Thursday, November 14, 2013

Cada día muero 24 horas (por Félix Luis Viera)

Nota del blog: El blog Gaspar, El Lugareño está presentando, los lunes y jueves, una selección del poemario Cada día muero 24 horas  (Editorial Letras Cubanas, 1990), de Félix Luis Viera. Se incluye traducción al italiano de Gordiano Lupi.  


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Un sueño fenomenal


Anoche soñé que había escrito un poemario
   perfecto,
los editores se enteraron y a sirena abier-
   ta corrían en busca de la obra,
me llamaban por videoteléfonos, me
   enviaban
telegramas en colores, palomas
   teledirigidas,
y yo sin saber qué hacer, cómo quedar bien
   con tanta buena gente.

Un poemario perfecto que tenía no recuerdo
   si treinta o treinta
y dos poemas y medio (porque lo perfecto
se mide por fracciones) todos verticales,
   sonoros
como una sinfonía de riachuelos, sin me-
   dia letra, sin
medios puntos faltantes y sobrantes, un
   poemario como
siempre hemos creído que deben ser los
   poemarios perfectos:
sin secciones, sin exergos, sin crescendos,
   sin puntos culminantes,
sin técnicos desplazamientos desde esplén-
   didas alturas,
un libro, en fin, que parecía
un dedo índice metido en el corazón de
   los lectores.

Por fin me proclamé poeta y repartí tur-
   nos a los sangrantes
editores, los reuní,
se los leí por enésima vez y comprendie-
   ron que no alcanzaba
el agua para todos, que debían publicarlo
de acuerdo con el orden de llegada.
Firmamos los convenios después de mos-
   trarme ellos hermosas,
casi atómicas cubiertas, multicolores vi-
   ñetas interiores.

Anoche, amigos, con este sueño, me
   sentí feliz como
un pájaro mudo que cantara por primera
   vez.
Por eso los insto, los exhorto, amigos míos,
   poetas todos,
a que sueñen con escribir un libro perfecto.


Noviembre 1980


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Un sogno fenomenale

Ieri notte ho sognato di aver scritto una silloge poetica
   perfetta,
gli editori si erano resi conto e a gran velocità
   correvano ad accaparrarsi l’opera,
mi chiamavano per videotelefono, mi
   inviavano
telegrammi a colori, colombe
   telecomandate,
e io non sapevo cosa fare, come comportarmi bene
   con tanta buona gente.

Una silloge perfetta che aveva non ricordo
   se trenta o trentadue
poesie e mezzo (perché la perfezione
si misura in frazioni) tutte verticali,
   musicali
come una sinfonia di ruscelli, senza
   mezza parola, senza
mezzi punti mancanti o in eccesso, una
   silloge poetica come
sempre abbiamo creduto che debbano essere le
   sillogi perfette:
senza sezioni, senza indicazioni, senza crescendo,
   senza punti culminanti,
senza tecnici spostamenti da
   splendide vette,
un libro, infine, che sembrava
un dito indice posato sul cuore
   dei lettori.

Alla fine mi sono proclamato poeta e ho deciso i turni
   per i sanguinanti
editori, li ho riuniti,
ho letto le poesie per l’ennesima volta e hanno capito
   che non bastava
l’acqua per tutti, che dovevano pubblicarle
secondo l’ordine d’arrivo.
Abbiamo stabilito gli accordi dopo aver mostrato
   le mie splendide,
quasi atomiche coperte, multicolori
   vignette interiori.

Ieri notte, amici, con questo sogno, mi
   sono sentito felice come
un uccello muto che cantava per la prima
   volta.
Por questo vi sollecito, vi esorto, amici miei,
   poeti di ogni genere,
a sognare di scrivere un libro perfetto.


Novembre 1980


Traducción al italiano de Gordiano Lupi

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Félix Luis Viera (Santa Clara, Cuba, 1945). Poeta, cuentista y novelista. Ha publicado los poemarios: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la Uneac*, 1976, Ediciones Unión, Cuba), Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba), Cada día muero 24 horas (1990, Editorial Letras Cubanas), Y me han dolido los cuchillos (1991, Editorial Capiro, Cuba), Poemas de amor y de olvido (1994, Editorial Capiro, Cuba) y La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami, EE UU, 2010, Ediciones Il Flogio, Italia, 2011); los libros de cuento: Las llamas en el cielo (1983, Ediciones Unión, Cuba), En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983. Editorial Letras Cubanas. Reedición 1986) y Precio del amor (1990, Editorial Letras Cubanas); las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de Novela de la UNEAC 1987 y Premio de la Crítica 1988. Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (1995, Ediciones Unión, Cuba), Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002, Editorial L´ Ancora del Mediterraneo, Italia, 2005), la noveleta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997. Reediciones 2003 y 2005) y El corazón del Rey (2010, Editorial Lagares, México). Su libro de cuentos Las llamas en el cielo es considerado un clásico de la literatura de su país. Sus creaciones han sido traducidas a diversos idiomas y forman parte de antologías publicadas en Cuba y en el extranjero. En su país natal recibió varias distinciones por su labor en favor de la cultura. Fue director de la revista Signos, de proyección internacional y dedicada a las tradiciones de la cultura. En México, donde reside desde 1995, ha colaborado en distintos periódicos con artículos de crítica literaria, de contenido cultural en general y de opinión social y política. Asimismo, ha impartido talleres literarios y conferencias, y se ha desempeñado como asesor de variadas publicaciones.

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