Guantánamo
(Primera parte)
Texto y fotos por Ena LaPitu Columbié
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
Guantánamo es un nombre antiguo, largo, sonoro y esdrújulo, dado por los Taínos que llegaron a Cuba en el primer milenio después de Cristo, a una porción de tierra penetrada por las aguas; un valle rodeado de montañas y que significa en dialecto arahuaco “Tierra entre ríos”. La historia de mi natal aldea se remonta a la formación de esa Isla también larga que se clava como una flecha curva en el Atlántico, dividiendo en dos la América toda.
Los Taínos eran el grupo agroalfarero más desarrollado de los que habitaron la Isla, los de mayor progreso cultural y se ubicaron en la región del oriente insular. Junto a ellos algunos Siboneyes se asentaron también en la zona haciéndola más versátil. A nuestros días ha llegado como un augurio de exclusividad desde el corazón de la tierra, una figura tallada en Guayacán negro con 92 cm de altura y ornamentaciones de nácar: “El Cemí”, tótem que se considerada la representación escultórica humana más importante del expresionismo indocubano y de las Antillas.
En 1492 Colón descubre la bahía y la bautiza como Puerto Grande, sin siquiera imaginar que realmente lo era; una bahía grande y profunda, la segunda con esas características en Cuba y sólo superada por la de Nipe. El que si se percata de esa importancia mucho tiempo después, es el almirante inglés Edgard Vernon, al frente de un ejército de las 13 colonias, y se apodera de sus costas convirtiéndola en cuartel militar debido a su ventaja estratégica. Cumberland la renombra y en esos meses de ocupación inglesa, los tácticos confeccionaron mapas y planos que años después sirvieron a los norteamericanos en la guerra hispano-cubana-americana.
La pujante revolución haitiana de 1791 obligó a los colonos blancos franceses a la emigración. Tomando como franja de escape El Paso de los Vientos, recalaron en las más orientales de las provincias cubanas. Esos hacendados blancos trajeron consigo a sus esclavos y a otros negros ya libres que decidieron seguir a sus servicios. Con el permiso de España se asentaron en las serranías de Guantánamo y Santiago de Cuba para dedicarse al cultivo del café. El asentamiento Franco-haitiano en Guantánamo permitió un desarrollo agrícola y mercantil que provocó la atención de los emigrantes catalanes salidos de Barcelona hacia el puerto de Santiago, ya que brindaba mejores posibilidades comerciales y menos competencia. La mayoría de esos catalanes se dirigió al Guaso, literalmente a su ribera navegable en aquel tiempo, que les permitía el embarque de mercancías hacia el puerto por la desembocadura del río y de ahí directamente al resto del mundo. Desmontaron sus baúles y sus sueños, construyeron grandes almacenes, apostando por el resto de sus vidas y la población comenzó a crecer vertiginosamente, imponiéndose esa etnia mediterránea gustosa la diversificación. Así nació La Guantanamera; híbrida, plural y matizada.
En 1796 se funda el poblado Santa Catalina de Guantánamo y en 1828 inicia el trazado de la ciudad teniendo en cuenta la tradición catalana y las ordenanzas de Cáceres, mismas leyes que se cumplen en todo el siglo XIX por considerarse que fue uno de los pueblos mejor trazado de la Isla, con sus calles anchas y rectas donde la mirada se pierde en el horizonte hasta las montañas. Las construcciones de las casas también llevaron sus influencias de diferentes estilos arquitectónicos como el colonial, el francés y más tarde el americano, haciendo del lugar una ciudad ecléctica, prevaleciendo los portales y las columnas. Desde el 1836 los habitantes de Santa Catalina del Guaso, ó El Saltadero decidieron erigir un templo en la comarca, logrando que se terminara seis años después e inaugurándolo con gran alboroto pero sin representación de ningún santo; hasta que el 29 de diciembre del 1853 el Arzobispo de Santiago junto a otros implicado aprueban —debido a la persistencia de los pobladores— la petición de instituir a Santa Catalina de Ricci como Santa Patrona.
