Sunday, August 26, 2012

(desde el estudio de Viera) Llorarán

Foto/Getty Images
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LLORARÁN


por Félix Luis Viera


Las televisoras de la Isla no alcanzarán para transmitir tantas lágrimas, sentidos sollozares, y quién sabe si aun algunos ataques de histeria ante la pérdida. No será de extrañar que, hasta quienes lo odiaron en público, se muestren estremecidos, y lagrimeen (debemos tomar en cuenta que hay cierta emoción cuando muere alguien no precisamente querido, pero que de alguna manera fue un acompañante de muchos años).

Las lágrimas no serán todas sinceras. Más bien las sinceras serán pocas, pero todo el que esté a mano tendrá que llorar o, al menos, mostrar pesadumbre. ¿O acaso debemos pensar que habrá valor para no llorar, o al menos para no parecer triste, ante las cámaras que estarán enviando al mundo la noticia de su muerte, de manera que así quede patentizado cuánto lo quería su pueblo? Habrá luto nacional más de una semana y será posible constatar el duelo en cada esquina, en cada paraje rural. Los niños cantaran salmos en su nombre y los obispos oficiarán por él homilías únicas, antológicas.

Pero los interminables torrentes de lágrimas francas, realmente sentidas, serán vertidas por sus adoradores de Latinoamérica —los ríos más fuertes bajarán desde México DF, Buenos Aires, Argentina— e Italia. No tendrán consuelo por la pérdida de su Paradigma.

Los presidentes de América Latina y de no pocos otros países del planeta —los mismos que, con sus silencios, aprobaron sus crímenes—enviarán condolencias, coronas, representantes al funeral más grande de que se tenga noticia quizás en todo el planeta.

Y ese día, sus enemigos en la Isla, peligrarán más que nunca.

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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.

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