Victoria Abril
o eso de la idiotez humana
por Félix Luis Viera
Para los lectores de este blog que con toda razón no lo sepan: Victoria Abril es una actriz de cine española, con varios premios y esas cosas, ya tiene 53 años de edad; nació en 1959, cuando el Tiburón de Agua Dulce implantó su revolución en Cuba.
Ella, Victoria Abril, inauguró el pasado 23 de mayo el Primer Festival Latinoamericano del Monólogo, allá en Cienfuegos, Cuba. Esto dijo a Prensa Latina, es decir, a la Prensa Revolucionaria de Cuba:
“Tenía que volver, en la década del 90 lo hacía muy a menudo, es que este país me tiene fascinada”.
Para los lectores de este blog que no se han dado cuenta: Qué manera tan pródiga tienen las chicas y chicos de la Farándula de utilizar la palabra “fascinado(da)”. ¿No tendrán otra cabrona palabra que decir?
Para los lectores de este blog que pueden no haber captado el asunto, otra más difícil: ¿Debemos suponer que la señora Abril ha recorrido todo aquel “país”? ¿Habrá ido ella a Cacocún, El Condado, Jesús María, Sabana Nueva, El Cano, Morón, La Herradura, Redención, Salsipuedes, El Chamberí, Manajanabo, Mexiquito? No, no ha ido. Lo averigüe. Pero ella ha dicho que “este país” —Todo Este País, Cuba– la tiene... “fascinada”. Ya lo sabemos: tomar una parte por el todo, según los que saben del asunto, es una de las torpezas más sublimes que puede cometer un ser pensante.
Pero bueno, de esta sí se darán cuenta los lectores de Gaspar, El Lugareño, pero de todas formas, la digo: ¿No es verdad que al decir lo que dijo la señora Abril al inaugurar aquel Monólogo, debe haber provocado, tanto en los muchachos de Prensa Latina, como en los organizadores del evento y en la cúpula castrista toda, esa euforia indescriptible, en los pliegues rectales, que suelen sentir algunas personas —y más las personas revolucionarias— cuando sus haberes son alabados, y alabados por alguien tan VIP? Seguro que sí.
De cualquier manera, no crean que olvido lo dicho por el Poeta: “Estoy diciendo cosas que no tienen remedio”.
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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.
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