Los que lean el título que encabeza esta nada solemne página que ahora esbozo, podrán preguntarse a dónde va el cronista esta vez. Pero les aseguro que este escribidor de tierra adentro, en la siempre fiel patria chica camagueyanensis, sabe bien a dónde va.
Aireo esta memoria con motivo del aniversario 500 de la otrora villa de Santa María, celebrado este recién pasado 2 de Febrero. Las crónicas radiales y televisivas del día aludían, a las plazas y a sus acompañantes inmemoriales: nuestras bellas iglesias que constituyen precisamente por su masiva presencia en una ciudad del interior de la República, la singularidad y el orgullo local de los principeños. Pero todos sabemos que no siempre fue así….
Y aludo al hecho que hasta hace muy pocos años, cuando se hacía referencia a la otrora villa puerto-pririncipeña, en las coordenadas más actuales y cercanas, en cualquier fuera el medio de prensa radial o televisiva, se le solía distinguir por los celebrados tinajones (de los que por cierto van quedando ya muy pocos);y se podía mencionar, de pasada, el tema de las plazas del entorno, pero sin mentar la palabra que por vecindad colindante le da precisamente carácter a aquellos espacios públicos en cualquier enclave del coloniaje español: la iglesia.
Palabra pues furtiva y elusiva en cualquier fuera el guión de un programa radial o televisivo. A este cronista, autor por entonces de guiones radiales para un programa diario(1) que celebraba precisamente a la susodicha ciudad, se le había hecho puntualmente la advertencia: “escribes el programa hasta la primera vez que aludas a la susodicha palabrita”. No había pues error. Siempre referí a Camagüey en los sloganes al uso como la ciudad de las plazas y punto. No me dejan mentir los textos que conservo de aquella experiencia radial(2) .
En fin, que si el oyente era una persona perspicaz, podría preguntarse el por qué se daba por callada la presencia del edificio monumental, el templo casi siempre católico, de cuya advocación tomaba nombre la plaza o plazuela circundante: la Soledad, la Merced, San José, El Carmen, San Juan de Dios, San Francisco…Nuestra Señora de la Caridad. La única excepción lo constituía el hecho de que se hablara en pretérito bien cerrado de una templo, ya inexistente en el contorno, demolido en el pasado, y con todo ello había que ser cuidadosos….y someterlo con toda antelación a la mirada atenta de los “asesores”.
Las cosas han cambiado, digamos para bien, y al menos ya Camagüey puede ser nuevamente identificada por parte de quienes hacen las crónicas y los guiones de radio y televisión, por su apelativo irreductible ahora en perfecto orden lógico- sintáctico: la ciudad de las Iglesias y de las plazas…por qué no.
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- Tricolor. Año 1. Radio Camagüey. (2004-2006)
- Ibíd. “La cercanía de este Tricolor se hace propicia en esta mañana de viernes (…)De tal suerte usted asegura un destino siempre sugeridor de ciudad y cultura con los mejores acordes de tal signo en la bella ciudad de plazas y tinajones (…)” Fragmento de un guión.
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