The Naples Pier. Mayo 2013
Foto/ Blog Gaspar, El Lugareño
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Nota del blog: Cada viernes,
estamos publicando una columna de Frank de Varona, dedicada a celebrar
los 500 años de "La Florida". Los textos de la serie pertenecen a su
ensayo Presencia hispana en los Estados Unidos: Quinto Centenario.
La ayuda de España y sus colonias a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos
La participación de las fuerzas de mar y tierra unidas a la considerable ayuda financiera de España y sus colonias de México, Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo y Luisiana durante la guerra llamada la Revolución Americana fue crucial para lograr la independencia de esta nación. Aunque la gran mayoría de los historiadores de los Estados Unidos han ignorado esta enorme ayuda española, al describir esta guerra, George Washington y John Adams sí reconocieron la importancia de España en la Revolución Americana en una serie de cartas.
El general Washington escribió a Morris en 1778 lo siguiente: “Si los españoles hubieran unido su flota a la de Francia y emprendido hostilidades, mis dudas hubieran disminuido…” En otra carta el mismo año a Laurens dijo “Si Francia y España se unieran y obtuvieran una superioridad decisiva por mar, una reunión con Inglaterra sería de poco provecho.” John Adams, el futuro segundo presidente de los Estados Unidos, escribió al presidente del congreso continental “Si Francia y España contribuyesen en América con su mayor número de sus fuerzas, especialmente navales, en el año próximo, América no tendrá ningún daño esencial que temer.”
Al recibir la noticia que España había declarado la guerra a Gran Bretaña, el general Washington le escribió a Sullivan en 1779 “Tengo el placer de informarte que España, al fin, ha tomado una parte decisiva…se espera que esta formidable bifurcación de la Casa de los Borbones (Luis XVI de Francia y Carlos III de España) no falle en establecer la independencia de Norteamérica en corto tiempo…” Como ven, Washington nunca dijo que con sólo su ejército americano él podría derrotar a Gran Bretaña.
España, que gobernó la Luisiana unos 40 años desde su capital en Nueva Orleans, comenzó a ayudar a las trece colonias británicas con pertrechos de guerra, medicinas y víveres a través de sus gobernadores, Luis de Unzaga y Bernardo de Gálvez. También Francia y España donaron dos millones de libras tornesas que equiparon un ejército en las trece colonias con 30,000 uniformes e igual número de rifles con bayonetas, además de cañones, pólvora, balas y tiendas de campaña. Sin esta masiva y continua ayuda económica, las trece colonias no hubieran podido derrotar al primer poder del mundo que era Gran Bretaña.
Al declarar España la guerra a Gran Bretaña en junio de 1779, el gobernador Bernardo de Gálvez desde Nueva Orleans capturó cinco fuertes ingleses en el valle del río Mississippi y posteriormente capturó Mobile y Pensacola (llamada Panzacola por los españoles). En el sitio de Panzacola el ejército del general Gálvez tenía 8,000 soldados que eran españoles y otros nacidos en Cuba, México y Santo Domingo. Soldados cubanos negros y blancos del Batallón de Pardos y Morenos de La Habana y el Regimiento Fijo de La Habana participaron en todas las campañas del general Gálvez. El segundo al mando del general Gálvez fue el mariscal de campo, Juan Manuel de Cagigal, quien nació en Santiago de Cuba.
Una enorme escuadra española y francesa que zarpó de La Habana ayudó a Gálvez en esta importante batalla. El 19 de abril de 1781 esta poderosa escuadra al mando de José Solano y Bote llegó frente a la bahía de Panzacola (Pensacola) con 11 navíos de guerra y varias fragatas de la armada española acompañados por la armada francesa compuesta de cuatro navíos, dos fragatas, un bergantín y un cúter. Los navíos de guerra españoles eran los siguientes: San Luis (el buque insignia que llevaba a bordo a los generales Solano y Cagigal y al enviado especial de Carlos III, Francisco de Saavedra), Astuto, San Nicolás, Asís, Paula, Magnánimo, Guerrero, Gallardo, San Gabriel, Dragón y Arrogante. Entre las fragatas se encontraban Nuestra Señora de la O, Santa Clara y Santa Cecilia. El apoyo naval de Solano fue de una importancia decisiva en la rendición de la plaza. Con 15 navíos de guerra españoles y franceses los ingleses no podían socorrer a Panzacola. Los ingleses y sus indios aliados se rindieron a las Armas del Rey con el apoyo de la Real Armada del Rey el 8 de mayo de 1781. Esta victoria ayudó enormemente a la causa de la independencia de las colonias británicas.
