Holguín:
La Loma de la Cruz
Textos y fotos por Ena LaPitu Columbié
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
Cada vez que voy a Holguín trato por todos los medios de dar rienda suelta a un rito que disfruto y que me da alegría; irme lo más pronto posible a visitar la Loma de la Cruz. No voy por ritual religioso, ni para sentirme Dios con la vastedad de la ciudad a mis pies, todo lo contrario, voy a “La Loma” porque sencillamente es bellísimo estar allí, observar la villa anclada en un valle rodead de montañas, por ese contorno y porque siempre, siempre, me recuerda cuan pequeños somos.
Al norte de la ciudad y a 261 metros sobre el nivel del mar, la Loma de la Cruz se yergue convocando a creyentes y ateos, artistas y turistas a la escalada de sus cuatrocientos y tantos peldaños, para desde allí disfrutar el panorama envidiable de uno de los trazados urbanos tradicionalmente catalán y regido por las ordenanzas y leyes de Cáceres que más bellamente se conserva. Muchas ciudades del país se rigen por las mismas leyes; pero para disfrutar del panorama en tierra, no en el aire, sólo en Holguín y desde su mítica loma.
Debido a una cruz de madera que existe en la cresta de la elevación y que fue sembrada allí por el Fraile franciscano Francisco Antonio Alegría en 1790, todos la llaman Loma de la Cruz. A partir de aquel momento el Cerro Bayado perdió su nombre y para conmemorar el calvario de Santa Elena en la Cruz, se crearon las Romerías de Mayo, un tipo de fiesta litúrgico-religiosa a la usanza española, que al paso de los años y los cambios generacionales, devino primero festival de poesía y hoy por hoy casi carnaval. Aunque la cruz ha sido restaurada en varias ocasiones, incluso sustituida por deterioro o destrucción total, su lugar sigue siendo el mismo, frente a la ciudad, extendiendo sus maderos como brazos acogedores bendiciendo a los habitantes. Es allá donde se hacen las procesiones y se llevan ofrendas y donde todavía algunos jóvenes bohemios, obstinados de la vida insulsa de la ciudad que se pierde, acuden a guitarrear al aire puro.
Según me cuentan hubo en el siglo XIX otra Loma de la Cruz donde hoy se encuentra la Secundaria Básica Juan José Fornet Piña, donde muchísimos años antes estuvo la escuela privada católica de la orden de los Hermanos Maristas. Allí estaba el Cerro María Ruiz, una pequeña elevación escogida por el Padre Calderín —que oficiaba misas por aquellos tiempos— para llevar un poquitín de alivio a los creyentes que no podían subir al inclinado Cerro Bayado. El cura sintió pena por la enorme cantidad de personas que estaban limitadas, y en el pequeño cerro colocó una cruz menor, donde los creyentes depositaban felices sus ofrendas.
He vuelto a “La Loma”; pero esta vez pasé un mal rato, porque el amigo que me subió por la carretera en su carro —forma más humana de llegar, sobre todo a los de mi edad y mi peso— fue interceptado por un par de policías que permanecen constantemente en la zona, increpándolo con respecto a mi condición de “extranjera” y su inhabilitación para conducirme al lugar (recuerden que los nacionales no pueden montar a los “extranjeros” en sus vehículos) y terminaron llenándole una hoja que involucra entre otras cosas una multa por desobediencia civil. Esta vez no estuve feliz con mi rito de la montaña, no disfruté como antes de la esplendorosa naturaleza; pero sí me quedó claro de una vez por todas que a los que vivimos afuera no nos consideran cubanos, y que al Monumento Histórico Arqueológico Colonial de Holguín y de Cuba, sólo podemos subir de dos formas: por la escalera o en Transtur; por tanto ni a la Loma de la Cruz ni a la Loma de Belén nos vamos.
--------------------------------------------------------------
Ena Columbié, “LaPitu” Guantánamo, Cuba. Poeta, ensayista, crítica, narradora y artista. Licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Ha publicado los libros: Dos cuentos (Narrativa. Cuba 1987), El Exégeta (Crítica literaria. Cuba 1995), Ripios y Epigramas (Poesía Cuba 2001) y Ripios (Poesía. USA 2006) y en las antologías: Lenguas Recurrentes (1982), Lauros (Cuba 1989), Epigramas (Cuba1994), Muestra Siglo XXI de la poesía en español (USA 2005), La Mujer Rota (México 2008). Dirige la editorial, Ediciones EntreRíos. Ha colaborado como editora en la editorial La Araña pelúa de París y en La Peregrina Magazine, así como en diversos proyectos privados independientes.Como fotógrafa ha publicado en revistas y periódicos de USA. Reside en Miami, Florida. USA.
Qué bellas fotos! Cuántos recuerdos!
ReplyDeleteGracias Pitu, me gustó mucho el articulo... no se lo que sentiría estando de nuevo allí.
Besos
Todo dicho ;con las imagenes y la palabra, ya la loma de La Cruz perdio la altura y la dimension que en otra epoca alcanzo. Recuperarla sera otra historia. Los que concemos el lugar evocaremos con tristeza las Romerias de Mayo entre otras cosas. Gracias Pitu . ari.
ReplyDeleteMe encantan todas tus fotos siempre, pero estas tienen algo, no se, una patina diferente... Gracias!
ReplyDelete