El pasado 12 marzo publiqué en Cubaencuentro el artículo “El sucesor de Hugo Chávez”, en el cual daba por seguro que el sentimental Nicolás Maduro sería elegido Presidente de Venezuela el próximo 14 de abril. Aún más: vaticiné que Maduro ganaría estas elecciones con un margen superior al 11% con que Hugo Chávez aventajó a Henrique Capriles el pasado diciembre.
Pero cuando escribí el texto en cuestión los pajaritos no hablaban, no transmitían a voz en trino los buenos deseos y bendiciones. Mas hoy lo sabemos: el fallecido Hugo Chávez le habló a Nicolás Maduro a través de un pajarito que “se paró en una viga” y eso.
Conclusión: hoy, 8 de abril, las encuestas dan a Maduro solo una ventaja de 5% sobre Capriles, quien antes de lo del pajarito hablador perdía por algo más del 15%.
“Eso de un pájaro que habla ya es demasiado”, pensarán muchos de los que han cambiado su intención de voto.
Y bueno... de seguir así las cosas, mi vaticinio del 12 de marzo podría resultar un desastre. Sobre todo en aquello de que el Apasionado superaría el próximo día 14 a Henrique Capriles en más de un 11%.
Mi única esperanza para el acierto es que las trampas y mañas del chavismo se realicen con eficacia. Es decir, que la enigmática votación electrónica funcione a plenitud; que el Ejército, como está previsto, conmine a la población a votar por la revolución bolivariana y que los 20 000 automóviles que, a precio de ganga, serán entregados a altos oficiales de la Fuerza Armada Bolivariana tengan el efecto previsto, entre otros detalles. Ojalá que así sea.
A nadie le gusta perder.
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