En una carta al Marqués González de Castellón, ministro de marina, Solano explicó los motivos que lo llevaron a la capital de La Florida occidental y detalló la participación de la flota y marina españolas en la batalla. Escribió Solano:
Excelentísimo Señor. Muy Señor mío: el día 8 de mayo se rindió Panzacola a las Armas del Rey: la escuadra de mi mando ha concurrido, porque habiendo tenido aviso el Gobernador y Capitán General de la Isla de Cuba la noche del 7 del mes de abril último, de haberse avistado desde el Cabo de San Antonio el 31 de marzo ocho navíos ingleses, convocó inmediatamente la Junta de Generales; y ésta, haciendo juicio de que su objeto no podía ser otro que socorrer aquella Plaza…Llegué la tarde del 19 a dos leguas del puerto…hice aquella noche y mañana siguiente el desembarco de los 1,600 hombres de transporte al mando del Mariscal de Campo Don Juan Manuel de Cagigal, y de 2,200 hombres de las guarniciones de la escuadra, 1,500 de los navíos del Rey, y 700 de los de Su Majestad Cristianísima (marina de Luis XVI) que su Comandante ofreció…Habiéndose principiado los ataque la noche del 26 al 27 de abril, se apostaron para hacer diversión a los fuegos del enemigo las fragatas Santa Clara y Santa Cecilia…e hice entrar en el puerto la fragata de Su Majestad Cristianísima la Andrómaca, para que unida a las del Rey cooperase.…El día 8 de este mes que las Armas del Rey rindieron esta plaza. Así han recobrado la Florida Occidental, y no queda en el seno Mexicano al enemigo posesión alguna.Nuestro Señor guarde a Vuestra Excelencia muchos años como deseo. A bordo del navío San Luis, al ancla sobre el puerto de Panzacola, el 18 de mayo de 1781. Excelentísimo Sr. B.L.M. (besa la mano) de Vuestra Excelencia, su más atento y mayor servidor…
El comandante general del Real Ejército Español, Bernardo de Gálvez, en una carta al ministro de marina, elogió la conducta de la armada y de sus oficiales. El general Gálvez reconoció la excepcional ayuda de la escuadra de Solano y la importancia para el logro de la conquista de Panzacola y escribió lo siguiente:
…el Jefe de Escuadra, don José Solano, que creyéndose atacado con fuerzas superiores salió a socorrerme, aumentó el número de mi ejército con 1,400 hombres de las guarniciones de los navíos, bajo las órdenes de don Felipe López de Carrizosa, todo lo que me proporciona hoy el honor de participar a Vuestra Excelencia que la exactitud, valor y conducta que han mostrado en todas ocasiones los oficiales y soldados de Marina, ha sido y es tanto más digna de los mayores elogios, cuanto el servicio de campaña está más distante de su constitución.
Carlos III ascendió a Gálvez a teniente general y le dio el título nobiliario de Conde de Gálvez. El rey también ascendió a Solano y Bote a teniente general de la Real Armada y le dio el muy apropiado título nobiliario de Marqués del Socorro.
Posteriormente, el general Cagigal conquistó las Bahamas. El ayudante de Cagigal fue el capitán venezolano Francisco de Miranda, el futuro precursor de la independencia suramericana. Desde La Habana la marquesa de Cárdenas y otros comerciantes dieron 4,520,000 reales al ejército norteamericano del general George Washington y al ejército francés del general Conde de Rochambeau para la última campaña de la guerra que terminó en la rendición de los ingleses en octubre de 1781 en Yorktown. España y Francia derrotaron a Gran Bretaña. España recuperó La Florida y Menorca y las trece colonias se convirtieron en una nación independiente.
Las contribuciones de España al triunfo de la Revolución Americana y las victorias del General Bernardo de Gálvez son desconocidas por la mayoría de los estudiantes y el pueblo en general de este país ya que muchos libros de texto no las incluyen. La juventud hispana o latina debe sentirse orgullosa de sus raíces y de los sacrificios de sus antepasados al haber participado en el nacimiento y en la construcción de esta gran nación.
Bernardo de Gálvez nació en el pequeño pueblo de Macharaviaya, cerca de Málaga el 23 de julio de 1746. A los 16 años participó en la guerra contra Portugal y fue nombrado teniente. Llegó Bernardo de Gálvez a México como capitán en 1762 acompañando a su tío José de Gálvez, que el rey Carlos III lo nombra a un alto puesto como Visitador del Virreinato de Nueva España. Posteriormente, su tío José de Gálvez es nombrado por Carlos III Ministro de Indias, con la responsabilidad de la gobernación de todas las colonias españolas en América. En 1770 Gálvez es nombrado comandante de las armas de Nueva Vizcaya con destino en San Felipe el Real de Chihuahua. En ese lugar mantiene numerosos combates con los indios apaches y en una ocasión los persigue hasta el río Colorado en Texas.
