¿Pero Cuba no está viviendo un proceso de apertura económica?
Con el problema de los negocios particulares, se produjo una apertura económica en Cuba. Además, ya no necesitas que te den permiso para viajar. Pero el cambio que necesitamos va más allá de eso. Si bien el gobierno se jacta de sus reformas, yo siempre debí tener derecho para todo eso. Hubo gente que murió por la imposibilidad de poder salir del país o de montar su propio emprendimiento. Los que no pudieron escapar, o se ahogaron en el mar o terminaron presos. Aunque lo más terrible es que la gente vive olvidando. Independientemente de que los que manejan el poder intenten innovar, el sistema que instalaron ya no funciona. Es matemática simple. Si bien mañana podrá cambiar el régimen, la transformación es más profunda. Son 54 años de obedecer a lo que te dicen, y el pueblo está acostumbrado a eso.
Hoy formas parte de la banda que no sólo abrió el discurso del rap cubano, sino que se convirtió en un emblema para aquellos jóvenes de tu país que, al igual que ustedes, están saturados del sistema político y social que los gobierna desde hace más de medio siglo. No obstante, cuando crearon Los Aldeanos, ¿sabían que se estaban metiendo en camisa de once varas?
Desde los inicios, teníamos claro qué era lo que deseábamos con nuestro trabajo. Antes de que existieran Los Aldeanos, hubo raperos que tocaron temas muy sensibles, pero a través del doble sentido. Así que lo que hicimos fue dejar de lado esas sutilezas porque la gente quiere que le hablen claro. Nadie ha sido tan directo como nosotros. Sin embargo, no hicimos nada nuevo: cantamos acerca de lo que todo el mundo sabía y pensaba, aunque ninguno se atrevía a decirlo.
Desde entonces, ¿cómo lidiaron con la censura en su país?
Cuando surgió Los Aldeanos, se creó la Agencia Cubana de Rap porque se necesitaba controlar eso. Pero nosotros, a diferencia de muchos raperos que se sumaron a esa organización, buscamos nuestra propia alternativa. Eso es el rap paralelo. Aunque en la actualidad esa entidad se abrió, y algunos de los exponentes que estaban con nosotros, se fueron con ellos. Pero siempre pasó así. A pesar de nos dieron la espalda, sobrevivimos. El tiempo dirá la última palabra. El problema es que en Cuba hay mucho lío con lo de los negocios particulares y las licencias, por lo que a los artistas independientes que no tienen empresas les cuesta trabajar. La gente necesita papeles para ganarse la vida, y la única manera de que un rapero cubano pueda tenerlos es mediante esa institución.
¿Te incomoda que la atención del grupo, al menos fuera de la isla, haya girado en torno a la polémica que generan sus canciones?
Nosotros tenemos muchas canciones polémicas, pero quien en verdad nos escucha se da cuenta de que también hablamos de problemas sociales, de hip hop y de amor. Nos llaman activistas porque queremos que la situación de nuestro país cambie, pero nos interesa igualmente crecer como artistas. Nos ilusiona y alimenta hacer un trabajo interesante, no sólo para el que quiere escuchar una letra política.
En 2013 se cumplieron 10 años de su primer disco, Censurados. ¿Qué recuerdas de esa grabación?
Es increíble que ya hayan pasado 10 años. Todas las canciones de ese disco las hicimos con sólo un beat. Eso sin contar las que no salieron. Comencé a escribir cuando tenía 12 años, pero te puedes imaginar lo que eran esas letras. Seguí haciendo cosas, aunque nunca grabé hasta que conocí a Aldo (El Aldeano), e hicimos Los Aldeanos. El 15 de febrero de este año fue el último show que realizamos en Cuba, y con el que celebramos ese aniversario. Ofrecimos tres horas de concierto, repasamos nuestro repertorio, y la gente lo pasó súper bien. Es un poco difícil para nosotros organizar espectáculos en la isla. Sin embargo, nos fajamos hasta que nos dieron un lugar, y lo hicimos.
(Ver entrevista completa en El País)
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