Monday, April 14, 2014

Poemas de amor y de olvido (por Félix Luis Viera)

Nota del blog: El blog Gaspar, El Lugareño está presentando, los lunes y jueves, una selección del poemario Poemas de amor y de olvido  (Editorial Capiro, Cuba, 1994), de Félix Luis Viera. Se incluye traducción al italiano de Gordiano Lupi.  

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Para Elisa


Cuando mis ojos necesiten cristales de + 225 o
  tal vez más, tus ojos aún y por mucho tiempo
seguirán perforando a otros con esa luz que yo
   vi en ellos la primera vez que te vi.
Cuando mis carnes comiencen a caer
—ineluctablemente hacia abajo— y mis músculos
ya no respondan en uno de esos momentos en que
   hace falta un salto ágil para esquivar cualquier
   obstáculo,
tus carnes y tus músculos estarán aptos
—flamantemente aptos— para crear la sensación
de invencibilidad que yo sentí en tu carne y la
de resorte finísimo en tus músculos la primera
vez que los tuve.
Cuando mis huesos comiencen a sonar digamos
herrumbrosamente en una de esas paradas
intempestivas necesarias o en uno de esos
esfuerzos imprescindibles de la vida, tus huesos
todavía tendrán ese viso de elástico dulcemente
azogado que les otorgué la primera vez que
   estuvieron bajo de mí.
Cuando mi pelo sea mi pelo sólo en las fotografías
lejanas, tu pelo aún y por mucho tiempo tendrá
esa rispidez hermosa de espiga naciente de maíz
que le metaforicé la primera tarde que lo vi.
Cuando mi espalda por fin termine de encorvarse
y mis piernas —estas piernas de peatón
inclaudicable—comiencen a fallar en las largas
tiradas, tu espalda todavía y por mucho tiempo
   será esa especie de relámpago fijo y tus piernas
todavía y por mucho tiempo ese dúo de compases
por el que se rige el mundo o al menos por el que
   debería regirse.
Cuando estas arrugas que vienen avanzando sobre
   todo en la periferia del ojo derecho sean
grietas que no soportarían la foto, la TV, el
   espejo en primer plano,
tu cara aún y por mucho tiempo será esa que
   comparé con el agua ardientemente congelada
la primera tarde que te vi.
Cuando mis dientes —estos dientes que he
   defendido por más de 30 años salvando el
insalvable miedo a la silla del dentista—
comiencen a abandonarme,
tus dientes —ah, tus dientes, propios para una
exposición del género— serán aún y por mucho
tiempo los dientes de una tierna tigresa.

Y así hasta que
cuando quizás mis poemas no me importen,
cuando mis poemas sean por fin anatemizados
mortalmente, cuando ya esté abatido y cansado
y la poesía me interese lo que hoy me importa
un juego de fútbol, tú aún y por mucho tiempo
    verás en mis poemas lo que yo ya he dejado
en la distancia,
tú verás en ellos quizás el único valor
de mí, en mí,
el único valor para amar a ese señor que ya se
te hace como una piedra de agua marina, como
un collar de cuatro vueltas, como un sostén, un
brasier imposibles de llevar a esas alturas.

Y entonces…entonces... ¿Comprendes?

Agosto 1984


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Per Elisa

Quando ai miei occhi serviranno lenti da + 225 o
  forse più, i tuoi occhi ancora per molto tempo
continueranno a fissarne altri con la stessa luce che
   notai in loro la prima volta che ti vidi.
Quando le mie carmi cominceranno a cadere
- ineluttabilmente verso il basso - e i miei muscoli
più non risponderanno in uno di quei momenti in cui
   servirà un salto agile per schivare un certo
   ostacolo,
le tue carni e i tuoi muscoli saranno idonei
- splendidamente idonei - a creare quella sensazione
d’invincibilità che io sentii nella tua carne e quella
di elasticità purissima nei tuoi muscoli la prima
volta che li toccai.
Quando le mie ossa cominceranno a scricchiolare
in modo rugginoso durante una di quelle soste
intempestive ma necessarie o in uno dei tanti
sforzi imprescindibili della vita, le tue ossa
sembreranno ancora un elastico dolcemente
argentato come notai la prima volta che
   si trovarono sotto di me.
Quando i miei capelli saranno tali soltanto in fotografie
lontane, i tuoi capelli ancora per molto tempo avranno
la ruvidità stupenda di spiga nascente di mais
espressa in metafora la prima sera che li vidi.
Quando le mie spalle finiranno per incurvarsi
e le mie gambe - queste gambe da camminatore
inarrestabile - cominceranno a cedere nei lunghi
tragitti, le tue spalle ancora per molto tempo
   saranno una sorta di punto fermo e le tue gambe
ancora per molto tempo due direttrici
capaci di reggere il mondo o che almeno grazie a loro
   dovrebbe reggersi.
Quando queste rughe che stanno avanzando
soprattutto nella periferia dell’occhio destro saranno
crepe incapaci di sopportare le foto, la TV, lo
   specchio in primo piano,
il tuo volto ancora per molto tempo sarà lo stesso che
   paragonai con l’acqua ardentemente congelata
la prima sera che ti vidi.
Quando i miei denti - questi denti che ho
   difeso per oltre 30 anni evitando
l’inevitabile paura della sedia del dentista -
cominceranno ad abbandonarmi,
i tuoi denti - ah, i tuoi denti, adatti per una
esposizione del genere - saranno ancora per molto
tempo i denti d’una giovane tigre.