Bernardo de Gálvez regresa a España en 1772 y es destinado al regimiento de Cantabria en Pau, Francia donde reside por tres años. Gálvez aprende francés que le será de gran utilidad cuando el destino lo llevará a Luisiana. Participó en 1775 en la desastrosa expedición contra Argel donde fue herido gravemente de nuevo. Después de su triunfo en la batalla de Pensacola en 1781 fue nombrado gobernador y capitán general de Cuba. Al poco tiempo de estar en La Habana murió su padre, Matías de Gálvez, en Ciudad México. El rey Carlos III lo nombró virrey de Nueva España para suceder a su padre. Bernardo de Gálvez murió en México el 30 de noviembre de 1786.
José Solano y Bote nació en Zorita, provincia de Cáceres, Extremadura el 11 de marzo de 1726. Solano ingresó en la Real Armada Española como guardia marina en 1742 y participó dos años después en el combate naval que tuvo lugar en todo lo contra la Marina Real Británica en Tolón, Francia. Fue ascendido a capitán de fragata en 1754 y fue destinado América del Sur. Siete años después fue ascendido a capitán de navío. En 1763 fue nombrado por Carlos III gobernador y capitán general de Venezuela y en 1770 fue nombrado capitán general y gobernador de Santo Domingo. Después de su victoria en la batalla de Pensacola, Solano fue ascendido a teniente general de la Real Armada y le fue concedido el título de Marqués del Socorro. Solano regresó a España y fue ascendido a capitán general de la Real Armada. Trabajó como consejero de Estado y falleció el 24 de abril de 1806.
Juan Manuel de Cajigal nació el 31 de marzo de 1738 en Santiago de Cuba. Después de su triunfo en la batalla de Pensacola dirigió una flota desde La Habana y capturó las Bahamas. Cajigal fue gobernador y capitán general de Cuba por un corto tiempo.
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Frank de Varona is an educator, historian, journalist, and internationally known expert on politics, economics, foreign affairs and national security issues. He was born in Cuba and, at the age of 17, he participated on the Bay of Pigs invasion in an effort to eradicate communism in Cuba. After spending two years in prison, he returned to the United States, where he earned three college degrees. He is married and has a daughter and a grandson.
Mr. de Varona had a 36-year career in the Miami-Dade County Public Schools as a social studies teacher, principal, region superintendent, and associate superintendent of instruction. He also was an associate professor of social studies in the College of Education at Florida International Education for seven years. Currently, he is a part-time Adult Education Coordinator in the Miami-Dade County Public Schools.
He has written 20 books and many articles in newspapers and magazines. Among his books are Hispanics in U.S. History Volume 1 and Volume 2 (1989), Hispanic Presence in the United States (1993), Latino Literacy: The Complete Guide to Our Hispanic History and Culture (1996) and Presencia hispana en los Estados Unidos: Quinto Centenario (2013). Mr. de Varona is the only Hispanic in the nation who has written three books in Spanish about Barack Obama: ¿Obama o McCain? (2008), El verdadero Obama (2010) and ¿Obama o Romney? (2012).
Frank de Varona is an educator, historian, journalist, and internationally known expert on politics, economics, foreign affairs and national security issues. He was born in Cuba and, at the age of 17, he participated on the Bay of Pigs invasion in an effort to eradicate communism in Cuba. After spending two years in prison, he returned to the United States, where he earned three college degrees. He is married and has a daughter and a grandson.
Mr. de Varona had a 36-year career in the Miami-Dade County Public Schools as a social studies teacher, principal, region superintendent, and associate superintendent of instruction. He also was an associate professor of social studies in the College of Education at Florida International Education for seven years. Currently, he is a part-time Adult Education Coordinator in the Miami-Dade County Public Schools.
He has written 20 books and many articles in newspapers and magazines. Among his books are Hispanics in U.S. History Volume 1 and Volume 2 (1989), Hispanic Presence in the United States (1993), Latino Literacy: The Complete Guide to Our Hispanic History and Culture (1996) and Presencia hispana en los Estados Unidos: Quinto Centenario (2013). Mr. de Varona is the only Hispanic in the nation who has written three books in Spanish about Barack Obama: ¿Obama o McCain? (2008), El verdadero Obama (2010) and ¿Obama o Romney? (2012).
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