El próximo jueves, 28 de Agosto, será colocada en los Jardines del Vaticano una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, junto a las muchas otras imágenes de la Virgen María que representan a sus respectivos países.
La ceremonia estará presidida por el Sr. Cardenal Tarcisio Bertone, y participarán varios obispos cubanos: S.E. Mons. Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba y Presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba, S.E. Mons. Arturo González Amador, Obispo de Santa Clara y S.E. Mons. Juan de Dios Hernández s.j., Obispo Auxiliar de la Habana, ambos son Vicepresidente y Secretario General de la Conferencia Episcopal respectivamente.
También estarán presentes S.E. Mons. Emilio Aranguren Echeverría, Obispo de Holguín, S.E. Mons Wilfredo Pino Estévez, Obispo de Guantánamo – Baracoa y S.E. Mons. Héctor Peña Gómez, Obispo Emérito de Holguín.
La imagen de la Virgen de la Caridad, de bronce fundido, fue llevada a Roma por los obispos cubanos en su última visita ad limina y fue bendecida por el Papa Benedicto XVI. La misma tiene un significativo valor por ser copia fiel de la imagen, recuperada y conservada, que había estado expuesta en las costas de la Bahía de Nipe y que, actualmente, está en espera de ser colocada de nuevo en su lugar original para la devoción de los fieles.
Secretariado de la COCC
22 de Agosto 2014
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(Zenit/Araceli Cantero) La pequeña imagen encierra una singular historia de fe y devoción mariana. Es una réplica de la imagen hecha en bronce, que fue colocada en una ermita en la Bahía de Nipe, en la zona nororiental cubana de la actual Diócesis de Holguín, a principios de los años 50 del siglo XX. La ermita marcaba el lugar donde en 1612, tres buscadores de sal hallaron la imagen de la Patrona de Cuba flotando sobre las aguas, sobre una tablilla en la que se leía: Yo soy la Virgen de la Caridad.
Hacia 1961, la imagen de la ermita junto a la Bahía desapareció y de ella nunca más se supo. Hasta que en 1975, un católico de origen libanés que paseaba por la playa viera algo que brillaba entre la maleza de la orilla. Al acercarse y tirar de ello quedó sorprendido: “Es la imagen de la Virgen” se dijo. “Me dio mucha tristeza verla allí sola y sucia”, compartió Alfonso Dager, emocionado, en una entrevista en 2012, semanas antes de fallecer.
Su testimonio era una muestra de que la historia se repetía. Como hicieron, 400 años antes, el negro esclavo Juan Moreno y los indios Rodrigo de Hoyos y Juan de Hoyos, Alfonso Dager recogió la imagen y se la llevó a su casa. Todos en su familia reconocieron la imagen que había desaparecido catorce años antes, en los comienzos de la revolución cubana. La limpiaron y la colocaron en la sala en donde recibía las visitas de los devotos que le pedían favores.
Tres años después, a la familia Dager le llegó el permiso de salida del país y un teniente se presentó en su casa de Cueto, para hacer el inventario de los bienes materiales que debían permanecer en el inmueble. Sorprendido por la presencia de la imagen de la Virgen, el teniente interrogó a la familia. “La hemos pedido prestada a la Iglesia para una Misa”, le contestaron, para salvar el momento. El teniente les ordenó devolverla a la parroquia.
Se la entregaron al párroco de Cueto, el padre Rafael Couso Falcón, quien se la entregó Mons. Héctor Luis Peña, auxiliar de Santiago de Cuba con residencia en Holguín. Él, a su vez, se la entregó al entonces Arzobispo, Mons. Pedro Meurice Estiú. La imagen estuvo primero en su despacho privado y después en la Casa de Encuentros del Santuario de El Cobre, a la espera de poder construir una ermita en su lugar original en Nipe. Benedicto XVI la tuvo en su capilla privada durante su estancia en una residencia sacerdotal junto al Santuario de El Cobre en 2012.
Cuatro años antes, el entonces Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, había visitado el Santuario de El Cobre, había conocido esta imagen y se había interesado por su historia. Por ello durante su visita ‘ad limina’ en el 2008, los obispos cubanos regalaron a Benedicto XVI una réplica de la imagen que fue bendecida por él Pontífice en presencia de los obispos. Esta réplica es la que el 28 de agosto será entronizada en el recorrido de los Jardines Vaticanos que ya cuentan con otras 13 imágenes, de Italia y de otros países.
La pequeña imagen cubana estará colocada sobre una columna de mármol y a petición de los obispos cubanos será elcardenal Bertone hoy secretario de estado emérito, quien haga la bendición de la imagen, durante un acto, a las 9:00 de la mañana. (sigue)
Hacia 1961, la imagen de la ermita junto a la Bahía desapareció y de ella nunca más se supo. Hasta que en 1975, un católico de origen libanés que paseaba por la playa viera algo que brillaba entre la maleza de la orilla. Al acercarse y tirar de ello quedó sorprendido: “Es la imagen de la Virgen” se dijo. “Me dio mucha tristeza verla allí sola y sucia”, compartió Alfonso Dager, emocionado, en una entrevista en 2012, semanas antes de fallecer.
Su testimonio era una muestra de que la historia se repetía. Como hicieron, 400 años antes, el negro esclavo Juan Moreno y los indios Rodrigo de Hoyos y Juan de Hoyos, Alfonso Dager recogió la imagen y se la llevó a su casa. Todos en su familia reconocieron la imagen que había desaparecido catorce años antes, en los comienzos de la revolución cubana. La limpiaron y la colocaron en la sala en donde recibía las visitas de los devotos que le pedían favores.
Tres años después, a la familia Dager le llegó el permiso de salida del país y un teniente se presentó en su casa de Cueto, para hacer el inventario de los bienes materiales que debían permanecer en el inmueble. Sorprendido por la presencia de la imagen de la Virgen, el teniente interrogó a la familia. “La hemos pedido prestada a la Iglesia para una Misa”, le contestaron, para salvar el momento. El teniente les ordenó devolverla a la parroquia.
Se la entregaron al párroco de Cueto, el padre Rafael Couso Falcón, quien se la entregó Mons. Héctor Luis Peña, auxiliar de Santiago de Cuba con residencia en Holguín. Él, a su vez, se la entregó al entonces Arzobispo, Mons. Pedro Meurice Estiú. La imagen estuvo primero en su despacho privado y después en la Casa de Encuentros del Santuario de El Cobre, a la espera de poder construir una ermita en su lugar original en Nipe. Benedicto XVI la tuvo en su capilla privada durante su estancia en una residencia sacerdotal junto al Santuario de El Cobre en 2012.
Cuatro años antes, el entonces Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, había visitado el Santuario de El Cobre, había conocido esta imagen y se había interesado por su historia. Por ello durante su visita ‘ad limina’ en el 2008, los obispos cubanos regalaron a Benedicto XVI una réplica de la imagen que fue bendecida por él Pontífice en presencia de los obispos. Esta réplica es la que el 28 de agosto será entronizada en el recorrido de los Jardines Vaticanos que ya cuentan con otras 13 imágenes, de Italia y de otros países.
La pequeña imagen cubana estará colocada sobre una columna de mármol y a petición de los obispos cubanos será elcardenal Bertone hoy secretario de estado emérito, quien haga la bendición de la imagen, durante un acto, a las 9:00 de la mañana. (sigue)
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