(El Nuevo Herald) Dos disidentes cubanos agradecieron a un sacerdote y a un obispo católico por su protección a un puñado de activistas de la oposición frente a una turba de personas organizada por el gobierno, armada con palos y piedras, que tenía sitiada a la iglesia donde asistieron a misa el domingo en el oriente del país. (sigue)
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