Wednesday, May 4, 2011

Falleció en Madrid Rina Lastres

por Alberto Lauro
(para el blog Gaspar, El Lugareño)




Poeta y periodista, redactora y guines de programas en Radio Martí, Rina Lastres Beritán, falleció en Madrid de un ataque cardíaco el pasado 27 de enero de este año. La conocí en el programa "Poeta, poema, poesia! que tan popular fue en CUBA. Rina lastres creía en la efectividad de la poesia para sensibilizar a un pueblo y desde su programa logró difundir a muchas voces silenciadas por el castrismo. Nació en la ciudad oriental de Manzanillo (Cuba), donde muy joven empezó escribir poemas y cuentos que le valió la amistad del poeta santiaguero y mítico comunista Manuel Navarro Luna. Desencantada de la Revolución, llegó al exilio en 1980. Trabajó cuatro años como redactora y gerente de producción de la revista "Industria y Mundo Turístico". Y se integró a la plantilla de Radio Martí en 1987 donde se jubiló en 2007. Fue supervisora de guionistas de radio, directora del programa "Foro Público" y fundadora y anfitriona del programa "Con Voz Propia". Su sueño era vivir en Madrid, algo de lo que disfrutó varios años. Nuestros encuentro en los actos de la Fundación Hispano Cubana terminaban siempre en algún bar a donde le llevana y la sorprendía: todos le gustaban. Madrid fue como una segunda juventud, un renacer donde tenia nuevos proyectos literarios que realizar y borradores que revisar.

En 2003 publicó el poemario "Hábito de Ser" y luego el libro de cuentos "Soledad para tres y una vaca". En Madrid su entusiasmo la llevó a conocer a nuevos escritores tanto españoles como latinoamericanos radicados en Madrid y otros lugares de España. Fue además el reencuento con su idioma nativo. Era una mezcla de persona que inicialmente daba la impresión de ser extrovertida por su exquisita educación y su vasta cultura, pero era además tímida y con una gran imaginación. Una tarde en que de pronto Madrid se habia enfriado quiso comprame una chaqueta y acepté. Pero en el camino nos encontramos un contenedor de ropa donde habia una preciosa forrada en seda azul estampada que era mi talla. Perfectamente limpia. Y entonces me negué a que ella entrara en la tienda a comprarme una. La llevé a una reunión de escritores y todo el mundo me elogiaba la chaqueta que traía yo puesta. Les decia que era un regalo que me habia mandado una amiga de París: Ella estaba más que diverida. Hasta que nuestro amigo Orlando Rossardi me comunicó su repentino fallecimiento. En el Café Gijón, que tanto le gustaba, una vez conmigo se sintió mal, pero superó ese momento. A Rossardi le pasó lo mismo. Hablámos de libros, de poemas, de amantes, de amigos comunes -como la Dra. Antonia Alea- y no acabábamos nunca. Recuerdo su cara cuando la llevé al Hotel Orfila a tomar el té, donde el poeta José Mario le dijo a los camareros que yo era conde. En fin, todo un juego para el que ella con su discresión se prestaba. Libros inéditos ha dejado que irán poco a poco editándose con la colaboración de quienes fuimos sus amigos.

Nos consuela haber conocido a una mujer extraordinaria. Antes de que falleciera, pues soy trasnochador y ella no, le escribí este poema que ahora publico por primera vez en esta página que tanto servicio nos brinda a los amigos. La noticia del fallecimiento de Rina Lastres no es reciente, pero ella amaba los versos y, como sabemos, la poesia es intemporal.

RINA LASTRES DICE ADIOS

¿Y cómo te defenderás?
Mujer huidiza.
                     Cuerpo desnudo
                      Entre las alas de un pájaro en el agua.
Alce que aguarda
                     En el acecho
Y salta
         De un abismo
                             A otro.

Mira.
       La arena
                    En la huellas de tus pisadas
La tarde borra.
Sobre ella caminas y la muerte
Con la mirada
                    Se convierte
De mendiga en reina.

¿Cómo te defenderás
En esta última hora
                            En que los astros
Giran y giran
Vertiginosos
En el ansia
              Del deseo,
                               Río abajo
-y no puedo retenerlo
Esta sed, esta edad
                             Que nos condena?

Infinitos e insondables son los caminos del Señor
-canta el arpista-
Como ciega

                   E interminable
Es la memoria de la lluvia.

¿Cómo te defenderás
Aorta en que somos al mismo tiempo
El pez
          Que se hunde en el acecho
Y el insomnio
                  Del náufrago?

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