Wednesday, December 28, 2011

En Memoria de Rafael Altuna Delgado (por Félix Luis Viera)

Murió hoy miércoles 28 de diciembre a los 66 años de edad, en Miami. Se distinguió por su nobleza, su sentido del humor, su solidaridad. Lo conocí el tercer jueves de septiembre de 1971 en un taller literario allá en Santa Clara. Tenía talento y muchas lecturas. Pero como todo ser humano, poseía defectos, carencias: quizás le faltó voluntad para sobreponerse a las tantas adversidades que debió enfrentar en su vida particular y en el entorno social político en que vivió la mayor parte de su vida. Quizá, en sentido general, le faltó voluntad. Publicó, y aun bajo una presión relativa del editor, un solo libro de cuentos, Un hombre en el río; narraciones que daban fe de una capacidad innata y que parecía anunciar una obra superior. Posteriormente comenzó varios proyectos que no concluyó.

Fue un hombre retraído pero a la vez, como apunté antes, nacido con un humor fuera de serie, que tantos le agradecíamos. Y solidario, dije. A finales de la década de 1990, cuando en Cuba las penurias alcanzaban tanto la alimentación como la falta de electricidad como al transporte, se sabe que bajo el sol de su ciudad, Santa Clara, arreaba con uno de sus amigos, día por día y durante cuatro kilómetros, en la parrilla de su bicicleta para llevarlo al tratamiento médico diario que aquel necesitaba. Y hay muchos otros actos de amor semejante en este hombre que parecía no esperar nada de la vida. Una mañana de 1972 me localizó para decirme que era necesario viajar unos 60 kilómetros con el propósito de “echar un puñado de tierra en la tumba de ese hombre”. Se trataba de alguien que habíamos conocido hacía poco y que se había destacado por defender el libro y la literatura, fallecido aquel día, de un infarto, en un pueblo lejano.

Agrego que Altuna no sabía hacer daño ex profeso, y aun era inocuo en su relación con el semejante.

Hace más de una década que él vivía en Miami, ciudad donde por una u otra causa no lo pude encontrar cuando allí he estado en los últimos años. Pero cuando vaya de nuevo a Miami volveré a buscarlo. Y lo encontraré.

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