La Guantanamera más alta
Texto y fotos por Ena LaPitu Columbié
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
En 1796 se fundó el poblado de Santa Catalina de Guantánamo, a partir de ese momento, no pararon las construcciones influenciadas por diferentes estilos de arquitectura: el colonial, en gran medida el francés, más tarde el norteamericano y otros, que conformaron una ciudad ecléctica. No temo asegurar que las construcciones más bellas de Guantánamo tuvieron que ver con el arquitecto e ingeniero civil José Leticio de Jesús Salcines y Morlote —uno de los más importantes maestro de obras de inicios del siglo XIX en Cuba— pero la más famosa de todas, es sin dudas la que llevó a cabo para fines de vivienda familiar, entre los años 1916 y 1918, y que el pueblo ha querido bautizar como El Palacio Salcines. Esta construcción se encuentra ubicada en el mismo casco histórico de la ciudad, y en estos momentos es “El Centro de Artes Visuales”, donde debería conservarse gran parte de la memoria artístico-plástica de la zona, pero que por su deterioro y la falta de una verdadera restauración no puede guardar ni su propia memoria.
Como todos sabemos el gobierno de fidel (insisto que no es un error, se escribe con minúscula), interviene no sólo los negocios, sino también las casas de las personas que salen del país en busca de libertad, y lo hace desde que el primer preclaro decidió irse de la cárcel grande, allá por el año 59. Pues bien, cuando los habitantes de El Palacio Salcines salieron rumbo al exilio —historia repetida hasta el cansancio en todas las ciudades cubanas— fue ocupado ilegalmente por varias familias depredadoras, que destruyeron sus vitrales, mosaicos, azulejos, madera preciosa, mármoles de Carrara, frescos, y toda una infraestructura que lo convertían en una joya de la arquitectura ecléctica con muchos elementos del Art-Noveau. Más adelante el gobierno logró rescatar la planta baja que funcionó por más de veinte años como correo de la ciudad. Después de cerrarlo y mantenerlo muchos años en ruinas y olvidado, Patrimonio Provincial lo agarró y haciéndole un maquillaje que no duró más de cinco años lo convirtió en uno de los centros más importantes del pueblo; pero en la actualidad, como una gran parte de los monumentos arquitectónicos importantes de las ciudades del interior cubano, se cae en pedazos.
La mayor atracción de esa construcción es la escultura que se erige en su cúpula peraltada, y que puede apreciarse desde los cuatro puntos cardinales de la ciudad. Una figura de mujer alada que dirige las notas de su trompeta o clarín a los moradores de su villa: La Fama.
Según el poeta latino Virgilio, La Fama es “la voz pública”, un ser mitológico que da la transición de lo privado a lo público, “el rumor que corre”, y la describe como una figura alada que permanece insomne atisbando el horizonte, vigilando desde los techos. La Fama es la representante del poder demoníaco de la publicidad; aparece como un monstruo en los versos 173-97 de su famosa epopeya nacional inconclusa La Eneida. Virgilio fue el primer escritor —del que tengo conciencia— que hizo aparecer en la literatura a esta figura mitológica, y debido a su enorme influencia en las letras latinas y occidentales otros escritores arrastraron el mito.
Yo soy el piadoso Eneas, que trae en sus naves los penates arrebatados al enemigo y cuyo nombre La fama ha extendido hasta los cielos. [Virgilio, La Eneida. 1.378]
Ovidio es otro de los poetas latinos nacido antes de Cristo que la representaba como un monstruo habitando en un palacio de bronce en el centro de la tierra. Pero realmente La Fama es la divina diosa mensajera de Júpiter (Zeus) que publicaba las noticias desde los lugares más altos, sus templos se encuentran en Grecia y Roma, y pese a los infortunios que provoca en los seres humanos, éstos la aman y se le someten, porque creen que sólo ella puede propiciar la inmortalidad y la celebridad después de la muerte.
La Fama de Guantánamo es la escultura que corona la cúpula del Palacio Salcines, está hecha en cemento armado y fue realizada expresamente a petición del arquitecto al escultor italiano Américo J. Chini, que para esos años radicaba en La Habana. Se presume que es la única figura de su tipo en la Isla. Parienta de la también solitaria Giraldilla capitalina, permanece en su cúpula pendiente a la intimidad de los provincianos, para publicar sus triunfos y derrotas. Esta gloriosa deidad que tiene el poder de transformar las vidas de los hombres, es el símbolo de una ciudad que no la ignora, que permanece muy alertas para cuando aparece con una tonada escandalosa. A ella le cantó el poeta Regino E. Boti:
La Fama de Chini
Creada a golpe de cincelen la propia eminencia y bajo el sol,vuelas sin tener alas, porque—aunque terrena—eres lo ideal.
Grácil, ingrávida, serena,tu helénica euritmia redimede venal mercantilismo—pregonando su gesta—a mi aldea natal.
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Ena Columbié, “LaPitu” Guantánamo, Cuba. Poeta, ensayista, crítica, narradora y artista. Licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Ha publicado los libros: Dos cuentos (Narrativa. Cuba 1987), El Exégeta (Crítica literaria. Cuba 1995), Ripios y Epigramas (Poesía Cuba 2001) y Ripios (Poesía. USA 2006) y en las antologías: Lenguas Recurrentes (1982), Lauros (Cuba 1989), Epigramas (Cuba1994), Muestra Siglo XXI de la poesía en español (USA 2005), La Mujer Rota (México 2008). Dirige la editorial, Ediciones EntreRíos. Ha colaborado como editora en la editorial La Araña pelúa de París y en La Peregrina Magazine, así como en diversos proyectos privados independientes.Como fotógrafa ha publicado en revistas y periódicos de USA. Reside en Miami, Florida. USA.
Qué bonitas fotos, Ena, cuántos recuerdos de Guantánamo!
ReplyDeleteUn abrazo, hermana.
buenisima tu entrega de hoy, como siempre...
ReplyDeleteabrazos,
m
Muchas gracias Ena por el artículo y las fotos fabulosas
ReplyDeleteTomé el curriculum para el libro ¿Está bien?
Un abrazo
Ernesto
Ahora comprendo mejor la suerte de nuestra Aldea .Entre la Fama y fidel;prefiero la primera. Aun queda tiempo para salvarla...Tus fotos estan como siempre geniales,muestran no solo el derioro de la instalacion.Tambien de nuestro pueblo .Solo ha vivido de maquillaje en todo.Gracias por revivir toda esa historia.
ReplyDeleteQué belleza de fotos! Y tus textos me hacen viajar en el tiempo. Muy buena entrega.
ReplyDeleteInteresante el Blog del Luagareño.
Karin