E così forse
quando le mie poesie più non m’interesseranno,
quando le mie poesie saranno infine condannate
mortalmente, quando ormai sarò abbattuto e stanco
e la poesia m’interesserà quanto oggi m’interessa
una partita di calcio, tu ancora per molto tempo
   vedrai nelle mie poesie quel che ho lasciato
nel correre del tempo,
tu vedrai forse in loro il mio
unico pregio,
il solo motivo per amare un signore che ormai
è diventato come una pietra d’acquamarina, come
un collare a quattro volte, come un reggiseno, un
braciere impossibile da portare fino a questo punto.

E allora… allora… Comprendi?

Agosto 1984

Traducción al italiano de Gordiano Lupi

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Félix Luis Viera nació en Santa Clara, Cuba, en 1945. Ha publicado los libros de poemas: Una melodía sin ton ni son bajo la lluvia (Premio David de Poesía de la UNEAC 1976, Ediciones Unión Cuba); Prefiero los que cantan (1988, Ediciones Unión, Cuba); Cada día muero 24 horas (Editorial Letras Cubanas, 1990); Y me han dolido los cuchillos (Editorial Capiro, Cuba, 1991) y Poemas de amor y de olvido (Editorial Capiro, Cuba, 1994). Los libros de cuento: Las llamas en el cielo (Ediciones Unión, Cuba, 1983); En el nombre del hijo (Premio de la Crítica 1983, Editorial Letras Cubanas, nueva edición 1988) y Precio del amor (Editorial Letras Cubanas, 1990). Las novelas Con tu vestido blanco (Premio Nacional de novela, UNEAC 1987, Premio de la Crítica 1988, Ediciones Unión, Cuba), Serás comunista, pero te quiero (Ediciones Unión, Cuba, 1995); Un ciervo herido (Editorial Plaza Mayor, Puerto Rico, 2003, Editorial Eriginal Books, Miami, 2012) y la novela corta Inglaterra Hernández (Ediciones Universidad Veracruzana, 1997, Editorial Capiro, Cuba, 2002).
Su libro de cuentos Las llamas en el Cielo es considerado un clásico en su país. Sus creaciones han sido traducidas a varios idiomas y se han publicado en antologías en Cuba y otros países. En su país natal recibió varios reconocimientos por su trabajo en favor de la cultura. En Italia se le conoce por su novela Un ciervo Herido, editada con el título El trabajo os hará hombres (L’Ancora del Mediterráneo, 2008), que aborda el tema de la UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), en realidad campos de trabajo forzado que existieron en Cuba, de 1965 a 1968, adonde fueron enviados supuestos desafectos a la revolución castrista, como religiosos de diversas filiaciones, lumpen, homosexuales y otros. Esta novela, con buena acogida de público y crítica, ha circulado en varios países de habla hispana y en la Florida.
En 2010, Félix Luis Viera publicó en México El corazón del rey, novela que incursiona en la década de 1960, cuando en Cuba se establecía la llamada revolución socialista, y que expone el mundo marginal de esa época. Ese mismo año dio a la luz el poemario La patria es una naranja (Ediciones Iduna, Miami), publicado posteriormente en Italia por ediciones Il Flogio y merecedor de uno de los Premios “Latina en Versos”, otorgados en aquel país.
Es ciudadano mexicano por naturalización.

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