Tuesday, September 9, 2014

Mons. Wensky: "La agonía que sufre el pueblo cubano es bien conocida ... Y los que no la conocen deben preguntarse qué ha pasado que el cubano que tanto ama a su tierra, ..., prefiere el destierro o una muerte en el mar, que vivir en su propio país"

 
 
 
 
 
 
Fotos/Facebook de la Ermita de la Virgen de la Caridad. Miami
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Palabras del Arzobispo Thomas Wenski al finalizar la Misa en honor a Nuestra Señora de la Caridad de El Cobre, patrona de Cuba. Lunes 8 de Septiembre de 2014 en el Bank United Center del campus de la Universidad de Miami.

Recuerdo las palabras del Apóstol de Cuba, José Martí, que están grabadas en un muro en un parque cerca de la Calle 8. Debo recordárselas a Uds. hoy en esta fiesta tan cubana que es la fiesta de la virgen de la Caridad del Cobre. Debajo de un mapa al relieve de la isla de Cuba están estas palabras martianas: La patria es agonía y deber.

La agonía que sufre el pueblo cubano es bien conocida. Uno no tiene que ser cubano para darse cuenta de ella. Basta ser humano. Y los que no la conocen deben preguntarse qué ha pasado que el cubano que tanto ama a su tierra, a su bohío, prefiere el destierro o una muerte en el mar, que vivir en su propio país.

El autor del salmo 136 gritaba desde su exilio en Babilonia: “Cómo puedo cantar un cántico de Sion en tierra extranjera. Si me olvido de tí, Jerusalén, que se me pegue la lengua al paladar".

Esta noche, tampoco podemos olvidarnos de Cuba. Tampoco podemos olvidarnos de esa Iglesia cubana – de sus obispos, sus sacerdotes y religiosas, y sus laicos – que desde su pobreza quiere servir a su pueblo como levadura de esperanza evangélica.

Si, la patria es agonía y deber, como dijo Marti. Frente a esa agonía, cumplamos con nuestro deber.

Que pongamos en práctica esas tres palabras del Papa Francisco en su mensaje a la Iglesia y al pueblo de Cuba: “Alegrarse”, “levantarse” y “perseverar”.

Como Maria, que nos alegremos por habernos encontrado con Jesús. Como Maria, que nos levantemos para servir a los demás. “No quedamos con brazos caídos lamentándose solamente, tal vez escurriendo el bulto para que otros hagan lo que es responsabilidad propia.”

Como María, perseveremos permaneciendo “en el camino del bien, ayudando a los que están oprimidos por penas y aflicciones.”

A Jesús por María, unámonos en la caridad, en la solidaridad y en la oración.

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Ver homilía del Obispo Peter Baldacchino, Obispo Auxiliar de Miami en la Misa en honor a Nuestra Señora de la Caridad de El Cobre en el website de la Arquidiócesis de Miami

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