Ciudad del Vaticano, 08 de junio de 2014 (Zenit.org) H. Sergio Mora. En el atardecer de este domingo 8 de junio de 2014, en los jardines del Vaticano se registró un hecho excepcional: por primera vez en la historia los presidentes de Israel, Shimon Péres; el de Palestina, Mahmud Abbas; se reunieron en el Vaticano por invitación del papa Francisco para realizar una oración por la paz. Estaba presente también el patriarca de Constantinopla, Bartolomé y el custodio de Tierra Santa, el franciscano Pierbattista Pizzaballa.
El Santo Padre realizó la invitación el 25 de mayo pasado en su viaje a Tierra Santa, cuando en Palestina dijo: 'Señor presidente Mahmoud Abbas, en este lugar donde nació el Príncipe de la paz, deseo invitarle a usted y al señor presidente Shimon Peres, a que elevemos juntos una intensa oración pidiendo a Dios el don de la paz. Ofrezco mi casa en el Vaticano para acoger este encuentro de oración'.
El Santo Padre recibió hoy poco después de las 18 horas, en su residencia la Domus Santa Marta, primero a un presidente y después al otro. Ambos mandatarios se reunieron en el hall de Santa Marta, en donde en un 'fuera de programa' se abrazaron. Se les ha unido el patriarca Bartolomeo. Desde Santa Marta juntos en coche se dirigieron hacia el sitio de la celebración: un espacio situado en el verde de los jardines del Vaticano, entre la Casina Pío IV y la zona de los Museos Vaticanos. Allí estaban también dos amigos de vieja data del Papa argentino, el rabino Abrahan Skorka y el jeque musulmán Abbud Omar, quienes desde hace años habían emprendido en Buenos Aires este camino de diálogo interreligioso.
El inicio del encuentro de oración por la paz comenzó al atardecer, las 19 horas locales, con una apertura musical. “¡El Señor les conceda la paz! Hemos venido a este lugar, israelíes y palestinos; judíos, cristianos y musulmanes, para ofrecer nuestra oración por la paz, por Tierra Santa y por todos sus habitantes”, fue una de las primeras frases de introducción.
El encuentro se realizó en tres momentos (alabanza, perdón, invocación de paz) al que le siguió una conclusión.
La oración de la delegación judía
El salmo número ocho de David abrió la oración que realizaron los representantes judíos, y a continuación del salmo 147, le siguió el Himno al Omnipotente. Después del intermedio musical se realizó el pedido de perdón recitado en hebraico, seguido por el salmo 25 y el salmo 130. Concluyó con una meditación musical judía.
La oración de la comunidad cristiana
La comunidad cristiana realizó su plegaria, iniciando con un agradecimiento por la Creación, en inglés, seguido por la lectura del salmo 8 y la lectura del libro de Isaías.
“Recemos: Dios Padre Omnipotente, nosotros aquí reunidos, tus hijos judíos, cristianos y musulmanes, te reconocemos a tí como nuestro Creador. Venimos a darte gracias por la belleza y maravilla de tu creación".
Le siguió un intermedio musical. Y la segunda parte inició con un pedido de perdón recitado en italiano, con la lectura de una oración de Juan Pablo II: “... Rezamos para que contemplando a Jesús, nuestro Señor y nuestra paz, los cristianos sean capaces de arrepentirse de las palabras y de las actitudes causadas por el orgullo y el odio, por el deseo de dominar a los otros, por la enemistad hacia los miembros de otras religiones y hacia los grupos más débiles de la sociedad, como migrantes e itinerantes. Recemos por todos aquello que han sufrido contra la dignidad humana y por aquellos cuyos derechos han sido pisoteados...”.
Le siguió un intermedio musical. Y la segunda parte inició con un pedido de perdón recitado en italiano, con la lectura de una oración de Juan Pablo II: “... Rezamos para que contemplando a Jesús, nuestro Señor y nuestra paz, los cristianos sean capaces de arrepentirse de las palabras y de las actitudes causadas por el orgullo y el odio, por el deseo de dominar a los otros, por la enemistad hacia los miembros de otras religiones y hacia los grupos más débiles de la sociedad, como migrantes e itinerantes. Recemos por todos aquello que han sufrido contra la dignidad humana y por aquellos cuyos derechos han sido pisoteados...”.
“Concede que nuestros progenitores, nuestros hermanos y hermanas, y todos nosotros tus servidores que por gracia del Espíritu Santo nos dirigimos a ti con arrepentimiento sincero, podamos sentir tu misericordia y recibir el perdón de nuestros pecados. Nosotros te lo pedimos por medio de Cristo nuestro Señor. Amen.
Tras una pausa de silencio, prosiguió la oración: “Dios Padre Omnipotente, dónanos la gracia de presentarnos humilmente delante a ti y de implorar tu perdón por haberte ofendido a ti y a nuestros hermanos y hermanas. Nosotros no hemos sido custodios de nuestra creación, especialmente en tu Tierra Santa. Hemos emprendido guerras, realizado violencia, hemos enseñado el desprecio por nuestros hermanos y hermanas, ofendiendote profundamente a ti oh Padre de todos nosotros. Dónanos la gracia de empeñarnos nuevamente para 'actuar con justicia, amar la misericordia, y caminar humilmente con nuestro Dios', por medio de Cristo nuestro Señor. Amen.
Después de un breve intermedio musical, fue la invocación de paz, en árabe, que inició con la lectura de la oración de san Francisco de Asís: “Señor haz de mi un instrumento de tu paz...”.
La oración de la comunidad musulmana
“Sea alabado Dios, que ha creado el cielo y la tierra, que ha convertido las tinieblas en luz, que ha hecho surgir todas las cosas de la nada...”. Así inició la oración, que terminó con el intermedio musical después del cual fue la invocación por la paz, siempre en árabe, que concluyó con una interpretación musical musulmana.
El evento concluyó con las palabras del papa Francisco: shalom, paz, salam. Le siguieron las palabras de los dos presidentes, cada uno de ellos en favor de la paz, con una estrecharse de manos. Entre Francisco, Peres y Abbas plantaron un pequeño árbol de olivo, como deseo de paz entre el pueblo palestino y el israelí.
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Francisco:
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Shimon Peres:Hemos intentado muchas veces y durante muchos años resolver nuestros conflictos con nuestras fuerzas, y también con nuestras armas; tantos momentos de hostilidad y de oscuridad; tanta sangre derramada; tantas vidas destrozadas; tantas esperanzas abatidas... Pero nuestros esfuerzos han sido en vano. Ahora, Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: «¡Nunca más la guerra»; «con la guerra, todo queda destruido». Infúndenos el valor de llevar a cabo gestos concretos para construir la paz. (leer texto completo)
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Podemos -juntos y ahora, israelíes y palestinos- transformar nuestra noble visión en una realidad de bienestar y prosperidad. Está en nuestro poder llevar la paz a nuestros hijos. Este es nuestro deber, la misión santa de los padres. (sigue)
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Mahmoud Abbas:
Te pedimos Señor, la paz en Tierra Santa, Palestina y Jerusalén junto con su pueblo. Te pedimos hacer de Palestina y Jerusalén en particular una tierra segura para todos los creyentes, y un lugar de oración y de culto para seguidores de las tres religiones monoteístas -judaísmo, cristianismo, Islam- y para todos aquellos que desean visitarla como está establecido en el sagrado Corán. (sigue)
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