganza. Pero en el 2001 un rayo de luz alumbró a la hondureño-americana Frances Varela que adquirió la propiedad, y hoy esa mujer fuerte y decidida es la que dirige con una invisible batuta el concierto perfecto donde se esconde la paz; el oasis de la cosmopolita Miami.
Allí los turistas acuden buscando un día de asueto para conseguir antigüedades, y encuentran unos restaurantes con comida buena y fresca, en los que nos sorprende una Betty Boop auténtica y clásica que invita desde sus historias retenidas en las mentes. También hay obras de arte, una sala de té a la vieja usanza, en la que confluyen varios estilos como disputándose la primacía… pero sobre todo, espacios paradisíacos donde relajarse a la sombra de los jardines techados por frondosas ramas, bancas que invitan a la meditación con música clásica de fondo o sólo con el leve susurro del agua al caer de alguna de las antiquísimas fuentes. El aire que atraviesa sin perturbación las rejas y ventanales de hierro forjado, nos obliga a abstraernos frente a tanta belleza para luego preguntarnos ¿Cómo es que nadie habla de esto?
Una de sus mayores atracciones es The Golden Raccoon, la galería de Carlos Díaz Barrios y Ayessa. Esa boutique-galería de exclusividades debe su nombre a los mapaches (raccoons) casi amaestrados que campean en ese estupendo sitio. En el bazar podemos encontrar una gran variedad de diosas y dioses chinos, indios, griegos, latinos, africanos; un ambiente esotérico puro en el que los incienciarios expanden humo vivificador de salvia blanca y aromas tibetanos, y donde los emblemáticos libros de Carlos se ofrecen junto con sus pinturas y las de Ayessa. Ella es una joven de sonrisa perenne, artista, cartomántica y artesana que nos hace sentir que todo está bien o por lo menos, que los problemas siempre pueden solucionarse. Habla con sabiduría y mesura de todo lo relacionado con los misterios del hombre y la naturaleza, como si tuviera cien años vividos. Padre e hija comparten muchas emociones, desde la lacerante experiencia del Mariel —odisea que ya cumple 30 años— hasta el amor por el arte y la literatura. Pero ellos son sumamente diferentes:
Las Pinturas de Ayessa son muestras espirituales inspiradas en sentimientos, con el Sol representado en la mayoría de las piezas, son obras coloridas como tapices indios**. Según ella cada una es como una plegaria, o un deseo; pero Ayessa también hace joyas que hablan porque tienen significados independientes, y escribe —en inglés— poesía, narrativa y esoterismo. Cuando tira las cartas lo hace con un set de su autoría al que le ha hecho aportaciones de otras cartas, porque dice que son fundamentales y que el Tarot original no las posee. Trabaja las chacras con aromaterapia, terapia vibracional —con campanas tibetanas, piedras y cristales. En toda esta empresa le acompaña siempre sonriente su novio Enrique González quien desde sus ojos claros controla el mundo astrológico del lugar y de todo el que quiera conocer el propio.
La armonía que se respira en The Golden Raccoon se exporta, ellos hacen lanzamientos de libros, crean grupos de meditación y celebran los solsticios y equinoccios; realizan ceremonias a la Luna llena e imparten talleres de auto ayuda, estudios de plantas y otros temas; pero sobre todo siempre reciben al visitante con algo muy parecido a lo que llamamos alquimia.
*The Golden Raccoon: ubicada en la histórica villa Cauley Square: 22400 Old Dixie Hwy, Miami, Fl. 33170
(Turnpike South Exit 11, West to US1, South to 224 St.)
**Una de esas pinturas y dos de las de Carlos, puede verse también en la exposición Farewell to the sea: Remembering el Mariel, 30 years later. En Zu-Galería, 2248 SW 8th St, Miami Fl. 33135
Ena Columbié, “LaPitu” Guantánamo, Cuba. Poeta, ensayista, crítica, narradora y artista. Licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Ha publicado los libros: Dos cuentos (Narrativa. Cuba 1987), El Exégeta (Crítica literaria. Cuba 1995), Ripios y Epigramas (Poesía Cuba 2001) y Ripios (Poesía. USA 2006) y en las antologías: Lenguas Recurrentes (1982), Lauros (Cuba 1989), Epigramas (Cuba1994), Muestra Siglo XXI de la poesía en español (USA 2005), La Mujer Rota (México 2008). Dirige la editorial, Ediciones EntreRíos. Ha colaborado como editora en la editorial La Araña pelúa de París y en La Peregrina Magazine, así como en diversos proyectos privados independientes.Como fotógrafa ha publicado en revistas y periódicos de USA. Reside en Miami, Florida. USA.
Conoci Cauley Square hace tiempo, casi por casualidad, y desde entonces siempre que voy me parece que estoy entrando en otro estado, en otra ciudad...
ReplyDeleteMaravilloso texto
ReplyDeleteAlgo refrescante que me llega los miércoles y ya comienzo a esperar con puntualidad.
ReplyDeleteGracias por tu arte. Muchas bendiciones
Belkis
Querida Ena, como siempre una entrada deliciosa... gracias... gracias de verdad... con maya estamos aqui llenas de emocion, leyendote...
ReplyDeleteun abrazo,
m
Querida Ena,
ReplyDeletefascinada con Gaspar El lugareño. Estuve leyendo sobre la villa donde no dejaban entrar a los esclavos.
En agosto estaré por Miami y me encantaría visitarla. Veo que hay exhibiciones de artistas cubanos.
La verdad que este blog es maravilloso. Gracias por estar.
Ah...quisiera unirme a la lista de blogs, pero soy la no-técnica y no sé cómo hacerlo.
pudieras indicarme?
mi blog se llama magiainsular.blogspot.com
Deliciosa como siempre tu narrativa, que “agarra” de principio a fin y hace disfrutar como si junto a ti estuviéramos presentes en tan bucólico paraje.
ReplyDeleteLos abrazos de siempre,
Josecuba
Querida Ena, en mi opinión perfecto, ni le falta ni le sobra. Uno se "alumbra" con este texto, que se lo traga a uno y viceversa.
ReplyDeleteEspero que estés reuniendo textos y gráficas para un libro.
Te quiere.
Tu Ch.
Félix Luis Viera
Gracias, Pitu! Como siempre disfruto todo lo que haces! Besos.
ReplyDeleteKarin