Hemingway, no lo conoció, porque visitó la ciudad de Camagüey en la década del 40, justo diez años antes más o menos, antes que el Sr. Grossman, el dueño del conocido hotel homónimo tuviera la feliz idea de abrir el primer bar “refrigerado” de la ciudad de los tinajones, entiéndase con aire acondicionado incluido, un ambiente que quizás el gran narrador de pesos pesados de El Viejo y el Mar, hubiera preferido en la cálida ciudad que conoció una década antes, y quizás hubiera re- escrito con todo gusto un antiguo cuento suyo, de tema español, con el sonoro título de Un lugar limpio y bien iluminado (refrigerado)… qui lo sa ?
Lo cierto es que esta ya añeja foto recrea el ambiente del confortable Bar Plaza, más o menos ubicado en la misma locación que el actual que corre desde la entrada izquierda del hotel hasta la Plaza de Van Horne.
En aquel tiempo se trataba de un lugar de muchas campanillas, y estaba seguramente muy bien dotado a qué dudarlo. Los usuarios consuetudinario del sitio lo visitaban paladear alguna cerveza Cristal, Polar, o Hatuey, las más populares de antaño, o echarse al coleto un buen brandy Fundador, o un buen Ron Castillo.
Hoy todo aquello es pura memoria. Pero dice el dicho que recordar es volver a vivir. Para quienes fueron sus habitué, esta página puede tener el sabor siempre anheloso de las cosas lastimosamente ya idas, pero siempre perdurables en la memoria de las mejores emociones. Mientras tanto, alzaré mi copa con lo que pueda llenarla, y brindaré por Papa, que no tuvo la suerte de haber conocido aquel bar donde seguramente se hubiera sentido, como en tantos otros a lo largo de su vida, enteramente a su aire.
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