Fotos cortesía de José Abreu Felippe
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(Palabras leídas, por Luis de la Paz, en la tertulia dedicada
a Juan Manuel Salvat. Junio 21, 2013)
El amigo Juan Manuel Salvat es uno de los protagonistas principales de la historia del exilio cubano, primero, en su juventud, como hombre de acción para lograr la libertad de Cuba, y luego como testigo del esfuerzo de muchos que han intentado contribuir a esa libertad a través de las palabras.
El Encuentro en La Casona de esta noche tiene como trasfondo negativo el cierre el pasado domingo 15 de junio del 2013 de la Librería Universal, realidad lamentable, pero que, una mirada optimista, nos permite decir que más de 1600 títulos, la mayoría de temática cubana, es el más preciado legado que nos deja la labor de Salvat, su esposa Marta y su familia.
Entrar a la librería Universal era adentrarse en Cuba. En los estantes, en las mesas, descubríamos libros que nos remontaban a un aspecto específico de la historia nacional. Desde un estudio minucioso de una etapa de la realidad cubana, hasta un volumen con espléndidas y evocadoras fotografías. Universal hizo crecer la historia de Cuba en el exilio. Sin embargo el cierre de las puertas de la más importante librería en español de Miami hay que verlo en la doble vertiente de, primero, un ajuste de los tiempos, con sus asombrosos avances tecnológicos, y luego, como otra mala pasada que le ha jugado a los cubanos el largo exilio. Han sido tantos años que es difícil que las nuevas generaciones, formadas en otra cultura y teniendo como idioma principal el inglés, y como su tierra otra tierra, puedan mantener la fuerza de una empresa de libros en español.
Los asiduos a la librería vimos crecer y hacerse hombre y mujeres a los hijos de Salvat, alrededor de los libros cubanos, y vimos crecer y hacerse hombres y mujeres a los nietos de Manolo y Marta, especialmente cada noviembre, durante la feria del libro, cuando la familia entera mostraba su unidad en torno a los libros y el negocio familiar. El cierre de Universal es un duro golpe a la cultura cubana y un claro y triste ejemplo de esa pérdida, fruto directo de la biculturalidad.
La Librería Universal ha sido la casa de todos los cubanos. Salvat trabajó junto a escritores con una obra respetable, mientras preparaban la edición de un libro. Conoció a personas simples, que pedían sus consejos y ayuda para dar a conocer su primer libro, en muchos casos testimonios de los horrores padecidos bajo el castrismo. Mucha de la realidad cubana que se conoce, de las denuncias de torturas, desapariciones, y vejaciones se han recogido gracias a la labor de Ediciones Universal que las publicó. Muchas de las historias de éxitos de los cubanos se leen gracias a que también Salvat las publicó.
Salvat comenzó el negocio de venta de libros en español en 1965. Nos ha contado que “distribuyendo libros por correo y a través de catálogos desde una pequeña oficina en el Edificio José Martí de la calle 8 y 2 Ave. del S.W.,”. En cierta ocasión me dijo que sus verdaderos amigos la llamaban con humor "editorial la cañona", pues le enviaba el catálogo con la cuenta”. En 1966 crea la Librería y Distribuidora Universal, en la calle 8 y 24 avenida, comenzando un año después a publicar libros bajo el sello de Ediciones Universal. Desde 1975 estuvieron en el edificio de la 8 y la 31 Avenida, hasta el pasado domingo.
Durante 48 años la Librería Universal ha sido un lugar de reuniones, tertulias, presentaciones de libro, encuentros con escritores invitados y debates sobre la realidad cubana, el exilio y el futuro de Cuba. Por casi cinco décadas, Ediciones Universal le dio voz a los exiliados publicando libros que van a servir, que van a ser imprescindibles para la reconstrucción histórica de Cuba. Durante todos estos años Juan Manuel Salvar ha sido, no un mecenas, sino un intenso y valioso promotor de la cultura. Ése ha sido su gran legado y eso es parte de lo que los cubanos exiliados debemos agradecerle a Salvat, su contribución como editor y empresario a mantener vivo el tema cubano.
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