(Zenit) El arte sacro es la cumbre del arte religioso, o lo que es lo mismo, el arte religioso contiene al arte sacro y no a la inversa. Podríamos decir que entre la obra de arte religioso y la obra de arte sacro existe la misma relación que une y separa una poesía que habla de Dios y una oración: también la oración es bella, como la poesía, pero tiene una diferente identidad específica. El adjetivo “sacro” se atribuye de hecho al culto, a los ritos, a los lugares, precisamente, “sacris”, y de la misma forma al arte “sacro” y a sus obras. El arte religioso se convierte en “sacro” cuando está dirigido al culto sagrado, al rito sagrado, para que “sirva a los edificios y ritos sagrados con el debido honor y reverencia” (n. 123).
Por tanto el arte sacro es íntegramente arte, pero encuentra su identidad en la sacralidad del rito al que está destinado y que la conforma por entero, de manera que una obra de arte sacro debe ser de forma auténtica una obra de arte, pero no es suficiente con que lo sea; debe de hecho estar íntima y completamente dirigida a la sacralidad, debe hacerse espejo de las verdades de la fe, debe hacerse celebración y liturgia. Esto impone una connotación peculiar de la propiaobra de arte, tanto que en los documentos magisteriales encontramos también las indicaciones para distinguir ulteriormente el arte sacro en “auténtica” y “no auténtica”. Este camino, que lleva hacia un arte no solo bello sino tambien bueno y verdadero, realista sin exageraciones, simbólico sin abstracciones, es tan importante que necesita un tratamiento aparte. (sigue)
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