Cayo Hueso
Texto y fotos por Ena LaPitu Columbié
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
Cayo Hueso (Key West) es un lugar de Luz, una isla mágica con unos cuarenta mil habitantes que parecen salidos de los cuentos de aventuras de Mark Twain. Por ser el último cayo de un grupo de ellos, esto le convierte en el punto más al sur de Florida y de los Estados Unidos; y también en el más cercano a la Isla de Cuba —a sólo 90 millas de Cuba—. Cayo Hueso posee un ambiente bohemio con deliciosas atracciones, sus pobladores son amables, amigueros, extrovertidos y agenciosos, pero también son raros y extravagantes en su gran mayoría. En cada esquina hay un músico o un artista; los típicos Cowboy y Cowwoman con sus guitarras y sombreros a cuestas, y otros improvisados con instrumentos atípicos como cubos de agua y palos. Tampoco falta un Elvis Presley paseando o invitándote a un trago en alguno de los bodegones.
Resulta irreal pensar que en ese lugar en el que se sacude la vida, con un viaje que para encontrarlo hay que atravesar decenas de pueblitos, cayos y puentes en una aventura fantástica, zona donde las razas hoy se entremezclan con risas y abrazos; pudo haber tenido un pasado de piratas, esclavos y gente marginada. Sin embargo, precisamente en esas épocas de sombras, fue cuando el escritor Ernest Hemingway decidió adquirir una residencia allí, no sólo por su adicción al mar y a la pesca, sino también a los torneos callejeros de Boxeo y luchas de brazos que practicaba con vehemencia. En esa casa acondicionada con todas las comodidades y características propias de su mundo filosófico-social, Hemingway escribió algunas de sus famosas novelas rodeado de gatos. Aún se respira en ella la presencia del escritor.
Todo es agradable en Cayo Hueso, y aunque ahora se sustenta netamente del turismo, puede apreciarse su tradición marinera en la parte histórica de la ciudad, donde antaño decenas de barcos camaroneros se aventuraban buscando el sustento. También es agradable caminar por las calles disfrutando de la añeja arquitectura esencialmente en madera, de los frondosos árboles y el sin fin de flores ardientes tropicales.
Es bueno saber que desde los años ochenta, la comunidad lésbica se adentró tanto en los problemas sociales del lugar que se convirtió en baluarte indispensable de su renacimiento económico y social, impregnándole a la ciudad parte de la alegría y el desenfado que hoy la caracteriza.
Pero el premio se lo lleva el Muelle Mallory Square, donde cada día cientos de personas se reúnen a disfrutar un trago y música en vivo, mientras esperan la más bella puesta del Sol. Centenares de cámaras interrumpen la alucinante caída del astro rey, en un horizonte que a veces se torna imaginario y te hace cruzar el mar volando hacia la vieja casa cubana.
ver los post anteriores de Con la verdad a Cuestas
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Ena Columbié, “LaPitu” Guantánamo, Cuba. Poeta, ensayista, crítica, narradora y artista. Licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Ha publicado los libros: Dos cuentos (Narrativa. Cuba 1987), El Exégeta (Crítica literaria. Cuba 1995), Ripios y Epigramas (Poesía Cuba 2001) y Ripios (Poesía. USA 2006) y en las antologías: Lenguas Recurrentes (1982), Lauros (Cuba 1989), Epigramas (Cuba1994), Muestra Siglo XXI de la poesía en español (USA 2005), La Mujer Rota (México 2008). Dirige la editorial, Ediciones EntreRíos. Ha colaborado como editora en la editorial La Araña pelúa de París y en La Peregrina Magazine, así como en diversos proyectos privados independientes.Como fotógrafa ha publicado en revistas y periódicos de USA. Reside en Miami, Florida. USA.