El siglo XX sorprende con más de 20000 habitantes en su mayoría catalanes o descendientes de ellos, también franceses, africanos y otras razas; una incipiente vida cultural. Existían más de 25 ingenios, un centenar de cafetales, casi 300 vegas de tabaco, ciento y tantas haciendas ganaderas y se habilitó la bahía para el comercio internacional independizándose del ayuntamiento de Santiago lo que coloca la ciudad en el segundo lugar como centro económico de Oriente. También se creó el Centro La Luz de intercambio y conspiración patriótica, se fundaron dos teatros, Enriqueta y Heredia, y desde el 1871 comienza la proliferación de publicaciones periódicas y seriadas que las inició ese año El Eco y la siguieron otras tantas que al terminar el siglo sumaban más de veinte títulos. Toda se empeño de crecimiento le permite al gobernador superior civil de la Isla decretar en 1870 que la villa puede ostentar para siempre su emblemático nombre Guantánamo.
Ena Columbié, “LaPitu” Guantánamo, Cuba. Poeta, ensayista, crítica, narradora y artista. Licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Ha publicado los libros: Dos cuentos (Narrativa. Cuba 1987), El Exégeta (Crítica literaria. Cuba 1995), Ripios y Epigramas (Poesía Cuba 2001) y Ripios (Poesía. USA 2006) y en las antologías: Lenguas Recurrentes (1982), Lauros (Cuba 1989), Epigramas (Cuba1994), Muestra Siglo XXI de la poesía en español (USA 2005), La Mujer Rota (México 2008). Dirige la editorial, Ediciones EntreRíos. Ha colaborado como editora en la editorial La Araña pelúa de París y en La Peregrina Magazine, así como en diversos proyectos privados independientes.Como fotógrafa ha publicado en revistas y periódicos de USA. Reside en Miami, Florida. USA.
8 comments:
Tus fotos... geniales!
Como cada miércoles, el material que ofreces es extraordinario, querida Ena. Este de Guantánamo, pues, qué decirte, has resumido de maravilla esa historia de nuestro pueblo.
Por favor, si tienes la foto de la casa de Botti, no dejes de enviármela. Estoy loca por ver qué queda de ella, ahora que es museo.
Gracias de nuevo por tu excelente trabajo. Pocas veces he visto tanto profesionalismo en temas como éste en nuestro exilio, tan parlanchín y ahogado en política.
Un beso y muchas bendiciones,
Belki
ena, es genial... cuando se aprende, a traves de todos los sentidos, leyendote... es un lujo para estas almas henchidas de cubanidad.
un fuerte abrazo y keep going, please... guantanamera, guantanamera...
Muy interesante todo lo que describes de nuestros antepasados.Muy hermoso el totem...que decir de tu fotos. Nos llena de orgullo. Por eso caminamos por el centro de la calle. ARI
Oye Pitu, me quede encantado con la historia de Gtmo, me encanta este blog , sigue mandandome cosas para instruirme, cuidate mucho,
Te quiere mucho , tu amigo de la infancia
Alejandro El cubanazo
Ena, me gusta como escribes. No abandonas la lírica y sabes convertir la nostalgia , a veces amarga, en buena prosa.
Minerva
Casi una clase de historia de tu Guaso, cuanto te disfruto!!!!!! junto a tus certeras fotos, en resumen genial. Gracias, Besos
Pitu, qué maravilla recibir esta información tan importante! Confieso que mucho de lo que hablas lo desconocía por completo, además escribes con mucha fluidez y resulta ameno leerte, a veces los temas históricos pecan de una pedante cronología sin encanto, pero tú lo haces participando activamente en el tema. Qué bien, comay! Y gracias por esas fotos color nostalgia, geniales y magníficas!
Besos.
Post a Comment