Baracoa se merece un cumpleaños
(Segunda parte)
Texto y fotos por Ena LaPitu Columbié
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
(para el blog Gaspar, El Lugareño)
El día 15 amaneció con un Sol radiante, como casi todos los amaneceres pero desde varios días antes, ya se escuchaba el rumor por el pueblo, que la noche de la fiesta inaugural por los 500 años, de la fundación por Diego Velázquez de Nuestra Señora de la Asunción, la primera villa, capital y obispado de la Isla, estaría manchada por la maldición del “Pelú”.
Como todo buen pueblito de campo, en Baracoa las leyendas se convierten en canciones, pero también en verdad. Se cuenta de un misionero al que llamaban “El Pelú” por lo agreste de sus cabellos y barba, versión campesina de El caballero de París habanero. Debido a su indumentaria y aparente locura, los muchachos le seguían a todas partes riendo y molestándole; un día, uno de los objetos que le tiraban con frecuencia fue a dar a su cabeza provocando que emanara la sangre, dicen que el hombre en medio del dolor y el desespero dijo: La maldición que le echo a este pueblo es que tenga grandes iniciativas y ninguna llegue a la realidad. Otros dicen que lo que predijo fue, que antes de comenzar la guerra (del 95) se vería arder la sabana; y otros, que no fue en el mismo Baracoa el suceso, sino en el poblado cercano de Sabana. Lo cierto es que después de aquello el hombre desapareció del pueblo y nunca más regresó, pero desde aquel 1897 que fue lanzada la maldición, ha llovido mucho; pero muy poco ha adelantado Baracoa como pueblo, a no ser lo que el desarrollo de los tiempos impuso, y parece que la maldición realmente surte efecto.
Llegó la tarde festiva y con ella el entusiasmo de los pueblerinos, ávidos por la celebración de su conmemoración tan esperada. Comenzaron una serie de actividades previstas, como la inauguración de algunas instalaciones turísticas, un encuentro entre los alcaldes de las primeras villas fundadas y también, empezaron a reunirse en la plaza los más impacientes, ocupando con tiempo algunos de los pocos asientos preparados para la ocasión y alguna que otra conga ponía la música a una nublazón que amenazaba.
Inició la actividad de celebración de los artistas locales, con un recorrido de Baracoa en el tiempo: la conquista, la colonización, las luchas de Guamá contra los españoles… y de pronto, como respuesta a un grito de ultramundo del guerrero indocubano ó tal vez reviviendo la maldición de “El Pelú”, comenzó a caer una lluvia feroz y macondiana, que hizo resistencia hasta los fuegos artificiales del cierre.
Les aseguro aquel diluvio real maravilloso, tan común en ese dominio de Dios, olía a tierra y a venganza.
ver los post anteriores de Con la verdad a Cuestas
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y su blog El ExégetaEna Columbié, “LaPitu” Guantánamo, Cuba. Poeta, ensayista, crítica, narradora y artista. Licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Ha publicado los libros: Dos cuentos (Narrativa. Cuba 1987), El Exégeta (Crítica literaria. Cuba 1995),Ripios y Epigramas (Poesía Cuba 2001) y Ripios (Poesía. USA 2006) y en las antologías: Lenguas Recurrentes (1982), Lauros (Cuba 1989), Epigramas(Cuba1994), Muestra Siglo XXI de la poesía en español (USA 2005), La Mujer Rota (México 2008). Dirige la editorial, Ediciones EntreRíos. Ha colaborado como editora en la editorial La Araña pelúa de París y en La Peregrina Magazine, así como en diversos proyectos privados independientes.Como fotógrafa ha publicado en revistas y periódicos de USA. Reside en Miami, Florida. USA.
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