Friday, April 27, 2012

(desde el estudio de Viera) Jaime Ortega Alamino y su propaganda castrista

 Foto/AP
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 Jaime Ortega Alamino
 y su propaganda castrista

por Félix Luis Viera

En el foro “Iglesia y Comunidad: un diálogo sobre el rol de la Iglesia Católica en Cuba”, celebrado en Harvad el martes pasado, el arzobispo de la Iglesia católica en Cuba, Jaime Ortega Alamino, expresó que los disidentes cubanos que tomaron un templo habanero a raíz de la reciente visita del Papa a La Habana, eran “delincuentes”. “Ellos eran un grupo que, me apena mucho, pero todos eran antiguos delincuentes”, dijo Ortega. Y además: “Había un ex preso cubano que había sido devuelto a Cuba, había estado seis años en la cárcel, y fue una de las personas excluibles que fueron mandados a Cuba [...]. Había toda una gente allí sin nivel cultural, algunos con trastornos sicológicos”.

Estas declaraciones de quien debería ser imparcial han avivado, con razón, los ánimos de la disidencia dentro y fuera de Cuba. Sin embargo, a mi modo de ver, el pecado de Ortega Alamino no está en las palabras que utilizó, sino en que nadie le pidió que se manifestara al respecto. Para decirlo más claro, nadie le exigió que diera a conocer qué tipo de personas habían tomado aquel templo. Pero Ortega, aunque “me apena mucho”, aclaró, espetó todos esos adjetivos para aquellos disidentes. Lo primero que uno podría preguntarse es porque lo “apenaba” decir lo que dijo. No lo apenaba, digo yo, esa entrada de “me apena mucho” solo fue un giro para dejar caer la ponzoña castrista en el foro. Digo ponzoña castrista, porque, ¿acaso no parece una calificación de Fidel Castro lo que el Arzobispo dedica a los disidentes que entraron en el templo habanero? ¿No parece, en fin, propaganda castrista lo que ha llevado a cabo Jaime Ortega Alamino en este foro? Por otra parte, veamos que Dios no se apenaría de estos hijos de Él, “delincuentes”, “sin nivel cultural”, según Alamino. Dios está para amparar, no para excluir. 

Creo que lo más aborrecible de lo dicho por el Cardenal es que aquellas personas a las que él se refiere sean “gentes sin nivel cultural”. Esto, en el fondo, denota el desprecio de Jaime Ortega Alamino por quienes, en un país donde se afirma que todos reciben educación de alto nivel, no lograron sin embargo estudiar o autosuperarse de alguna manera. 

Pero insisto, consideremos no tanto lo que dijo el Cardenal en el foro referido, sino que no era necesario decirlo. Esto es lo que, al menos a mí, me aterra.

Así van las cosas.

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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.

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